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Copa América

Chile conquista la gloria

Los anfitriones se hacen con su primera Copa América tras los fallos de Higuaín y Banega en la tanda de penaltis

Chile conquista la gloria EFE

HUGHES

En los penaltis lanzó Higuaín a darle al marcador y Banega no quiso ni mirar la portería. Así era difícil marcar. Alexis convirtió el suyo con una especie de Panenka chic. Un balón muy lento, bajo, que fue entrando poco a poco, retardando el estallido de la euforia como el silbido de un chupinazo.

Chile consigue su primera Copa América y conoce por fin la gloria del fútbol con un conjunto lleno de buenos futbolistas en el que destaca Medel, símbolo de la garra nacional , y un paradigma táctico que evolucionó desde Bielsa hasta el agonismo de Sampaoli.

Otamendi, con lo que es Otamendi, al lado de ellos parece un cartujo warrior, un camarero de pub con gin tonics fosforescentes, un seguidor de tendencias. Pero Medel es Medel...

Argentina ha regalado entrenadores por toda América y ahora parece menos hecha que las demás. No hubo los «tuyamías» entre Messi y Pastore. ¿Pero cómo iba a haberlos con esta Chile?

Hubo una jugada. Parecía que no estaba Pastore cuando en el minuto 44 agarró una pelota en la izquierda, avanzó y frenó de repente. Fue un freno seco, alto, lento, pero se vio lo prodigioso del asunto cuando el defensa chileno cayó al suelo. Le dio el balón a Lavezzi, que entraba de cara a portería. Falló el Pocho.

Pastore haría poco más entre largas intermitencias y Messi no pudo cambiar el orden del partid o y volvió a la impotencia de perder con Argentina.

La derrota, que se suma a la del Mundial, vuelve a recordarnos que no ha ganado nada con Argentina. Los fanáticos de Maradona estarán llamándole pechofrío hasta el próximo mundial. Acabó mirando los penaltis un poco separado del resto, abstraido. Si ya parece ausente en la victoria, cuando pierde es un chollo para los fotógrafos. Messi en la red, Messi mira el césped, a Messi se le agarra un niño, Messi mira la copa como a la señora del prójimo...

Sampaoli pudo con Martino en una competición que parecía la oportunidad perfecta para Chile. De tan propicia parecía preparada. En Argentina queda tocada también la figura de Higuaín ; sus fallos pueden rematarle una fama definitiva de negado, una leyenda de goleador miope que a su edad ya no se va a poder quitar de encima.

El inicio en el Estadio Nacional era de amor épico a una bandera. A capella cantan el himno. Y no lo samplean como Bobby McFerrin porque no es plan. Sampaoli, asomando de un anorak, parecía un «minion» genial.

Chile presionó en un inicio apabullante. Cargaba el juego por la derecha, la doble vertical de Vidal e Isla . En la izquierda sin embargo todo lo paraba la torpeza de Beausejour. Parecía la pared en la que se apoyaba Valdivia para ver mejor a quién pasar en el otro lado.

Pero Argentina aguantó. Con algún apuro en Otamendi y muchos en Rojo , carnecita tierna para los chilenos. Argentina tenía que sacar el balón en largo, un poco asfixiada. A Messi le rodeaban siempre tres como si se quisiese cambiar el bañador en la playa y Medel encima le pegó una patada en el estómago de las que le daban a Ralph Macchio en Karate Kid. Medel parecía la Big Boo de Orange, pero enfadada. Cae a la banda como se va a las duchas, a dejar algún aviso con forma de señal perdurable en el cuerpo.

Chile tenía lo bueno y lo malo compendiado en un activo Alexis Sánchez que iba desdibujándolo todo con un fútbol cabizbajo.

Lo mejor, las posiciones de Díaz y Aránguiz y las subidas de Isla. Lo peor, quizás, el diálogo imposible entre Alexis y Beausejour.

La lesión de Di María

En el 24 se rompió Di María. Comenzó una cabalgada escoba en mano y la abandonó como si se le hubieran reventado las fibras a su caballo.

Argentina sufrió unos minutos, pero luego se creció. Chile fue acumulando tarjetas amarillas y la primera parte acabó con el fino recorte de Pastore.

Chile tácticamente es un bloque rematado, pero Argentina había resistido. Con ese logro, además le quedaba la intacta fe en Messi y Pastore.

Y a Messi no se le toca, pero con Pastore y futbolistas así la impaciencia empieza en los mismos predicadores del buen fútbol, que le piden que participe las mismas veces que un Alexis. Un imposible. Martino sostuvo su apuesta .

El volate parisién comenzó la segunda parte envolviendo el balón en un regate y Argentina comenzó a obtener córneres. Lavezzi lanzó una al Kun, que cuando está en el área la convierte en un búnker de golf,las pelotas caen secas y muertas.

Faltaba Messi, superado por Sampaoli y Medel . Los Sampaoli refuerzan a los Mascherano y viceversa.

Hubo cambios: El Pipita por Agüero, para aprovechar tanto juego largo. Y salió Valdivia, sustituido por Hernández, que rezó hasta el último instante antes de entrar. ¿Sin Valdivia, quién daría el pase definitivo?

Sin Pastore, sin Messi, el partido no lo cambiaría nadie. El 0-0 era un artefacto de eternidad borgiana.

Alexis tuvo una buena ocasión en el 82 y en el 91 Lavezzi le dio a Higuaín un balón que era la Copa América . La pegó al lateral de la red, que es peor porque además de fallar se genera una ilusión óptica.

En las prórrogas se va poco a poco formando el silencio de los penaltis. Alexis tuvo una ocasión solo; empezaron a romperse los futbolistas : Mascherano, Otamendi... Estas prórrogas son como escalar un abismo. Llegan cojos y sin oxígeno para tirarse al vacío a continuación.

Ya sabemos cómo fue.

Honor a Chile.

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