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Fórmula 1

Alonso y Sainz: pilotos, amigos y rivales inéditos

El bicampeón nunca luchó contra otro español. Comparte con Carlos Sainz amistad e intereses

JOSÉ CARLOS CARABIAS

Las imágenes de televisión olvidaron el desfile imperial de Lewis Hamilton en Austin y centraron su foco en el duelo de los españoles. Así cerró la Fórmula 1 el fin de semana en Estados Unidos: Fernando Alonso y Carlos Sainz en una disputa profesional, cuchillo en la mano. Nunca hasta la fecha Alonso había entablado una rivalidad con otro español. Desde que cambió la historia de este deporte en nuestro país, ha convivido en la pista con Pedro de la Rosa, Marc Gené, Jaime Alguersuari, Roberto Merhi y Carlos Sainz. Y nunca luchó de igual a igual con ellos. Mientras el McLaren crece, el ovetense se ha encontrado por la escalera con Sainz, al que le une una lejana amistad.

Sainz junior creció en una familia adoctrinada en los dogmas del motor y de un padre convertido en leyenda como pionero de otro deporte, los rallys. Pero al pequeño Sainz no le dio por los tramos de asfalto, las pistas de hielo o los saltos entre público y tierra. Se quedó prendado de aquel otro español que conquistó un territorio prohibido. Acababa de cumplir once años cuando Alonso se proclamó campeón del mundo de Fórmula 1 por primera vez. Se enamoró de ese deporte y de ese ídolo que puso al país sobre cuatro ruedas, un Alonso con rasgos de adolescente (24 años). Le dijo a su padre que quería ser como él.

Mientras Alonso gestionaba su historia por los circuitos del mundo, otra vida crecía a su vera. Carlos Sainz padre comenzó a frecuentar los circuitos de Fórmula 1 y a trabajar en favor de su hijo como haría cualquier progenitor. Héroe del motor al fin y al cabo, empezó a relacionarse con Fernando Alonso, el mejor introductor de la F1 para cualquier español. El piloto asturiano y el excampeón de los rallys cantaron juntos el gol de Iniesta del Mundial de Sudáfrica en el campamento de Ferrari junto a un nutrido grupo de periodistas con los que compartieron euforia y abrazos.

Quedaba inaugurada así una relación que ha derivado con los años en amistad y camaradería. Alonso, siempre precavido respecto a la gente que trata de penetrar en su círculo privado, acogió al clan Sainz con los brazos abiertos. Carlos Sainz junior ya había dado los primeros pasos en el karting y, competente como es, ya se había incorporado a la escuela de pilotos de Red Bull en Fuschel (Austria). La marca de bebidas energéticas ha patrocinado a su padre en sus incursiones en el Dakar.

Cuando era poco más que un niño, Sainz junior acudió al circuito de Montmeló como un hincha más para apoyar a Alonso y esa marea azul que lo acompañaba. Circulan fotografías de él con el ovetense en una imagen similar a la de Michael Phelps con Joseph Schooling, el nadador de Singapur, campeón olímpico que lo derrotó en la final de 100 mariposa y que se hizo un retrato con él en 2008 cuando aún era un chaval.

El vínculo entre el séquito de Alonso y la familia Sainz ha crecido con el paso de los años. Y más, obvio, desde que el pequeño Carlos consiguió un volante en Toro Rosso procedente de la cantera de Red Bull. Los Sainz admiten que el doble campeón del mundo les ha ayudado con respaldo, consejos, advertencias y demás recovecos en el juego oculto de la negociación en los despachos, que en la Fórmula 1 es un trasiego permanente. « Carlos es el futuro de la Fórmula 1 en España», declaró Alonso para fastidio de Roberto Merhi, quien también se buscaba la vida en la F1.

Alonso y los Sainz han compartido viajes, excursiones deportivas, cenas privadas e intereses. El manager del piloto asturiano, su persona de mayor confianza fuera de su familia, Luis García Abad, ha negociado en nombre de Carlos Sainz en su fichaje frustrado por Renault .

«Con Fernando tengo más cuidado si me quiere adelantar», dijo un día Sainz en la idea de no perjudicar a su amigo y maestro. En Austin pelearon por la quinta posición mientras todas las cámaras los enfocaban. Ganó el jefe en una maniobra limpia y quirúrgica con el DRS del McLaren. Las jerarquías cuentan. «Cuando ganes dos veces en Mónaco, te dejo tirar la falta », le espetó el ovetense al madrileño en el partido benéfico de fútbol de este año en el Principado.

Y así, de la mano, se fueron a cenar el domingo al centro de Austin después de una pelea limpia en la pista.

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