copa confederaciones
Entre el diluvio y los tiburones: España inicia la aventura brasileña
Recife recibe a la selección española con una tromba de agua. Los internacionales deberán tener extremo cuidado en la playa, infestada de tiburones
Sebastián Fest
Césped alto, calor agobiante, lluvias tan intensas como repentinas y gargantas incansables desde las tribunas: Brasil es otro mundo , no sólo en el fútbol, y España está comenzando a entenderlo. El gran objetivo de los españoles está puesto en la tarde del 13 ... de julio de 2014, en la final del Mundial en el legendario estadio Maracaná, pero ya al llegar en la noche del miércoles a Recife los jugadores de Vicente del Bosque confirmaron que Brasil 2014 será especial, un desafío mayor.
Si Casillas y compañía habían estudiado por Internet el lujoso hotel en el que se alojarán hasta el lunes, las perspectivas no podían ser mejores: naturaleza y sol a tiro de piedra de una playa imponente . Está claro que de fútbol, Copa Confederaciones y "entender" el Mundial se trata el viaje por Brasil, pero para esos ratos libres que siempre tiene un jugador en las concentraciones, el lugar no podía ser mejor.
O quizás sí, porque en Recife no para de llover , y porque en la playa hay que tener cuidado extremo: si uno se mete con el agua a la altura de la cintura, no es para nada descartable que un tiburón toro le arruine la estadía, o algo más. "Peligro: zona de ataque de tiburones" , dicen en portugués los carteles en la playa. Para aquellos visitantes que entienden el inglés hay, por si no estuvieran del todo convencidos, un intento disuasorio extra: "Peligro, los bañistas en esta zona corren un peligro mayor al promedio de ser atacados por tiburones".
Entre 1992 y 2012 se registraron 56 ataques de tiburones en la playa de Boa Viagem , la franja urbana de fina arena que es el orgullo de Recife junto a su carnaval, el más espectacular del país junto con el de Río de Janeiro, Olinda y Salvador de Bahía. El problema de los ataques de tiburones en la ciudad del nordeste de Brasil es que en un altísimo promedio -uno de cada tres- son mortales. Por eso el surf está prohibido y por eso los guardavidas llevan un sistema que crea un campo electromagnético que aleja a los escualos.
Temporada de lluvia
En Recife -una ciudad de fuertes contrastes sociales- no termina de haber acuerdo acerca de las razones por las que sus aguas están infestadas de tiburones . Se habla de un puerto que modificó el ecosistema y obligó a los tiburones a ampliar su radio en busca de alimento, de la contaminación o -una teoría que viene ganando peso en los últimos años- de que sus playas están frente a una "avenida natural" que recorren los grandes predadores del océano.
Lo cierto es que en Pipa, paraíso surfero sólo 250 kilómetros al norte, los ataques de tiburones son casi inexistentes. En Recife, en cambio, las tablas están guardadas. El tiempo tampoco ayuda. En Recife es invierno , lo que no significa frío -las temperaturas son de verano-, sino agua cayendo a diario desde un cielo cubierto. "Es la temporada de lluvia", explican en la ciudad, acostumbrados a seguir con su vida bajo una fina cortina de agua que no les impide salir a correr, jugar al fútbol o al vóleibol en la playa.
No es un drama para los españoles, alojados en un hotel de lujo en el que todas las habitaciones miran al Atlántico. Lejos de los tiburones, una gran piscina, gimnasio, sauna y spa, así como tres restaurantes, alcanzan para pasar los días y enfocarse en el objetivo concreto, que es conocer y entender Brasil para que en el Mundial del año próximo nada los sorprenda.
Siete Mundiales marca la historia en América, y en ninguno de ellos un equipo europeo fue capaz de ser campeón. Brasil será el octavo Mundial americano , y el desafío es mayor a cualquier otro, porque el país es un continente con todo tipo de climas, un Mundial que el año próximo, dependiendo de las sedes, se jugará en invierno y verano al mismo tiempo.
Uruguay, que tiene en el "Maracanazo" de 1950 quizás a su mayor orgullo nacional desde que que hace dos siglos se convirtió en país independiente, sabe muy bien lo que es jugar en Brasil, un país que muchos de sus jugadores, más allá de los partidos a nivel de selecciones, visitaron o visitan año tras año por la Copa Libertadores.
Eso no lo tiene la cada vez más "europea" España, que así, en una gira que incluye el Maracaná en Río de Janeiro y un paso por otra ciudad del nordeste, Fortaleza, podrá comenzar a entender que Brasil es otra cosa y que defender el título de Sudáfrica 2010 bien podría llamarse hazaña.
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