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Athletic Club, ante el reto de superar lo conseguido en su anterior etapa europea

Hace 16 años los vascos cayeron eliminados en la fase de grupos de la Champions tras enfrentarse a Juventus, Galatasaray y Rosenborg. Ahora, los leones quieren lamerse las heridas

Athletic Club, ante el reto de superar lo conseguido en su anterior etapa europea EFE

S. Anes

Han pasado 16 años desde 1998-1999 . Mucho tiempo, quizá demasiado, desde que el Athletic Club disputase su último partido en la fase de grupos de la Champions (cuyo nuevo formato se implantó en el 92). Por aquellos tiempos la brisa que discurría por la ría de Bilbao transportaba todavía ese aroma de alegría y confeti que envuelve a las grandes celebraciones. Desde hacía un año el Athletic era centenario.

El club podía presumir de arrugas y recuerdos. Unos meses después de la fiesta, con 101 años en sus piernas y por segunda vez en su dilatada historia, los «leones» hacían acto de presencia en la fase de grupos de la UEFA Champions League. Aunque con algo de retraso, no había mejor manera de celebrar el centenario.

La clasificación se obtuvo tras eliminar al Dinamo Tbilisi en la ronda previa (ida: 2-1, vuelta: 1-0). Un hecho histórico que permitió a la ciudad respirar con pulmones jóvenes. Paradojas de la vida. Aquel club anciano recuperaba, después de mucho tiempo, una vieja ilusión, rememorando la infancia perdida y la bendita inocencia de un niño que se alimenta de fantasías casi tanto como de gominolas.

El periplo de los rojiblancos por Europa no fue idílico. Los rivales no fueron fáciles: Juventus, Galatasaray y Rosenborg. Los italianos, liderados por un hechicero del balón, Zinedine Zidane, eran los subcampeones de Europa tras perder 1-0 en la final ante el Real Madrid, que ganó la octava. Por su parte, turcos y noruegos eran, como ahora, equipos cuyos estadios ofrecían una climatología extrema y difícil de aceptar; el primero te derretía en el infierno que creaba su afición y el segundo, te quemaba con el aire helado que envuelve la ciudad de Trondheim. Eso sí, ambos tenían en común el hecho de ser verdaderamente incómodos.

Con esos rivales, los vascos quedaron relegados con seis puntos a la última plaza de un grupo muy competido. Las estadísticas no engañan: 5 goles a favor y seis en contra. Tan sólo un partido ganado, tres empatados y dos perdidos. Los dos encuentros contra los italianos quedaron en tablas. Además, los leones no lograron ninguna victoria fuera de casa. Los números fueron mediocres, pero llama la atención que el equipo terminó invicto en San Mamés con un balance final de un triunfo y dos empates. La esencia de ese mítico estadio, pase el tiempo que pase, promete ser inmortal.

Ahora los vascos se aferran de nuevo a su estadio para soñar con los octavos del torneo. Un hito que tornaría en histórico. El grupo es asequible (Oporto, Shakhtar y BATE Borisov). El primer escalón tendrán que subirlo el miércoles contra el Shakhtar (20.45, C+LC2). 16 años después, todo vuelve a empezar. Los recuerdos regresan y, esta vez, quieren mantener el vuelo algo más.

Los bilbaínos contarán con la ayuda del Nuevo San Mamés, que aunque luzca una fachada sin grietas, mantiene la memoria histórica y añeja de los aficionados que lo abarrotan en cada partido. Cabe destacar que el Athletic sólo ha perdido uno de sus últimos 15 partidos europeos como local, ganando ocho de ellos. «Sabe más el diablo por viejo que por pellejo». Y parece que esa regla se extiende también a los leones. Por algo será.

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