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Tenis

¿Qué le pasa a Nadal?

Lleva nueve meses sin títulos, su nivel físico está por debajo del habitual y admite que no sabe si volverá a su mejor versión

¿Qué le pasa a Nadal? EFE

E. Yunta

La frase es del propio protagonista. «No sé si voy a volver a ser el mejor Rafael Nadal», resume, dolorosa la reflexión porque va cargada de dudas. Luego lo matiza con algo que se da por seguro y más tratándose de él. «Pero voy a dar lo mejor para tratar de hacerlo », apostilla. Con Nadal siempre cabe esperar lo mejor, pero es cierto que este inicio de año le da continuidad al final del anterior y es una realidad que Nadal baja la escalera.

Se menciona la escalera porque es el propio tenista el que utiliza el simil. Ahora vive lejos del ático, relegado a la cuarta plaza después de perder en las semifinales de Río de Janeiro, desesperado con el árbitro Carlos Bernardes. Antes se quedó en la primera ronda de Doha y en Australia no pasó de cuartos de final, aplastado por Tomas Berdych. Resultados comprensibles si se tiene en cuenta que desde Wimbledon no competía en condiciones, pero llamativos porque eso importa poco en alguien como Nadal.

Alteran los resultados, sin título desde hace nueve meses en Roland Garros, pero más el comprobar que Nadal no anda tan bien físicamente. Él, que es un portento, sufre ahora calambres extraños y le cuesta mucho más recuperar. «El físico es un parte importante de nuestro deporte y soy una persona que, en lugares de humedad, he sufrido. Me noté un poquito peor de lo que esperaba. La única manera de recuperarse es trabajar. Me falta estar un poquito más confiado de mi físico y ser más regular en momentos del partido clave», acepta. Contra Smyczek y Berdych en Melbourne, y el otro contra Fognini en Brasil, ha tenido esos calambres.

Pese todo, Nadal dice que se siente bien y que todo depende de la confianza, de ir recuperando terreno y sumar kilómetros. «La motivación es el día a día. Uno tiene diferentes sentimientos en su carrera. En 2005 todo era novedad y diez años después estamos en una situación distinta con mayoría de cosas positivas. Aunque vengo de siete meses complicados, que me impidieron tener una continuidad en el circuito. Entonces me planteo recuperar el tiempo perdido».

Ahora le toca Buenos Aires, otro torneo en tierra batida para reencontrar la esencia perdida. Y lo hace desde la planta baja y sin ascensor. «Creo que estoy haciendo las cosas correctas, estoy más cerca del nivel al que quiero llegar que un mes atrás, uno siente que va dando pasitos adelante. Es una escalera que tengo que volver a subir y no lo voy a hacer corriendo, sino poco a poco, con el trabajo diario, subiendo algún escalón. En Buenos Aires espero confirmar una mejora más», resume.

Nadal se busca a sí mismo, más relajado fuera de la pista que dentro de ella. Sorprendió en Brasil al exhibirse tan enfadado con el árbitro Carlos Bernardes, poco común verle perder las formas. Él lo resume como un lance del juego fruto de un momento de tensión. Se enfadó porque le castigaron dos veces por consumir el tiempo permitido entre saque y saque (25 segundos marca la norma).

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