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PSG-Real Madrid

El poder del campeón

El club blanco entierra el proyecto galáctico del PSG, que vuelve a fracasar en Europa

R. CAÑIZARES

Europa, sin que haya una explicación científica que justifique el idilio, es del Real Madrid , club que se emociona cuando viaja por el continente y que compite como nadie en las noches de música y estrellas que brinda la Champions. Ganó en blanco y negro, el mejor equipo del siglo XX, y ahora gana en este fútbol moderno de millones y megafiguras, campeón de tres de las últimas cuatro Ligas de Campeones y emocionado con la presente edición ahora que ha enterrado a un gigante. Porque en la Copa de Europa pesa el nombre del Real Madrid, es incuestionable, y ayer certificó la muerte del pomposo proyecto del París Saint-Germain . Más de 400 millones de inversión no le han servido para satisfacer la obsesión de Nasser Al-Khelaïfi.

El jeque, empeñado en sentarse en la mesa con los mejores, se entregó el pasado verano para darle a Unai Emery una plantilla cargada de talentos, gastando 222 millones a tocateja por Neymar y unos 180 por Mbappé (está cedido y se abonará esa cantidad al Mónaco para el curso 2018-19). Fiesta en el Parque de los Príncipes, fuegos artificiales y la rutina de las goleadas cada fin de semana en Francia, pero la mirada estaba puesta en Europa. Costó recuperarse del tortazo del Camp Nou del año anterior , imposible olvidar el 6-1 en Barcelona después del 4-0 de la ida, y costará igualmente ahora superar el trauma que genera la eliminación ante el Real Madrid. Como consuelo, queda el pensar que se ha caído ante el campeón, y esa etiqueta pesa mucho. Más si cabe en esa camiseta blanca en la que luce el escudo de mejor equipo del mundo.

Con la Liga prácticamente descartada por mucho que Zidane se empeñe en abrazar un imposible – hay catorce puntos de distancia con respecto al Barcelona y a siete del Atlético –, el Madrid se sube al carro de la ilusión en Europa, dispuesto a vaciarse para sumar la tercera Copa de Europa consecutiva. Kiev está muy lejos, pero el cielo esconde menos nubes después de superar el Everest del PSG, una eliminatoria estresante que se ha jugado desde hace meses. Y para negociar ese escenario se necesita la experiencia y el aplomo que por norma exhibe el Madrid, transformado y fiable en este torneo.

Emery, condenado

Con la euforia disparada en Chamartín, falta por ver las consecuencias del terremoto en París. Unai Emery, puesto en entredicho en demasiadas ocasiones y que se salvó de chiripa después del mencionado bochorno ante el Barcelona la pasada temporada, parece que tiene las horas contadas y se disparan los rumores ante posibles salidas de jugadores de peso. Neymar, lesionado justo para el momento más importante , se fue, además de por mucho dinero, para ser todo lo que quisiera ser en este proyecto, pero son cada día más habituales las especulaciones sobre su descontento en la capital francesa. Desde los despachos, el jeque medita en hacer otro desembolso galáctico, aunque queda poco ya por fichar. Su problema es que por el camino se le cruzó el Madrid, y eso, en Europa, no suele ser un buen negocio.

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