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Albania-España

Lopetegui cambia a España

El seleccionador innovó y puso a tres defensas de inicio en el esquema de España, que se pone primera de grupo

Julen Lopetegui, durante el partido ante Albania Reuters
Enrique Yunta

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Una hora antes del partido, con las calles pobladas de fortachones albaneses sin camiseta que encendían bengalas ante los ojos de la permisiva policía, hubo noticia. Ahora que el fútbol está cada vez más alejado de los medios y, por ende, de la afición, acertar los onces se ha convertido en una actividad periodística más dada a la intuición que otra cosa, así que hubo estupefacción cuando llegó el mensaje SMS de la responsable de prensa de la Real Federación Española de Fútbol. Contra Albania, solo tres defensas naturales de inicio, así que se sucedieron las tertulias en la sala de trabajo del Loro Boriçi de Shkodër, convertida en un gigantesco restaurante con un banquete tipo boda que tenía a los reporteros locales (también algún español) más felices que las perdices. Que si juegan tres atrás, que si la banda derecha será toda para Vitolo como hace Sampaoli en el Sevilla, que si Koke ya actuó en su día con Del Bosque como lateral derecho... Sonaron los himnos y se desveló el misterio, un dibujo con tres puntos blancos en la retaguardia y más gente arriba para derribar el poderoso muro albanés. Lopetegui, y eso no se le puede negar, prueba cosas.

El experimento

Para el experimento, llamativo en un choque tan relevante, Busquets daba un paso atrás cuando tocaba proteger a De Gea, algo que sucedió muy poco ya que Albania no tenía ninguna intención de buscar el gol. Le bastaba con no recibir ninguno y esperar al mínimo error de los españoles para salir corriendo, otra manera de entender el fútbol. En el ataque y gol de la selección, un juego de patio de colegio que deja de tener sentido cuando falla el segundo concepto, hubo mucha movilidad de los centrocampistas, con Iniesta y Silva pidiendo al pie en exceso, y con el aliento de Koke y Thiago muy cerca del balón. De la prueba, el más perdido era Diego Costa, encasillado en un mar de piernas y sin opción de ganarse la vida. Luego se ganó la portada, eso sí.

Ya son miles de noches con la misma trama y a España no le quedó más que armarse de paciencia y olvidarse del reloj, que restaba minutos en su contra y que le llevó al intermedio con un inquietante 0-0, sin que a Albania se le viera sufrir demasiado embotellada en su propia área. En una pelea de aprobado, quizá de bien, se repitió el problema de cada velada. Dominio infinito, ocasiones escasas, aunque luego los técnicos ven más de las que percibe un aficionado de a pie.

Y, como ante Italia, se cantó bingo por el fallo del portero, un oficio que se moderniza ya que ahora les piden jugar con el pie. El jueves, Buffon dio una patada al aire que le dejó en evidencia y ayer fue Berisha el que patinó, pues quiso entregar la pelota a un compañero y se la dejó a Vitolo, quien asistió a Silva y éste, en vez de rematar, prefirió que Costa justificara su cargo. Gol y fiesta bajo la lluvia, liberación en Shkodër y salto de Lopetegui.

Nolito y su duende

Ya todo fue más fácil y el melón salió más o menos bueno, resuelto el viaje con un balance más que positivo. Con viento a favor, a España se le hizo más cómoda de lo esperada la batalla y quedó vista para sentencia cuando Nolito, que acababa de entrar, hizo el segundo, interesantes datos del andaluz cuando defiende bandera. Empapado en la banda, Lopetegui respiraba tranquilo y se contentaba con las noticias que llegaban del Macedonia-Italia, aunque al final pasó de lo de siempre (venció Italia 2-3 en el 92 cuando perdía 2-1).

De la cuarta visita a Albania no habrá tanta historia que contar, triunfo rutinario al que se le da menos valor del que tiene porque se daba por hecho. A lo sumo, se recordará que en las redes hubo cierto pollo por la camiseta de Gerard Piqué y la ausencia de los ribetes rojo y amarillo de la manga (Ramos tampoco los llevaba, pero cuando hay polémica con España siempre se habla de Piqué) y por la pizarra de Lopetegui, que se atrevió con un planteamiento atípico. Él también juega y tiene a España como líder de grupo, más cerca del Mundial de Rusia. En noviembre, y en Granada, toca Macedonia.

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