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LIGA BBVA | JORNADA 25

El Barça sobrevive a su defensa

Muy vulnerable atrás, el líder remonta a un buen Sevilla (2-1) a partir de la entrada de Tello. Villa y Messi neutralizaron el tanto de Botía

El Barça sobrevive a su defensa REUTERS

enrique yunta

Tan voluble como ha sido siempre el entorno, el Barcelona se contagia de la tristeza de su gente, gélido y silencioso el Camp Nou cuando más se le necesita. De repente, y sin una lógica explicación, al Barça se le altera el pulso en el momento decisivo de la temporada y enlaza dos entregas muy mediocres, a años luz de lo exhibido hasta la fecha pese a despertar a tiempo esta vez ante el Sevilla (2-1). Escuece una barbaridad el batacazo de San Siro y la reacción es imperativa ante la visita del Real Madrid del próximo martes con un puesto en la final de Copa por decidir. El Barcelona, disperso, necesita aire y un apaño en defensa. [Así lo hemos contado]

Tres días después de patinar por Europa y quedar al borde del adiós, empeñado el vestuario en reclamar el crédito que le corresponde por lo bien que han resuelto estos últimos cuatro años, el Barcelona tuvo que negociar un partido incomodísimo ante el Sevilla, al que tampoco le iba demasiado en ello porque igualmente se la juega en la Copa.

A nadie le apetecía jugar y se entendía la cita como un estorbo irremediable, una noche de terapia para recuperar alguna de las sensaciones perdidas. Sin embargo, al conjunto azulgrana le acompañó la misma cara de amargura que ante el Milán y sólo se le reconoce por los índices de posesión, tan elevados como inútiles. Movió la pelota en horizontal, se atascó cuando se acercaba a la portería de Beto y únicamente Iniesta tenía algo diferente. Ni siquiera Messi, muy mal en Italia, arrancó con algo de interés. Nada de nada en la primera mitad.

Ante el examen de moral, Jordi Roura buscó en el armario para prevenir a los que juegan casi todo, descartados Puyol y Cesc y reservados de entrada Alba, Busquets y Pedro. El otro Barça se presentó sin lucidez y no hubo ni reivindicaciones ni alegrías hasta las urgencias, suspenso generalizado.

Mientras, y desde una postura comodona, al Sevilla le bastó con protegerse con cierto orden y acertó en la única que tuvo, una jugada que sirvió para caricaturizar al líder ya que falló en cadena y permitió que Botía, un ex de La Masía, rematara sin excesiva oposición. Se confirma que hay un agujero en la defensa y que el contrario tiene la certeza de que algo celebrará.

Apurado, al Barcelona no le quedó más remedio que activarse en la reanudación, fresco con la entrada de Tello por el desesperante Alexis. Con el canterano, el conjunto azulgrana ensanchó el campo con sentido y llegaron los espacios que no hubo antes, el valor de un extremo puro al que siempre se le verá en la línea de cal.

Pasó al centro Villa y el asturiano agradeció un centro de Alves para reclamar su cuota en este equipo. Y en un suspiro llegó el gol de Messi (38) al combinar de forma espléndida con el agitador Tello. Un alivio para la parroquia, el plan B que se exige para las complicaciones.

Ni siquiera con ventaja se serenó el Barcelona, igual de temeroso en la zaga pese a las indicaciones de Vilanova desde Nueva York. El Sevilla buscó el empate y lo extraño es que no llegara en un mano a mano de Negredo con Valdés. Pese a su defensa, ganó el Barcelona, pero no es el mismo.

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