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Roland Garros

El resurgir de Del Potro

Vuelve a la semifinal de Roland Garros una década después y olvida el calvario de su lesión de muñeca

Juan Martín del Potro Reuters
Laura Marta

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Lloró. Un tenista de 1’98 de altura no pudo ocultar las lágrimas después de ganar a Marin Cilic (7-6 (5), 5-7, 6-3 y 7-5) y alcanzar la semifinal de Roland Garros por segunda vez en su vida. Lloró Juan Martín del Potro . Porque son casi diez años desde que llegara a esta ronda -en 2009-. Porque vuelve a sentirse tenista, y de élite, después de un tiempo en los infiernos por una lesión en la muñeca con la que estuvo a punto de abandonarlo todo.

Ni siquiera sabía cómo iba a reaccionar su cuerpo en estas dos semanas de torneo. Pero quería probarse, estar donde se juegan los grandes títulos, donde él también estaba no hace mucho. Olvidarse del calvario por el que ha pasado debido a su lesión en la muñeca izquierda, una herramienta de trabajo que tuvo que operarse en tres ocasiones sin que eso fuera una solución definitiva . Como consecuencia: caer a los infiernos del ranking -hasta el 1.046 a principios de 2016-, y también del pozo mental. El de Tandil pensó en abandonarlo todo, pues nadie le daba esperanzas de la cura y su vida como tenista, la única que conocía, parecía diluirse entre tratamientos, intentos de volver al circuito y pasos para atrás cuando regresaba el dolor.

«Todo el mundo sabe que estuve cerca de retirarme hace dos años . Pero por alguna razón, me negué a tirar la toalla. Lo intenté hasta que arreglamos el problema. Ahora tengo un gran presente, y espero con ganas el futuro. Creo que todos los momentos malos se han ido ya, y solo quiero disfrutar», explicó con dos títulos en este curso: Acapulco e Indian Wells.

La última vez que pisó esta ronda en París fue en 2009, perdió contra Roger Federer . Hoy le toca batallar contra Rafa Nadal. Como si de un «revival» se tratara porque cuando se dedicó a recuperarse eran el suizo y el español quienes lo dominaban todo. «Esperaba que después de nueve años, jugaría con alguien diferente. Todas las semifinales de Grand Slam que he jugado han sido contra ellos: en el US Open Rafa, Wimbledon con Djokovic, aquí contra Roger... », sonríe ante la curiosidad.

El mayor de los retos

Hoy se enfrenta al reto definitivo: Nadal, en la tierra batida de París . No esconde que parte con muy pocas opciones. No solo porque todavía está en fase de recuperación, sino porque el balear es «el rey del torneo», como lo calificó. «La semana pasada dije que era el favorito para ganar y sigo diciendo lo mismo. Y lo seguiré diciendo dentro de dos años. Es Rafa de quien estamos hablando. Ha perdido dos partidos aquí y ha ganado diez veces . Lo que tengo que hacer es no perder la fe y tratar de disfrutar el partido, porque es una ocasión única. Y tengo poco que perder», admitió, optimista ante su propia evolución. En semifinales de Roland Garros, de vuelta a la élite tras un camino tortuoso. Lloró: «Fue un poco de desahogo. Es mi primera semifinal aquí desde 2009 y significa mucho. Tuve otros sentimientos más profundos que me hicieron flojear las piernas». Pero ya vuelve a rugir.

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