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Entrevista

«Igual nos hacía falta una crisis para valorar más a las personas»

Rodrigo Martín, presidente de la Fundación Randstad, repasa la evolución de unos premios que impulsan la integración social y laboral de colectivos en riesgo de exclusión

«Igual nos hacía falta una crisis para valorar más a las personas» isabel permuy

L. D.

Los Premios Fundación Randstad , que se entregaron la semana pasada, han reconocido un año más -y ya van ocho- el trabajo que empresas, instituciones, medios de comunicación y personas a título individual hacen para lograr una mejor integración social de colectivos en riesgo de exclusión. El presidente de la Fundación, Rodrigo Martín, repasa la evolución de estos galardones.

-¿Cómo valora la evolución del mercado laboral al que se dirige la Fundación Randstad? ¿Ha sufrido tanto como el resto debido a la crisis económica?

-Sin duda alguna. Lo que ocurre es que en este mercado concreto, el de personas con distintas capacidades o en riesgo de exclusión social, hay casi seis puntos más de desempleo que en el general. Y esa ya es una gran diferencia. Desde la Fundación intentamos sobre todo apoyar a este colectivo porque creemos que en otros, como el de las personas mayores, también muy perjudicadas a raíz de la crisis, las ayudas deberían llegar desde otro tipo de entidades, no necesariamente desde organizaciones sin ánimo de lucro. Una de nuestras principales funciones es la de favorecer una mayor concienciación social, a veces nos encontramos con una especie de barrera a la contratación de este tipo de personas cuando hay experiencias buenísimas desde el punto de vista de la productividad y de la rentabilidad.

-¿La fórmula perfecta sería conseguir que la solidaridad se convierta en rentabilidad?

-Realmente esa es la clave: los avances en integración social de personas con discapacidad se tienen que poder hacer más que por responsabilidad social, que también, por criterios estrictamente económicos. ¿Se puede empezar por ahí directamente? Seguramente no, pero sí con ayudas legales como las que recoge la LISMI (Ley de Integración Social del Minusválido), con fundaciones como la nuestra, con eventos sociales como esta entrega de premios...

-¿Ha mejorado la implicación de las empresas españolas en las políticas de RSC en los últimos años?

-Sí que se ha notado un avance. En concreto, desde la Fundación hemos conseguido aumentar un 10% el número de inserciones en años muy duros de crisis, pero todavía estamos lejos de los países más avanzados del norte de Europa . En RSC yo veo en estos momentos tres tipos de empresas, dejando a un lado a las que ni siquiera cumplen la legalidad: un primer grupo que se limita a cumplir la ley; un segundo grupo que ha dado el paso de empezar a creer en la RSC, y que seguiría haciéndolo aunque no existiera una obligación legal; y el tercer grupo, cada vez más presente, es el de las empresas que han conseguido integrar perfectamente la RSC en su gestión empresarial. Es a este grupo al que pertenecen la mayoría de nuestros premiados.

-Este año muchas campañas de publicidad se han volcado en los trabajadores, en las personas. ¿Esto es pura estrategia de marketing o el resultado de un cambio de mentalidad?

-No es puro marketing, yo soy un convencido de esto. Especialmente en el área de Recursos Humanos, donde nuestra herramienta de trabajo son las personas. En general, creo que las empresas se están dando cuenta de que su valor más importante está en las personas, igual nos hacía falta una crisis para pensar así.

-¿Diría que las empresas con una mayor conciencia social parten de una situación personal?

-En la mayoría de los casos siempre hay una característica común: alguien a muy alto nivel está muy sensibilizado con este tipo de organizaciones y consigue contagiar esa forma de pensar al resto de la compañía. Por eso uno de los objetivos de estos premios es poder reunir a un destacado grupo de ejecutivos de empresas o instituciones para aumentar su sensibilidad social, porque sabemos que son ellos los que pueden impusar el cambio.

-En principio, los premios contemplaban solo tres categorías. ¿Por qué decidieron incluir una cuarta?

-Empezamos con las tres categorías (empresas, instituciones, medios de comunicación) que nos parecían más necesarias para poder avanzar en integración e influir en la opinión a distintos niveles. Pero luego nos dimos cuenta de que necesitábamos incorporar una cuarta categoría (mención especial) que reflejara el lado más humano de la discapacidad, que premiara a personas muy especiales que son un verdadero ejemplo de superación personal para todos.

-Tras ocho años de andadura, ¿qué le gustaría destacar del trabajo realizado desde la Fundación?

-Más allá de los resultados (más de 2.500 personas empleadas, más de 10.000 asesoradas sociolaboralmente...), me gustaría detenerme en la pasión del equipo que hay detrás, que cree firmemente en lo que hace; ese es nuestro gran valor añadido. Nuestro objetivo no es tratar de crecer por encima de todo, no tenemos la ambición de ser grandes en sí mismos sino de hacer las cosas bien, de acompañar mucho más a las empresas que tienen una mayor responsabilidad social corporativa. Y por supuesto, conseguir cada año muchos más puestos de trabajo.

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