Éxito y sostenibilidad del modelo turístico español

España es imbatible como destino por su belleza natural, kilómetros de costa, biodiversidad, patrimonio histórico-cultural, gastronomía, infraestructuras y servicios, seguridad, y por supuesto, en la hospitalidad y alegría de vivir que transmite nuestra gente. Entre las debilidades debemos admitir la existencia de numerosos destinos «maduros» desarrollados entre los años 60 y 70 , un déficit crónico de profesionales cualificados y con idiomas, un exceso de carga administrativa e impositiva, y el erróneo posicionamiento de gran parte de nuestra oferta de sol y playa, centrada en el segmento más económico y de bajo valor añadido.

La bonanza económica de nuestros mercados emisores de turistas nos ha permitido soslayar estas debilidades y volver a superar en julio el récord histórico alcanzado en el año 2008 . Sin embargo, ¿qué empresario sensato se acomoda a la coyuntura en los años de éxito, olvidando que sólo un análisis riguroso de los riesgos de su negocio, y una consecuente planificación, le permitirán consolidar el crecimiento y garantizar el futuro de su compañía?

Al igual que las empresas, nuestro país debe ser consciente de riesgos como la alta dependencia de un sector aéreo en permanente turbulencia, la merma de rentabilidad y competitividad en muchos destinos por la caída de calidad, la expulsión de inversores por la inseguridad jurídica, la agresiva competencia en precios de destinos emergentes de sol y playa, y el dramático acortamiento y concentración de las temporadas en muy pocos meses. Frente a estos riesgos, el sector valora el esfuerzo hecho por la Administración con el Plan Nacional e Integral de Turismo , pero reclama una inmediata revisión a la baja del IVA turístico -ha vuelto a penalizar al sector frente a los principales competidores- y urge de manera unánime a avanzar de forma inmediata y coordinada con el sector privado en líneas como las siguientes:

- Reducir y flexibilizar las tasas aéreas y aeroportuarias a la medida de las necesidades del sector -y no de la cuenta de resultados de AENA- a fin de atraer más vuelos y durante más meses, generando un importante efecto multiplicador para los destinos.

- Impulsar planes de renovación integral de destinos maduros para darles una segunda oportunidad, a imagen de los iniciados en Baleares, en los que Meliá se siente orgullosa de participar.

- Diversificar y diferenciarnos mediante la innovación y la atracción de inversiones y marcas de calidad (para competir a través de una mayor calidad, no de un menor precio).

- Apoyar la empleabilidad de nuestros jóvenes y la flexibilidad laboral, que incrementa el empleo, y potenciar la marca turística España vía promoción y relaciones públicas, sobre todo en mercados emergentes.

Desde el sector reconocemos el éxito, pero huimos del triunfalismo; sólo si la Administración y el sector privado somos capaces, de manera conjunta y con estas y otras medidas, de prolongar las temporadas alta y media hasta al menos 9 meses al año, y de recuperar la competitividad de nuestra oferta de sol y playa frente a destinos emergentes del Mediterráneo oriental y el norte de África, podremos decir que el éxito coyuntural del verano de 2013 se habrá convertido, gracias al esfuerzo de todos, en un modelo de éxito sostenible a largo plazo.

Gabriel Escarrer Jaume es CEO y vicepresidente de Meliá Hotels