Éibar vale el sueldo de Messi

El equipo vasco ultima su graduación en la Liga BBVA vestido en su modesto traje de 18 millones de presupuesto, que iguala la ficha anual de Leo Messi, y que se queda muy corto frente a los más de 500 millones de Real Madrid o Barcelona. Pese a que la máxima sigue siendo «austeridad» , el Éibar ha profesionalizado su estructura organizativa y por primera vez tendrá un presidente ejecutivo -Álex Aranzabal- que, como tal, cobrará una nómina.

La confección del equipo, sin embargo, no está siendo muy distinta a la de años anteriores, reconocen desde el club. Se ha seguido la filosofía de armarse con fontaneros del fútbol, hombres solidarios y corajudos que presentan batalla hasta el pitido final. La última incorporación de Manu del Moral, extremo izquierdo que llega cedido del Sevilla con costes compartidos, se suma a otras seis altas nuevas a cero euros. La baja de Jota Peleteiro , de vuelta en el Celta, será la más sensible en un Éibar que fue cuna de estrellas como Xabi Alonso o David Silva.

En todo caso la ilusión cotiza al alza en una plantilla que se fue sin quererlo de vacaciones, ansiosa por debutar con los mayores, y que se sabe de memoria el calendario que vendrá. Un debut cargado de sentimiento en Ipurúa ante su hermano mayor, la Real Sociedad; luego ante el campeón en el Calderón, San Mamés, la visita del Madrid… Y así hasta primavera. Sin embargo, en la ciudad armera todo es contención. Cerrado el tenso capítulo de la ampliación de capital que le amenazaba con un descenso administrativo si no lograba reunir 1,8 millones de euros de capital social, el mayor quebradero de cabeza es acondicionarlo todo para acoger a algunos de los mejores equipos del mundo.

Y ahí el estadio de Ipurúa se estira como puede, encajonado entre edificios y el monte, para buscar la deseada ampliación de aforo, que le mantendrá metido en obras hasta final de año. Habrá gradas supletorias para 1.700 espectadores más, por más que los vecinos de las torres altas se quejen. También ellos sueñan con ver desde su terraza a Cristiano Ronaldo y Luis Suárez driblando en corto.

Otro desafío es colocar a los 3.700 socios, incapaz Ipurúa de absorber la avalancha de petición de abonos, que se sortearán el lunes entre una masa social compacta que agota las reservas de camisetas a la venta en la villa armera, de 27.000 habitantes. Éibar es la localidad más pequeña en disponer de un equipo de Primera.

«Tenemos la ilusión de un niño. Ipurúa parece pequeño pero jugando se hace grande», asegura Raúl Albentosa sin disimulo por empezar la temporada de oro para conjunto dirigido por Gaizka Garitano. El objetivo: la permanencia. El plan: hacer de Éibar, a medio camino en la autopista entre San Sebastián y Bilbao, un foso para que los rivales que sufren en el norte -como el Madrid- se rindan ante la dignidad de su fútbol.=