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Nadal, con el número 1 en el horizonte

De aquí en adelante, Rafa Nadal sólo puede sumar puntos mientras el resto de sus enemigos tiene que defender muchísimo

Nadal, con el número 1 en el horizonte afp

enrique yunta

Y después de la batalla , Rafa Nadal pide una tregua, necesita descansar. De París se va a Mallorca y de ahí saltará directamente a la hierba de Wimbledon sin escalas. Esta semana, como es tradición, tenía previsto pasar de la tierra al verde de Halle (antes jugaba en Queen’s), pero los médicos le recomiendan una pausa. Lleva demasiado y en la segunda fase de la temporada es fundamental tener buen físico. Además, se le abren las puertas del número uno.

No es un objetivo real, al menos eso proclama su entorno. Nadal vive al día y más después de estar tanto tiempo sin competir. Durante esos siete meses y pico de parón, al balear no le daba para pensar en listas ni en puntos, demasiado tenía con lo suyo. En ese tiempo, Nadal cocinaba un regreso lo más ilusionante posible, pero era impensable imaginar tanto mordisco. Son siete títulos con un Grand Slam y tres Masters 1.000 , un puñado de puntos que le convierten, con diferencia, en el líder de la race.

De aquí en adelante, Nadal sólo puede sumar. No juega en Halle por ese consejo médico y se planta en Wimbledon a finales de mes con el recuerdo de 2012. Ahí empezó su calvario el 28 de junio del año pasado, cuando Lukas Rosol le dejaba en la cuneta. Ese Nadal sufría en silencio, castigada la rodilla izquierda. Necesitaba parar y renunciar al segundo semestre del curso.

Por eso, todo lo que se le presenta ahora es para acumular. Para empezar en Wimbledon, de donde se llevó un pobre botín con 45 puntos (el mismo que en Halle). Luego, el paraíso, exigente en cualquier caso porque abandona su adorada tierra para aceptar el reto de las pistas duras. En Indian Wells, el único torneo de cemento que ha disputado este año, respondió con buena cara y se llevó el título al vencer a Juan Martín del Potro en la final, pero habrá que ver cómo convive en la gira americana antes del US Open.

Paradójicamente, Nadal despierta hoy un puesto por detrás en la clasificación . Así funciona la ATP, tan difíciles de comprender las puntuaciones. Como defendía título en París, no suma nada de nada, son 2.000 puntos para el campeón que ya los tenía del año anterior. Ferrer, por contra, suma porque en el curso anterior hizo semifinales (720) y al finalista le dan 1.200. El derrotado es cuarto del mundo y el vencedor pierde esa posición.

Un Everest para el resto

Echando un vistazo a lo que queda de temporada, no es tan descabellado pensar en que Nadal pueda volver a ser el líder de la manada. Sigue lejísimos ahora mismo de Novak Djokovic , pero al serbio le queda un maratón hasta diciembre. Desde Roland Garros hasta la Copa de Maestros, Djokovic llenó su mochila con 6.800 puntos, muchísimo por defender. Pero puede sumar en Wimbledon y en US Open porque fue semifinalista y finalista, respectivamente.

Pero como él están los otros. También Andy Murray tiene un Everest al que ascender, vigente campeón en Nueva York. Perderá lo que ganó con el oro de los Juegos Olímpicos y en su cartera hay 5.400 puntos. Roger Federer , por su parte, hizo 5.420. Nadal, sin haber jugado el Abierto de Australia ni el Masters 1.000 de Miami, es el claro líder del año, muy destacado con 7.000 puntos. Es el premio después de haber triunfado en Sao Paulo, Acapulco, Indian Wells, Barcelona, Madrid, Roma y París. Es el premio a la constancia.

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