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Real Madrid

La Champions deja el clásico en la suplencia

En el seno del cuerpo técnico y de la plantilla se valora jugar el clásico con varios suplentes para evitar más bajas ante «lo único que importa, la 13»

TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN

El Real Madrid alimenta su leyenda porque es el club más práctico del mundo. El romanticismo se deja para los aficionados. Después de eliminar al Bayern hubo abrazos efusivos en el vestuario con Keylor y con Benzema que lo decían todo sin necesitar palabras. Y en un santiamén, antes de las doce de la noche del martes, Zidane puso la cabeza a trabajar para ganar la decimotercera Copa de Europa y enmarcar la segunda gran era . Ya habrá lágrimas y páginas de platino si consigue su tercera Champions en veinticuatro meses. Desde el mismo momento que el turco Çakir señaló el final del encuentro con el Bayern, el responsable del Real Madrid se puso a planificar con Bettoni, Msaidie y Llopis veinticuatro días que pueden hacer historia.

El técnico francés debate con sus hombres el reparto de riesgos ante un duelo con el Barcelona descafeinado, que no interesa al Real Madrid; el clásico se juega en Kiev el 26 de mayo y se juega para los dos equipos

En esos propios minutos de felicidad en la cocina blanca, entre toallas tiradas y botellas de agua vacía, «Zizou» expuso a los líderes de la plantilla un debate que el día después de la clasificación, en el entrenamiento matinal, centró las disquisiciones de cuerpo técnico y plantilla: « ¿Qué hacemos el domingo ante el Barcelona , jugamos todos o evitamos riesgos? Porque lo único que importa es Kiev».

Los veteranos del equipo se marcharon a casa con la alegría de la tercera final consecutiva y con una reflexión alimentada de sabiduría que en la sesión de recuperación del miércoles tuvieron que manifestar con el poso de mucho tiempo de meditación. Zidane es el hombre que toma las decisiones en el seno del grupo y nadie osa cambiarle el paso, como bien han comprobado Bale y Benzema. Pero hoy el Real Madrid vive una situación distinta a todas y el técnico quiso analizar con sus hombres las medidas a tomar.

Reservar a varios puntales

Zidane quería escuchar a Ramos, a Marcelo, a Benzema, a Cristiano, a Kroos, a Modric. Porque cada semana hay un parte de guerra muy duro para el francés. Ayer, Modric, Varane y Asensio estaban tocados y se sumaron al capítulo de preocupaciones que encabezan los lesionados Isco y Carvajal.

En esa masacre de dos o tres bajas por encuentro lo que Zinedine hizo es cuestionar a su columna vertebral del esquema, «el pasillo de seguridad» del inolvidable Luis Aragonés, si ellos querían jugar en el Camp Nou o si lo inteligente sería resguardarse para lo único importante , la lucha por otra Copa de Europa.

La pregunta fue, es: «¿Merece la pena ir al Camp Nou, y al resto de partidos de Liga que nos faltan, y jugarnos una lesión importante?». Era un quid de la cuestión que «Zizou» planteó a sus titulares fijos después de valorar con su cuerpo técnico internamente esta puesta en escena: «¿Tenemos que exponer a Cristiano, Modric, Sergio, Keylor y Marcelo a una lesión? ¿No es mejor, claramente, minimizar riesgos? Esa es la cuestión que tenemos que decidir aquí dentro».

La posición es complicada. Es difícil que Cristiano se postule personalmente por no disputar el clásico, porque los grandes duelos le motivan. Lo mismo sucede con Ramos, cuya ausencia en la retaguardia deja huérfano al equipo como pudimos constatar en el 1-3 frente a la Juventus, cuando causó baja por sanción. El caso de Keylor engrosa esa incógnita, porque su participación se antoja determinante en este Real Madrid. El resto de futbolistas, sin embargo, puede rotar.

El clásico se juega en Kiev

Las lesiones y los problemas musculares tienen afectados actualmente a Modric, Varane, Carvajal, Isco y Asensio , cinco posibles titulares en Kiev, y esta realidad incide en la conveniencia de un cambio de alineación en el Camp Nou. Zidane presentará ante el Barcelona un once mixto, con la presencia de suplentes.

Nacho, Bale, Benzema, Casemiro y Kovacic pueden formar parte del sistema que se mida al conjunto de Valverde. Incluso Marcos Llorente aspira a tener minutos en este clásico descafeinado, enmarcado en un puente aéreo de ataques y contragolpes dialécticos cuyo resultado final se jugará más en Kiev que en terreno azulgrana, pues la valía de la temporada del Barcelona se medirá más por el éxito o el fracaso del máximo rival en la Champions que por el propio mérito de conseguir Liga y Copa. Son las consecuencias psicológicas de un antagonismo histórico.

Zidane sabe que será mucho más decisivo para los dos clubes, por razones diametralmente opuestas, ganar la Liga de Campeones que pensar en el clásico y medita resguardar a diversos mimbres. Lo lógico es que Modric, Varane, Carvajal e Isco descansen. El croata arrastra molestias desde hace tiempo, el central francés siente su rodilla sobrecargada y los otros dos hombres están lesionados y no deben forzar. Algún titular más se sumará a la lista de descartes.

Las ausencias serán aún más acusadas en los duelos frente al Sevilla , el Celta y el Villarreal . El equipo «B» que se midió al Leganés volverá a surgir en esas jornadas. «La única prioridad es la 13», señala un profesional del club.

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