Las mejores formas de «movilidad exterior» para escapar al extranjero

Por el momento y pese a las reformas emprendidas, el mercado laboral se cierra sobre sí mismo impidiendo la entrada de los más jóvenes. Una tasa de desempleo empeñada en no bajarse del 50% y la elevada precariedad laboral (que afecta al 75% de sus contratos) invitan a hacer las maletas y emprender la huida.

Pero huida quizás no sea la palabra más acertada. Salir a la aventura sin un plan que nos asegure un futuro concreto a corto plazo en el extranjero es un error que nos puede costar tiempo y dinero. Ya sea a través de un contrato temporal o de una beca, existen formas de garantizarse un colchón sobre el que aterrizar después de lanzarse a eso de «la movilidad exterior». Aquí es donde pueden encontrarse

Eures es una red a nivel europeo encargada de velar por la cooperación de los servicios de empleo de los distintos países de la Unión Europea y la libre circulación de los trabajadores. Por ejemplo, una de las últimas ofertas se ha logrado gracias a la colaboración del (Soib), el Servicio de Ocupación de las Islas Baleares (Soib) con el Servicio de Ocupación alemán. Ambos seleccionarán a 41 jóvenes desempleados de Baleares que viajar án a Alemania a formarse y trabajar con un contrato remunerado en las ciudades de Rostock y Friburgo.

La web de Eures ofrece información sobre las condiciones de vida y el trabajo que hay en cada país. Además, para obtener información en primera persona existe la posibilidad de acudir a uno de los corresponsales que Eures tiene situados en cada provincia, para informas a los interesados de las ofertas más interesantes y ajustadas a cada perfil.

Para poder acceder a sus ofertas de empleo todo lo que hay que hacer es crear un a cuenta en la web, adjuntar un currículum y estar atento.

Suele ocurrir que los países con tasas de empleo más bajas y que resultan más atractivos para intentar iniciar una nueva vida son también los que más dificultan la entrada. Es el caso por ejemplo de Canadá (7,6% de desempleo), Nueva Zelanda (6,5%) o Australia (5%). Países tranquilos, amables, de habla inglesa y que aún conservan el privilegio de un estado de bienestar saludable. Para acceder a su mercado laboral la opción más inteligente es hacerse con un visado Working Holiday. Solo se puede pedir si se tienen entre 18 y 30 años. Además hay que estar atento ya que se entrega un número limitado de visados y los plazos son muy breves. La madrugada del 29 al 30 de abril a las 00:00 (hora española) se ofrecerán 200 nuevas plazas de ‘Working Holiday Visa’ para pasaportes españoles a Nueva Zelanda. El de Canadá ya cerró y estuvo abierto durante apenas una semana.

Estos títulos de residencia temporales están pensados para conocer el país y pagarse los gastos del viaje trabajando, pero permiten trabajar por medio año ( o un año, según el caso) en el país y ganar la estabilidad adecuada para ir más tarde a por algo más grande, sobre todo si se habla bien inglés.

La Unión Europea ofrece multitud de oportunidades de trabajo para jóvenes. En primer lugar, las instituciones promueven periodos de prácticas que en muchos casos están subvencionados con unos mil euros mensuales y que pueden ser de 6 meses a 1 año. Las instituciones europeas buscan sobre todo jóvenes con una formación en ciencias sociales (derecho, ciencias políticas, economía, ADE o periodismo en el caso de la Comisión Europea), que puedan demostrar el conocimiento profundo de alguna de las lenguas comunitarias (sobre todo inglés o francés). Las estancias ofrecen la posibilidad de trabajar en las instituciones europeas y conocer más de cerca la realidad comunitaria. Hay que ser consciente de que estas ofertas de trabajo duran lo que duran, pero son una buena oportunidad para adquirir experiencia en el extranjero y (quien sabe) encontrar una buena oferta laboral en el país de destino.

Las prácticas se realizan en instituciones como el Consejo Europeo, la Comisión, el Parlamento, el tribunal de Derechos Humanos o el Comité de las Regiones. Por eso las prácticas serán mayoritariamente en las ciudades donde la Unión Europea tiene instituciones (Bruselas sobre todo, Luxemburgo y Estasburgo). Los periodos de inscripción se abren dos veces al año (de enero a marzo o de junio a agosto, y son distintos en cada institución.

La Unión ofrece también la posibilidad de realizar un voluntariado europeo. Se trata de un servicio de «aprendizaje» en el que, a través de la experiencia en puestos de trabajo reales de otros países europeos y relacionados con la formación de cada voluntario. La idea es mejorar su formación y su integración laboral a la vez que se le permite vivir y conocer un país extranjero. Al igual que en el caso de las instituciones europeas, el programa subvenciona con unos mil euros mensuales a los participantes.