Así es Indianápolis, la cuna de Larry Bird que quiere conquistar Alonso

El primer impacto que llega nada más aterrizar en Indianápolis tiene forma de coche. La pasarela ha enganchado el avión al aeropuerto de la ciudad y por si había alguna duda, el viajero recibe la señal del automovilismo. Un imponente monoplaza con publicidad de tequila mexicano, una empresa de trabajo temporal y muchas pegatinas diseminadas por su caparazón rojo y blanco invitan al viajero a fundirse con válvulas, ruedas, gasolina y una tradición centenaria, las 500 Millas de Indianápolis.

En esta edición 101 que Fernando Alonso pretende conquistar para la llamada triuple corona (ganar esta prueba, las 24 Horas de Le Mans y el GP de Mónaco), la ciudad recuerda que siempre estuvo ahí.

Indianápolis está situada por debajos de los grandes lagos que separan Estados Unidos de Canadá, tiene una población de 800.000 habitantes pero una superficie inmensa. Hay 352.000 casas en una superficie de 900 kilómetros cuadrados. La típica ciudad estadounidense: un ajetreado centro financiero poblado de rascacielos, hoteles y oficianas y una inmensa llanura de casitas bajas con jardín y entrada lateral al garaje.

Tiene fama de ser uno de los lugares más caros de Estados Unidos, sin que exista una relación exacta entre el nivel de vida de sus habitantes y los servicios que ofrece.

El circuito de velocidad donde trabaja Fernando Alonso estos días se encuentra dentro de la franja urbana de la ciudad y es el mayor recinto deportivo de los Estados Unidos. En este país todo se hace siempre a lo grande.

Las 500 millas es uno de los símbolos de Indianápolis. El otro es una leyenda del baloncesto y de la NBA. Larry Bird, ex centauro de los Boston Celtics en la época gloriosa de sus duelos con Magic Johnson y actualmente presidente del equipo de baloncesto , los Indiana Pacers.

Indianápolis quiere que el All Star regrese a la localidad, ya que no lo acoge desde 1985. Y para convencer a los directivos de las NBA realizó hace unos días una potente puesta en escena. Larry Bird, con su melena y su bigote rubios ya poblados de canas, se paseó con un Fórmula Indy por las calles de Nueva York para Alonso quiere estos días dejar su huella en este lugar.