La selección catalana pierde tirón

La selección catalana de fútbol pierde tirón, convertido un evento deportivo en un acto político. El miércoles, en el estadio de Cornellá-El Prat, ni siquiera fue capaz de llenar las casi 40.000 butacas en el duelo ante Nigeria, fijándose la entrada en 27.234 aficionados. Y eso que era la despedida de Johan Cruyff de los banquillos y que las entradas iban desde los 7,5 euros hasta los 22,50. Los organizadores tuvieron que bajar el precio por el poco reclamo que hubo. Cataluña, en pleno auge independentista y con los políticos presumiendo de que hay 87 diputados separatistas, ya no engancha tanto.

Hubo reivindicaciones políticas con Artur Mas presidiendo el palco, despedido incluso con algunos abucheos al término del encuentro. La cita era meramente política y así se interpretó meses antes cuando el propio Mas posó con los presidentes de los principales clubes catalanes reivindicando la oficialidad de las selecciones catalanas. Desde el Barcelona, pasando por el Gerona, el Español o el Llagostera.

El partido en sí no tuvo gran trascendencia en lo deportivo y Cataluña empató ante Nigeria (1-1), poco espectáculo según las crónicas. Y la grada tuvo menos pasión que otras veces, escasos los cánticos. Hubo «senyeras», pero predominaron las «esteladas» entre los gritos en contra de España y el anuncio de que Cataluña será, en 2014, un nuevo Estado de Europa.

Ya en 2011, el estadio Lluis Companys (el olímpico), presentó un aspecto muy pobre con casi la mitad de la grada vacía, pues acudieron cerca de 30.000 personas para un aforo de 56.000. Se pretendía que no se repitiera la situación y de ahí que se jugara esta vez en un recinto más pequeño como lo es el campo del Español. Pero lo cierto es que pocos minutos antes de que empezara el partido había poco más de 10.000 personas. Y eso que se regalaron entradas mediante concursos para evitar un pinchazo de público.