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Liga Endesa

Pablo Laso: «Si hubiéramos jugado la final en el Bernabéu lo habríamos llenado»

Dos semanas después de levantar la Euroliga, el Real Madrid busca desde hoy un triplete histórico que no gana desde 1974

Pablo Laso: «Si hubiéramos jugado la final en el Bernabéu lo habríamos llenado» Ignacio Gil

Emilio V. Escudero

Pablo Laso está feliz, pero quiere más. Insaciable a pesar de una temporada exitosa que hace pocos días devolvió la Copa de Europa al Madrid veinte años después. Horas antes de comenzar hoy los playoffs de la ACB ante el Herbalife Gran Canaria (21.00 horas, Teledeporte), repasa una temporada convulsa y mira hacia el futuro.

–Han cambiado mucho las cosas desde que comenzó la temporada con Pablo Laso en el punto de mira…

–Yo creo que el entrenador está siempre obligado a evolucionar. Hay que mejorar cada día, porque todo cambia, y sobre todo porque siempre tienes nuevos jugadores y cambia su rol en el equipo. ¿Qué ha cambiado? Pues ha cambiado el equipo, los jugadores. Somos un conjunto diferente, con jugadores nuevos en roles importantes y con una situación extraña al principio, porque muchos llegaron sin tiempo desde el Mundial (jugamos la Supercopa con dos entrenamientos). Ha sido un proceso de entendimiento de saber qué cosas podía cada uno hacer bien para el equipo y eso cuesta un tiempo. El que no ha cambiado soy yo y mis ideas, pero sí que me he adaptado al equipo.

–Decía entonces que el objetivo era jugar la Final Four y ganarla, ¿objetivo cumplido?

–Parece que esa es la obligación y es obvio que es así. Aspiramos a luchar por todo. Somos el Real Madrid y hay que aceptarlo. Pero es la misma exigencia del entrenador del CSKA, del Olympiacos o cualquier otro grande de Europa. Al final, solo puede ganar uno. Yo valoro mucho los pasos que se van dando para llegar al éxito. No son sencillos. Tienes muchas competiciones y hay que estar listos para todo. No son 82 partidos con un único objetivo que tienen en la NBA, aquí son muchos frentes abiertos, así que el único objetivo que te puedes marcar es ser mejor cada día.

–¿Cuando llegó a Madrid, a un club que atravesaba una sequía de títulos de décadas, imaginaba estar donde está ahora?

–Es que ese no fue mi primer objetivo. Los títulos estaban ahí, porque siempre quieres ganar, pero ni lo pensaba cuando llegué aquí. Si solo hubiera pensado en eso, me hubiera dejado otras muchas cosas por el camino. Es importante hacer un equipo. Cuando yo llegué no lo tenía. Era nuevo y tomamos muchas decisiones, como la de contar con Llull como base a pesar de las críticas, con el objetivo de lograr un equipo. Un equipo en mayúsculas. Era eso y recuperar la marca del Real Madrid dentro del baloncesto. Volver al Palacio, recuperar el espíritu de siempre de la sección. Todo eso, pero sabiendo que había que luchar por los títulos.

–¿Qué momento no se le va a borrar de la Final Four?

–Hay varios. El abrazo con mis hijos es algo que me va a quedar para siempre, pero a nivel de equipo, me quedaría con una charla previa que tuve antes de empezar el torneo y el momento antes de salir a jugar la final. Ahí vi a los chicos preparados y unidos como nunca.

–¿Cómo se les motiva?

–Cada día es diferente. Con tanto tiempo que pasamos juntos, no es algo que hagas, sino el mero hecho de estar juntos lo que ayuda a motivar. Luego, siempre vas buscando algo que a ellos les active…

«Un resultado no puede taparlo todo, pero sí que es lo que te abre los ojos»

–¿Y cuál fue ese resorte en la Final Four?

–Es que la Final Four en sí tenía ya ingredientes suficientes para motivarles y no hacía falta que Pablo estuviera ahí diciendo que era importante ganar ante nuestro público o cosas así. Quizá lo más importante ha sido el empuje de esa gente en momentos puntuales. Como cuando llegábamos al Palacio, cuando nos íbamos a casa o gente que nos ha animado incluso sin tener entrada. Estoy seguro que si hubiéramos jugado la final en el Bernabéu lo habríamos llenado. Esta es la grandeza del Real Madrid. La motivación en los grandes momentos es mucho más fácil para el entrenador.

–¿Han ayudado los tropiezos a lograr este título?

–No creo mucho en que una derrota debe enseñar. La victoria también lo debería hacer, aunque es el resultado lo que te abre los ojos. Nosotros vivimos este año un proceso de construcción que nos ha costado más tiempo del esperado y esas derrotas de las que hablas no vinieron en nuestro peor momento. De hecho, perdimos partidos fuera de casa que todo el mundo ha perdido este año. Barcelona, Valencia… Teníamos lesiones y podía ser hasta normal, pero creo que son esos problemas que todo equipo tiene durante una temporada los que le pueden hacer crecer. El resultado no puede taparlo todo, tanto para bien como para mal.

