España, de «road show»... una maleta llena de oportunidades
Hasta julio, la inversión extranjera en España –concentrada en Madrid, Cataluña y Baleares– creció un 11,3% y superó los 8.600 millones
maría jesús pérez y susana alcelay
Chile, Guatemala, Paraguay, Colombia, Marruecos, Israel, Kazajstán, Japón, Alemania, Mozambique, próximamente Corea y China... En el último año el Gobierno –sobre todo representado por Mariano Rajoy, y los ministros José Manuel García Margallo, José Manuel Soria, Ana Pastor, Luis de Guindos, y el secretario de ... Estado, Jaime García-Legaz– se ha volcado en un frenético «road show» por todo el mundo. ¿El objetivo? Vender la solvencia de España y convencer a los inversores de las bondades de la economía española y del compromiso del país con la reformas y con los objetivos de déficit marcados por la Unión Europea. En definitiva, trasladar el mensaje a medio mundo de que lo peor ha pasado y de que la economía española ha entrado en la pista de la recuperación, lo que hace de España un interesante país donde volver a invertir.
En una de las últimas paradas, Japón, Rajoy vendió a los inversores nipones una España bien distinta a la de hace un año, un país que ha dejado atrás la «percepción sombría» de su economía y que, tras las reformas en marcha, es el lugar idóneo para invertir, sobre todo ahora, cuando la recuperación llama a las puertas. El viaje al país nipón se producía unas semanas después de haberse frustrado las aspiraciones de Madrid para albergar los Juegos Olímpicos de 2020 ; ahora, el Ejecutivo aspira a hacerse con apetitosos contratos para que las empresas españolas puedan construir algunas de las numerosas infraestructuras que están pendientes en el país.
El viaje resultó ser muy productivo, según coinciden varias personalidades allí desplazadas. El día 2 de octubre, Manuel Teruel, presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, inauguró el XVI Foro España-Japón –organizado por CEOE y que reúne a empresas y sociedad civil de España y Japón– junto a Rajoy y García-Legaz, también presidente de ICEX España Exportación e Inversiones, organismo encargado de firmar con su homónimo nipón «Jetro» un memorándum de entendimiento (MOU) para establecer un marco de colaboración entre ambas instituciones y profundizar en las relaciones comerciales y oportunidades de inversión entre España y Japón.
Con este memorándum, ambos gobiernos buscan facilitar no sólo un intercambio comercial entre los dos países, también operaciones conjuntas en terceros países, tanto de exportación como de inversión. «Son encuentros que no se pueden cuantificar monetariamente –explican fuentes del Ejecutivo–. De cualquier país traemos acuerdos de intenciones, propósitos de inversión, que luego pueden cuajar o no, y allí en el lugar ayudamos a que las empresas españolas desplazadas logren contactar con empresarios interesados en tal o cual sector. Al final, son acuerdos de cooperación que se pueden materializar después».
Precisamente, según ha podido saber ABC, el presidente del Gobierno se trajo de Japón la intención de Nissan –el compromiso verbal a Rajoy de su consejero delegado– de seguir invirtiendo en su planta de Barcelona. De hecho, los directivos de la firma de automoción nipona ya han valorado asignar nuevos modelos de la marca en Barcelona, «señal de que actualmente la planta catalana lo está haciendo muy bien».
Un encuentro similar que se repitió días antes , entre el ICEX y la agencia estatal de promoción de Kazajistán, Kaznex Invest, también con el objetivo de intercambiar información en relación a la atracción de inversiones «compartir experiencias a través de la celebración de seminarios y cursos de formación, prestarse apoyo mutuo en la celebración de foros de inversión, exposiciones y ferias, así como cooperar en el ámbito de acuerdos internacionales». De allí un viaje preparado con más tiempo que otros, Rajoy también sacó tajada: aceleró la firma de un acuerdo, de unos 400 millones de euros, entre la compañía estatal de ferrocarriles (KTZ) de aquel país y Talgo para diseñar, construir, homologar y comercializar un tren de cercanías competitivo e innovador. Cualquier actividad de fabricación que sea necesaria hacer en España se hará en las instalaciones de Talgo, y cualquier actividad de fabricación que sea necesaria hacer en Kazajistán se hará en la planta que tiene la empresa española en Astaná, la capital del país.
En definitiva, dos acuerdos «tipo» que llegan después de otros similares a lo largo del año, que vienen a constatar el cambio de percepción de los países respecto al buen hacer español para cumplir con sus obligaciones europeas, una vez quedara en el olvido la sombra del rescate al país.
Y es que no hace ni un año, de mediados de 2011 a mediados 2012, los inversores, temerosos, esquivaron los riesgos de invertir en España, entonces sumida en una profunda recesión. Pero el pasado verano comenzó a cambiar esa percepción. La Bolsa empezó a despertar el interés de la comunidad inversora en las grandes empresas españolas. Meses después, los últimos datos oficiales acompañan. La inversión bruta total en participaciones en el capital de empresas residentes en España se incrementó en el primer semestre de este año en un 11,3%, y pasó de 7.753 a 8.629 millones de euros, según datos de Comercio.
Buenos datos, pese a la coyuntura, aunque España ha sido tradicionalmente uno de los países favoritos para la inversión extranjera. Hoy ocupa el puesto 14 en el « stock» de inversión procedente del resto del mundo y es número dos de Europa, sólo superada por Reino Unido. En 2012, cuando la inversión directa del exterior en el mundo cayó un 15%, en España aumento un 3,7% con relación a la cifra de 2011. Las casi 12.000 empresas de capital extranjero que operan en España tienen una contribución al PIB del 15% y generan 1.200.000 puestos de trabajo.
