Hazte premium Hazte premium

fórmula 1

La arriesgada apuesta de Fernando Alonso

Afronta el reto de volver a ganar el título con un coche sin desarrollar tras marcharse de Ferrari

La arriesgada apuesta de Fernando Alonso

j. c. carabias

El doble reencuentro deparó felicidad suprema al principio. McLaren y Honda, de nuevo juntos. McLaren y Alonso, en el mismo barco otra vez. Como sucede en casi todas las relaciones, a primera vista solo se apreciaban las virtudes. El vínculo de la escudería inglesa y el gigante japonés en recuerdo de la gloria de 25 años atrás: Senna, Prost, el bólido rojo y blanco patrocinado por Marlboro... Y la segunda oportunidad de Ron Dennis y Fernando Alonso, pelillos a la mar, las vueltas de la vida, la farsa de la Fórmula 1... Han pasado tres meses de aquello y el asfalto decreta el final de la abundancia. Arranca el Mundial en Australia (Melbourne, domingo, 6 de la mañana) y el McLaren sin Alonso se conforma con terminar la carrera. No está el piloto, en rehabilitación por su accidente de Montmeló , y no se espera al coche color plata. Un universo separa al McLaren del campeón, Hamilton con su Mercedes.

El panorama es inédito este fin de semana. No figura Alonso y debutan dos españoles que se convirtieron a esta extraña religión de la Fórmula 1 por los éxitos del asturiano. Carlos Sainz y Roberto Merhi, veinteañeros, entusiastas y sin riesgo de exclusión social por sus familias, perpetúan la moderna tradición española en la F1. Es el legado de Alonso, chavales que quieren imitarlo, ganar carreras, llegar alto y, como él, transformarse en multimillonarios.

Incertidumbre

Alonso se recupera de su amnesia parcial provocada por el golpe lateral de Montmeló en un McLaren de hermosa línea aerodinámica y trazo fino, pero que está en mantillas y alimenta las dudas. Internet ha desplegado teorías del complot, hipótesis varias, elucubraciones, sospechas, informaciones fiables y una pila de mentiras sobre el accidente. Y una batería de desmentidos de Ron Dennis, el patrón del equipo, quien trata de salvaguardar la eficacia orgánica de su factoría.

Pero la incertidumbre prende en McLaren. En doce jornadas de entrenamientos, el coche de Alonso ha girado el triple menos (380 vueltas) que el Mercedes (1.300). Y a menos velocidad que los otros ocho monoplazas presentes. Busca McLaren un colchón de seguridad, pero la realidad invita a una conclusión: lleva un año de retraso respecto a Mercedes. Una diferencia de un segundo por vuelta requiere muchos millones en inversión y mucha paciencia para enjugarlo.

El germen de la cuestión parece residir en la diferencia cultural. Los ingenieros japoneses de Honda trabajan a su ritmo pausado y oriental y muchos no hablan un inglés fluido. McLaren no es una escudería como las demás. Elabora cada trámite, establece protocolos para cada paso... El francés Eric Boullier no ha logrado todavía ensamblar el choque de civilizaciones y el resultado se retrasa. El coche funcionará, dicen, pero no ahora. Entre tanto, la paciencia consume sus plazos.

De entrada, el contexto no es favorable a Fernando Alonso. Se ha marchado de la escudería de referencia en la F1, Ferrari, porque no veía ya la opción de ganar para embarcarse a sus 33 años en una aventura incierta con un nuevo motor Honda que debe desarrollar de principio a fin. No habría que esperar nada potente de McLaren, Alonso y Button hasta el verano, según los pronósticos de la propia escudería.

En ausencia de Alonso, el foco expone demasiada visibilidad sobre Carlos Sainz, 20 años, titular en Toro Rosso y adversario de una de las mayores promesas de la F1, al decir de su mentor, el jefe de Red Bull Helmut Marko. Max Verstappen, 17 años, propone un duelo de alto voltaje entre los novatos. El castellonense Roberto Merhi se ha enganchado a la F1 a última hora a bordo de un monoplaza sin rodaje ni entrenamiento, con pilotos alistados sobre el gong de la campana y con un monoplaza de 2004 que no entiende el software de este año. Si Merhi logra clasificarse para la carrera y no quedar eliminado por exceso de lentitud (el límite del 107 por ciento) ya será un éxito.

El Mundial se pone en marcha con un lema único. Todos contra Mercedes. El gigante alemán asoma con la solvencia que mostró en 2014, capaz de seguir al mismo ritmo (16 victorias, 18 poles, 11 dobletes y 30 podios) y de imponerse en Melbourne. Sus dos pilotos, Hamilton y Rosberg, salen en igualdad de condiciones, aunque desde estratos diferentes. Hamilton ganó el campeonato y Rosberg lloró en Abu Dabi. «Somos como Federer y Nadal», manifestó el alemán en L’Equipe. Amigos, pero rivales feroces dentro del mismo caparazón, Mercedes.

Relanzar Ferrari

Ferrari pretende relanzar la efigie de su cavallino rampante con Sebastian Vettel, cuatro veces campeón del mundo con Red Bull. El alemán llega a un campo de minas, devastado por la ausencia de resultados y la crisis institucional. Ninguna victoria en 2014, un resultado insólito que no acontecía desde 1993. Maurizio Arrivabene ha aterrizado desde Marlboro para reconducir en los despachos a una escudería en los huesos: salieron Montezemolo, Domenicali, Mattiacci y Alonso en una cadena de despidos sin precedentes. La pretemporada invernal ha alentado la recuperación de Ferrari.

Por encima de predicciones y pronósticos fáciles, aparecen nueve meses de competición en los que la Fórmula 1 aspira en España a recuperar un registro intangible: la emoción. Mediodías algo más entretenidos y Fernando Alonso en la pelea. Nadie quiere el aburrimiento de los últimos años.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación