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ATP

Nadal, ambición intacta nueve años después

El balear es, desde ayer, el número uno, meta que conquistó por primera vez en 2008. Empieza su cuarto mandato

Nadal, durante un encuentro en Cincinnati AFP
Enrique Yunta

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La noticia ya se dio, pues R afael Nadal ya sabía que iba a ser número uno hiciera lo que hiciera en el Masters 1.000 de Cincinnati porque Andy Murray no competía –lesionado en la cadera– y Roger Federer, con quien peleaba por el maillot amarillo ante esa baja del escocés, se borró por unos problemas en la espalda. Pero la confirmación llegó ayer, en lunes, día en el que se actualizan las clasificaciones de la ATP y de la WTA en función de los torneos de turno de la semana recién concluida, echadas las sumas y las restas de un sistema de puntuación que tiene su miga y que cuesta entender si no se sigue el día del tenis.

La realidad es que los rankings del deporte de la raqueta tienden a ser muy justos ya que se mide la evolución de un jugador de enero a diciembre y se tiene en cuenta el resultado del año anterior, disparada la exigencia en un calendario asfixiante, así que en ese sentido se suceden los piropos a Nadal, feliz cuando a primera hora se vio en la cima. Desde ahí partirá en el próximo US Open, que empieza el lunes 28 de agosto y se prolonga hasta el 10 de septiembre, y espera la llegada de Garbiñe Muguruza a las alturas , ahora tres del mundo y con serias opciones de ponerse en cabeza dependiendo de los resultados de Nueva York. España jamás ha tenido a dos tenistas al mando de las listas de la ATP y de la WTA, y ahora se anima ante la posibilidad, factible, de que Muguruza emule la gesta de Nadal.

Empezó ayer el cuarto mandato del mallorquín , que escala desde las tinieblas como otras tantas veces. La primera vez que tomó la delantera fue en 2008, después de su empacho de éxito tras Roland Garros, Wimbledon y el oro olímpico en Pekín. Gobernó entonces 46 semanas, enlazó 56 entre el 6 de junio de 2010 y el 3 de julio de 2011 y estuvo 39 en el poder desde el 7 de octubre al 6 de julio de 2014. Ese, hasta ayer, fue su último día con la corona.

Fue un lunes de elogios para Nadal, que ya está centrado en el último grande de la temporada. El lunes empieza el US Open y el zurdo quiere compensar las derrotas de Montreal y Cincinnati , algo lejos de lo exhibido durante la primera parte del curso. «Ser número uno después de todas las cosas que he estado pasando en los últimos dos años es algo increíble. Voy a trabajar duro para demostrar por qué estoy allí, voy a intentar hacerlo lo mejor posible para jugar al más alto nivel posible en Nueva York», reflexiona Nadal, que también está en la cumbre de la carrera de campeones (la lista que contabiliza los puntos naturales del curso).

Mano a mano con Federer

Le aplaude Carlos Moyá , ahora en su palco, que tiene parte de culpa de esta regeneración. «Es como recoger los frutos. Estamos muy contentos, es algo que ha merecido totalmente», apunta Moyá en la web de la ATP, el primer número uno que tuvo España. Lo fue dos semanas, mientras que Juan Carlos Ferrero , que asesora a Alexander Zverev, aguantó ocho. También él ensalza la capacidad de Nadal para despegar. «No ha buscado volver a ser número uno, sino que era una manera de superarse a sí mismo». Hasta final de temporada, Nadal defiende 280 puntos, mientras que Roger Federer solo puede sumar. Con Murray casi descartado (protege 4.860 puntos), la batalla está servida. «Un mano a mano brutal», vaticina Moyá.

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