Por ello, Estados Unidos, Iberoamérica y Asia están en el punto del mira del Ejecutivo en el último año. El pasado enero Rajoy comenzaba su gira por Latinoamérica e invitaba a los empresarios de esos países a venir a España y a invertir con el argumento de que nuestro país podía convertirse en la puerta de entrada al mercado europeo para sus compañías. «España puede desempeñar un papel muy relevante como puerta de entrada para las empresas latinoamericanas al mercado europeo, mayor que el de Estados Unidos, con más de 490 millones de potenciales consumidores y con un elevado poder adquisitivo», dijo Rajoy en Santiago de Chile.
Antes de la celebración de la 7ª Cumbre Celac-UE, que reunió a Jefes de Estado y de Gobierno de Europa, América Latina y el Caribe en Santiago de Chile, los días 26 y 27 de enero de 2013 , se celebró una cumbre empresarial, en la que se aprobó un «compromiso del sector productivo para colaborar activamente con las políticas regionales que promuevan el desarrollo económico de los países como herramientas esenciales para erradicar la pobreza». Desplazados hasta la región, junto a Rajoy y algunos miembros de su gabinete, grandes empresarios españoles y las Cámaras de Comercio. Comenzaba así la gira española en pos de la inversión.
Razones para venir
¿Pero qué atractivos tiene España para invertir? Altas dosis de flexibilidad laboral y salarios claramente a la baja son los principales reclamos para atraer inversión extranjera. Un ingeniero, por ejemplo, llega a cobrar en España la tercera parte de lo que se cobraría por el mismo trabajo en Alemania o Suiza. Eso unido a la excelente preparación de los profesionales suma, sin duda, para los inversores.
España goza también de una situación geoestratégica muy privilegiada –es la puerta al Mediterráneo, al norte de África y a Latinoamérica y facilita el acceso a 1.300 millones de consumidores– y una potente red de infraestructuras moderna y de alta calidad, además de notables redes de transportes, energía y telecomunicaciones. Pero España también ofrece grandes oportunidades empresariales en algunos de los sectores de mayor expansión a nivel mundial: TIC, automoción, aeronáutica, medio ambiente, biotecnología, renovables...
Esta misma semana el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo , animaba a los inversores extranjeros a confiar en el futuro de la economía española. Aseguraba que nuestro país ha dejado atrás la recesión y estimaba que para 2020 el PIB crecerá un 12% y se generarán unos 2.000.000 de empleos. Recordó el ministro que España cuenta con un mercado de 47 millones de turistas extranjeros al año y que es el segundo país del mundo en la industria de las líneas de alta velocidad.
Y es que el país está ya recogiendo –ahora sí– los primeros frutos de los ajustes, dada la «drástica» reducción de la deuda, el aumento de la competitividad y los datos favorables de la balanza de pagos. De hecho, según la secretaría de Estado de Comercio, las exportaciones ya suponen el 33% del PIB, lo que ha convertido al sector exterior en el mayor factor de arrastre de la economía de país.
Con cautela, los miembros del Ejecutivo que se desplazan fuera de nuestras fronteras, muestran a los potenciales inversores optimismo, eso sí «con cautela», ya que, les explican, se están sentando las bases para la estabilidad financiera e inversora.
En abril de este año, la Embajada de España en Washington celebraba el evento «Investment Opportunities in Spain. Why the time to invest es now» –«Oportunidades de inversión en España. Por qué ahora es el momento de invertir»–. Allí, junto a García-Legaz, acudieron Joachim Fels, director de Economía Global de Morgan Stanley; Rubén Ferrer, socio del bufete Gómez-Acebo y Pombo en Nueva York; José Carlos García de Quevedo, director ejecutivo de Invest in Spain-ICEX; Manel Martínez, vicepresidente y director general de Artes Gráficas de Hewlett-Packard e Ildefonso Socorro, viceconsejero de Economía del Gobierno canario. Al encuentro, acudieron diversas empresas extranjeras interesadas en invertir en España. Precisamente a éstas, iban dirigidos los mensajes de los ponentes. Unos mensajes que se repiten una y otra vez en todos los viajes.
En concreto, Joachim Fels mencionó a las «3R» que está llevando a cabo España: reformas, reajuste y recuperación. Fels aludió a la posibilidad de que España se convierta en la próxima Alemania debido a que la caída de costes laborales. Mientras, Ferrer abordaba otra de las claves ineludibles en los discursos del Ejecutivo ante sus homólogos extranjeros como «reclamo» inversor: la reforma laboral. Según el socio de Gómez-Acebo y Pombo, el resultado de la reforma ha aportado una mayor flexibilidad así como una moderación salarial que permite aumentar la competitividad y productividad de España.
Potenciales todos ellos que han planeado hasta hoy. La última salida del Gobierno, el Encuentro Empresarial España-Mozambique. Allí, 33 empresas españolas y alrededor de 100 mozambiqueñas se daban cita los días 8 y 9 de octubre en Maputo, en una labor con tintes muy institucionales, en un país por hacer, en el que se espera una auténtica explosión de contratos de infraestructuras –aeropuertos, vivienda, autovías...–.
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