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Ciclismo

Alejandro Valverde no tiene fin

Hoy cumple 37 años. En el Movistar creen que puede seguir hasta los 40 porque físicamente «está igual que en 2004»

Valverde, rodeado de competidores durante la Lieja-Bastoigne-Lieja AFP

JOSÉ CARLOS CARABIAS

Hace trece años que Jesús Hoyos, director médico del Movistar (antes Caisse d’Epargne e Islas Baleares y mucho antes Banesto), accedió por primera vez al perfil fisiológico de Alejandro Valverde . A finales de 2004 el ciclista de Las Lumbreras (Murcia) aceptó el contrato que le ofreció José Miguel Echávarri, abandonó el extinto Kelme y empezó una nueva vida. Hace trece años que Valverde no cambia un ápice, según cuenta Hoyos. Ni su físico, ni su peso ni su porcentaje de grasa ni su relación de potencia watios/kilo. Pasa el tiempo, cambian los rivales, se marchan generaciones, llegan los nuevos y el resultado es el mismo. Valverde sigue ganando. Lo último es la Lieja-Bastogne-Lieja , la clásica decana, que junta a su retahíla de victorias de 2017: Murcia, Andalucía, Volta, País Vasco, Flecha Valona... Hoy cumple 37 años, veteranía al poder en un deporte que exige el máximo nivel físico a sus pasajeros.

Hace trece años que, invariable y contumaz, Valverde pesa entre 62 y 63 kilos. La báscula es uno de los martirios de los ciclistas y su ritual diario de obligado cumplimiento. Corredores que pasan hambre durante la competición y comen como Carpanta en el invierno para saciar penalidades. Valverde nunca engorda. Eso dice Jesús Hoyos. «Tiene un cuerpo muy agradecido que se recupera muy bien de los esfuerzos. Nunca engorda porque esa es su naturaleza y porque cuida su alimentación una barbaridad. Palmo arriba, palmo abajo, siempre mantiene un porcentaje de grasa muy parecido».

La descripción de las facultades de Alejandro Valverde es una línea recta, sin apenas altibajos en su función física. Un ritmo que se manifiesta en su hoja de servicios. Al margen de los dos años que estuvo sancionado por dopaje y su casillero en blanco, siempre ha conservado un rendimiento regular en los resultados. Un balance que ronda los diez triunfos anuales y que incluye piezas de primer nivel (cuatro Lieja-Bastogne-Lieja, cinco Flecha Valona, la Clásica de San Sebastián, la Dauphine Liberé, la Vuelta al País Vasco o etapas en el Tour -4-, la Vuelta -9- o el Giro -1- ) y otras de seguno orden (Murcia, Andalucía, Valencia, Castilla y León), así como un récord histórico: es el ciclista que más medallas ha conseguido en el Mundial (seis) aunque nunca ha ganado esta carrera. Suma 108 triunfos.

«Se conoce muy bien -asegura el médico del Movistar-. Sigue una alimentación estricta, es muy profesional y tiene un gran conocimiento de sí mismo y de su cuerpo». La experiencia le ha aportado una nueva virtud: elige bien los momentos tácticos en cada carrera. Hoyos coincide. «Sí, se puede decir que ese era hasta hace poco su punto débil, la falta de decisión. Pero la veteranía y el conocimiento le han añadido ese valor: cada vez elige mejor el momento de saltar».

El Movistar, desde la época en que se denominaba Banesto o Reynolds, siempre tuvo por costumbre fomentar la cohabitación de dos líderes. Arroyo y Gorospe, Perico e Induráin, Olano y Jiménez... Ahora conviven Quintana y Valverde. El perfil de Nairo (corredor de aliento largo, escalador, resistente, para grandes vueltas) beneficia a Valverde, quien no debe sostener al equipo en el Tour, sino allí donde mejor se adaptan a su chasis: las clásicas y las pruebas cortas. Hoyos no asiente del todo. «Sin duda, es un factor que le ayuda, pero sin Nairo en el equipo su rendimiento sería el mismo, no tengo duda. Tiene una gran seguridad en sí mismo hoy en día».

Diecisiete años de carrera

Solo cuatro ciclistas se reparten los triunfos en las grandes clásicas este curso: el polaco Michal Kwiatkowski , el belga Greg van Avermaet , el eslovaco Peter Sagan y Alejandro Valverde. Especialistas en pruebas cortas, rematadores con fuelle en las cotas de montaña. A esa estirpe pertenece el murciano, cuya carrera se ha visto salpicada por fallidos intentos de asalto a rondas de tres semanas. Solo ha ganado una (la Vuelta a España 2009), ya que siempre hubo algún ciclista más dotado que él.

Valverde, padre de cuatro hijos de dos relaciones diferentes, lleva diecisiete años en el pelotón profesional. Y a tenor de los guarismos que luce en esta primavera 2017, parece un ciclista sin fin. «Creo que tiene cuerda para rato -dice Jesús Hoyos-, al menos hasta los 40 sin problema a este nivel. Su cuerpo no ha expresado ningún indicio de fatiga o aburrimiento. Y mientras mantenga las ganas y la ilusión, no le faltarán oportunidades para seguir ganando».

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