Comienza el juicio a «Fab, el fabuloso» por las hipotecas basura de Goldman Sachs

Fabrice Tourre, de 34 años , es juzgado por fraude tras la venta de las CDO a comienzos de 2007, poco antes del crash de Lehman Brothers , y por haber apostado por la caída de dicho producto basura. Sin embargo, muchos lo sitúan como mero «cabeza de turco» del entramado Goldman, por situarle como único culpable de la estafa. Mientras, el banco de inversión, acusado por ocultar información relevante a sus inversores sobre la implicación de ACA -compañía independiente que participó en la selección de los activos- se escabulló del proceso tras acordar de forma extrajudicial el pago de 550 millones de dólares (más de 420 millones de euros) con la Securities and Exchange Comissión (SEC), órgano supervisor de los mercados financieros de EEUU .

«ACA tenía la responsabilidad última de la selección de los activos. Paulson recomienda determinados activos (123 es el número que he leído); ACA investiga dichos activos y en un correo electrónico le hace saber a Goldman que solo aceptará 55 de las 123 recomendaciones hechas por Paulson. Una vez estructurada la cartera, ACA le ofrece a Paulson repasar la misma y éste solicita a su vez la eliminación de 8 de los activos en la cartera, a lo que ACA accede. Goldman por así decirlo esta en el medio de dos clientes: Paulson quien pagó a Goldman una tasa de 15 millones de dólares por sus servicios y los inversores de Abacus, que incluyen grandes bancos como Royal Bank of Scotland». Así resume la trama el blog «Nada es gratis» de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea).

Su litigio comenzó la mañana de ayer en un tribunal de Manhattan bajo la presidencia de la juez Katherine Forrest . Tourre podría enfrentarse a una fuerte multa de la SEC y a la prohibición de trabajar en la industria financiera, según informa la CNN . El caso salió a la luz tras conocerse que ganó dos millones de dólares en 2007 y también, tras la filtración de la SEC de los emails que Tourre enviaba a su novia y a amigos. En ellos, Tourre se refería a Abacus como «Frankenstein » por la toxicidad de dichos productos financieros. Los inversores en este producto perdieron 1,000 millones dólares cuando el mercado de la vivienda se derrumbó.