Mercedes se baja del podio

Hay que remontarse a 2013 para encontrar una carrera sin algún Mercedes en el podio. Veintinueve grandes premios después, tanto Hamilton como Rosberg fallaron en Hungaroring y dejaron el primer lunar en una temporada casi impoluta de la escudería germana.

Las cosas se torcieron para ellos desde la salida. Tanto Hamilton como Rosberg arrancaron mal. Y los Ferrari lo hicieron muy bien, que de todo hubo. En la segunda curva Vettel y Raikkonen ya habían tomado la delantera, poniendo de los nervios a los líderes del Mundial. Antes del primer paso por meta Hamilton frenó en exceso antes de la primera chicane para no tocarse con su compañero de equipo y acabó fuera de la pista. Pudo reincorporarse, pero lo hizo en décima posición. El inglés, al que estos retos le motivan más que cualquier cosa, cumplió su papel y comenzó a devorar rivales sin compasión. Tuvo una ayuda inesperada en la salida del coche de seguridad, pero cuando más cerca veía el podio se enzarzó en una batalla con Ricciardo que acabó con los dos monoplazas dañados. Hamilton tuvo que cambiar el morro, y poco después era sancionado por provocar el accidente con el australiano. Se reincorporó decimocuarto, y de nuevo tuvo que remontar hasta alcanzar la sexta plaza final. «Ha sido un malísimo día en la oficina... He tenido una de mis peores actuaciones, no sé si por falta de concentración... Necesito tomarme un descanso», reconocía al acabar la carrera.

Pese a todos estos problemas, Hamilton sale reforzado en el liderato. Llegó a Hungría con 17 puntos de ventaja sobre Rosberg y se marcha con 21 . La razón es que su compañero y rival también falló. Tercero tras los Ferrari durante gran parte de la carrera, Rosberg nunca tuvo el ritmo necesario para darles caza. «¡No me lo repitas más!», gritaba por radio a su ingeniero cada vez que le pedía que redujera la distancia con Kimi. El «Safety Car» terminó por rematarle. Ricciardo, que ya se las había tenido tiesas con Hamilton, llegó como una exhalación en las últimas vueltas con un compuesto más fresco. Al intentar el adelantamiento ambos monoplazas se tocaron y Rosberg pinchó una de sus ruedas traseras. Consiguió llegar al garaje, pero para cuando salió ya le habían pasado cinco coches.