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Real Madrid -Real Sociedad

El fútbol, desde la tapia de la iglesia

Eusebio ha elevado el estatus de la Real Sociedad con el juego técnico que aprendió en la pared de la parroquia de su pueblo

Eusebio, en el partido de Copa del Rey del pasado jueves ante el Barcelona EFE

J. C. Carabias

«Soy Sacristán y aprendí en una iglesia». Parece que Eusebio (La Seca, 52 años) ha metabolizado el chascarrillo de humor castellano como introducción a su carácter. Un pueblo en el páramo de Valladolid, la típica iglesia en el centro de la localidad rodeada de antiguas casas de adobe, la era donde se almacena el grano y un puñado de muchachos jugando al frontón o al fútbol. «Yo fui de los del fútbol», cuenta el entrenador del la Real Sociedad , exjugador del Valladolid, Atlético, Barcelona y Celta, en un foro organizado por Efe. «Ahí adquirí la técnica, en la pared de la iglesia» , explica. Ese fútbol de la calle y de la supervivencia es el que trata de aplicar a su equipo, el quinto clasificado de la Liga que visita hoy el Santiago Bernabéu .

Eusebio Sacristán aprendió a dominar el balón a base de echar horas en la plazuela de su pueblo, deslumbró como artista del toque en el Valladolid, vivió en la montaña rusa del Atlético de Jesús Gil con la cara (Menotti) y la cruz (Maguregui), impactó en el Dream Team del Barcelona con Cruyff y se despidió en el retiro del Celta. Siempre con el balón, su amigo en la tapia de La Seca. «Mi casa estaba a las puertas de la iglesia. Fui un privilegiado por crecer en un pueblo y jugar en la calle. Con el tiempo entendí que allí conseguí mi técnica y agudicé el ingenio».

El pueblo, la iglesia, el campo… Pudiera pensarse en un arquetipo de futbolista castellano. Y Eusebio lo alimenta. « Mi referente era Cardeñosa» , dice en honor del elegante futbolista pucelano que ha pasado a la historia por su fallo en el Mundial de Argentina. «También Del Bosque» . De Salamanca. Ancha es Castilla.

Sus tres grandes fuentes

En su periplo como centrocampista, Eusebio ensalza a tres entrenadores, tres modelos de gestión. « Vicente Cantatore me hizo sentir bien. Reconocía el valor del futbolista. Johan Cruyff le dio sentido a mi carrera. Jugaba con tres defensas y cuatro centrocampistas y me abrió un mundo de posibilidades. Fui el ayudante de Frank Rijkaard y un modelo para mí en la gestión de un equipo y sus egos. Era la bondad. Un maestro».

Identificado con la escuela del 4, el juego de posición del Barcelona, Eusebio recuerda que «Cruyff paraba cada día el entrenamiento porque no encontrábamos la línea de pase». El sistema de Eusebio en la Real Sociedad trata de descubrir al jugador libre en cada acción de ataque, empezando por el portero y siguiendo la circulación de la pelota en un rondo grupal. « He pertenecido al Barcelona en tres etapas y eso cala. Como jugador, como ayudante de Rijkaard y como entrenador del filial».

En la Real Sociedad prosigue en esa idea futbolística . Como entrenador ha entendido que la gestión de los egos es elemento capital. «Les digo a mis jugadores que los objetivos privados tienen que estar al servicio del equipo. Necesitamos personas motivadas por el mismo objetivo. Indudablemente, queremos ganar porque eso refuerza la revalorización del grupo. Si uno solo piensa en su ego, perdemos todos». Y dice estar feliz. «Estoy encantado porque he encontrado comprensión en la directiva para desarrollar mis ideas. Estamos creando algo».

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