–¿Hasta se habló de que Laso podía dejar de ser entrenador del Real Madrid?

–No vivo aislado en mi mundo. Nadie lo hace. No puedes vivir de espaldas al mundo. Otra cosa es que eso te cambie. Yo puedo estar de acuerdo o no, pero eso no puede influirme para que varíe mi camino. Es imposible que todo el mundo hable maravillas de mí. Si hasta llegué a ser hasta seleccionador… (se ríe)

–¿Le gustaría llegar a serlo algún día?

–No tengo esa visión de futuro. No pienso en lo que va a pasar conmigo el año siguiente. Solo pienso en el lugar en el que estoy y ahora mismo estoy en un gran club. Entrenar al Real Madrid era algo impensable cuando empecé mi carrera. Como no eso no lo pensaba entonces, tampoco me hago cábalas con lo que pueda pasar en mi futuro. Sólo tengo tiempo para pensar en los playoffs. Me equivocaría si hiciera lo contrario.

«No me hice entrenador por miedo a alejarme de las canchas, lo hice por amor al baloncesto»

–¿Es difícil volver a centrar la atención del jugador después de ganar la Euroliga?

–El equipo esta semana ha entrenado muy bien y ahora debemos estar preparados a nivel mental para una competición completamente nueva. Hay que recuperar el nivel competitivo después de la Euroliga ante un gran equipo como el Gran Canaria.

–¿Es de los que habla mucho con los jugadores?

–No me gusta ser pesado y el entrenador suele ser pesado para los jugadores. Ellos saben que tienen mi puerta abierta siempre. Yo siempre estoy. Sé que tienen problemas, son personas. Cuando uno va a un partido y critica a un jugador no sabe si ha dormido bien o mal. O si tiene enfermo un familiar. Todo lo que va detrás es muy difícil de valorar. Yo siempre les ofrezco mi apoyo para que ellos den el máximo, no para arreglarles sus problemas, pero sí para apoyarles. Que sepan que el equipo está siempre junto a ellos. Creo que así pueden rendir más. Intento que sea una relación cercana, pero no un pesado. Me gusta que tengan su espacio.

–Usted pasó de estar jugando a dirigir desde el banquillo en solo unos días, ¿le era imposible alejarse del baloncesto?

–Sí, porque es mi vida. La gente que me conoce de pequeño dice que siempre me han visto con un balón en la mano. El baloncesto es mi vida. Quizá el momento más difícil de la carrera de un deportista sea ese de dejar de jugar. Es muy difícil. El jugador muchas veces tiene que asumir una cosa que es muy dolorosa y es que su físico ya no le permite jugar. Es algo que no ocurre en otras profesiones y sí en la nuestra. El físico te jubila en el deporte y eso supone una transformación personal muy complicada. Yo tenía claro que quería seguir ligado a la canasta, pero no me hice entrenador por miedo a alejarme de las canchas, lo hice por amor al baloncesto.

–Se retiró a los 35, ¿ve a Nocioni y a Reyes y qué piensa?

–El baloncesto ha cambiado mucho. El jugador ahora ha alargado su carrera. Cuando yo empecé un jugador con 30 años era un viejo y ahora esa es su mejor edad. Felipe está jugando una temporada impresionante y Nocioni ha sido el MVP de la Euroliga. Eso habla muy bien de ellos, que aún sabiendo que están más cerca de su final, no dejan de esforzarse día a día para ser mejores y hacer mejor al equipo. Esa filosofía vale igual para un chico de 21 años, que debería saber que cada día que pasa sin intentar mejorar es un día perdido.

«¿Los jóvenes? Si crees que eres mejor que Felipe Reyes debes demostrarlo»

–Habla de los jóvenes, Doncic, Yusta, Barreiro… muchos vienen llamando fuerte a las puertas del equipo. ¿Veremos a alguno en la plantilla el año que viene?

–Sí. Esta es otra de las ideas que yo tengo como entrenador. El trabajo que han hecho Angulo y el resto de entrenadores con la cantera ha sido muy bueno y ha ido ligado a la idea que todos tenemos del equipo y del club. El problema, es que el Real Madrid tiene una exigencia máxima y eso deben saberlo los jugadores desde pequeños. El que quiera jugar aquí debe ganárselo y no por el simple hecho de estar en la cantera del Madrid tienes derecho a vestir esta camiseta. Si crees que eres mejor que Felipe Reyes debes demostrarlo. A mí me gusta que me hagas esta pregunta, porque seguramente hace cuatro años no me la habrías hecho. Creo que los dos mejores jóvenes de la ACB han sido Dani Díez y Hernángomez, que salieron de nuestra cantera. Un premio a este trabajo que estamos haciendo.

–¿Le da tiempo a seguir la NBA?

–Sí, no la seguía tanto antes, pero mis hijos tienen una edad ahora en la que les gusta más y la vemos juntos.

–¿Con qué equipo compararía al Madrid?

–A mí me gustaría compararlo con los Spurs. Yo pasé con ellos una temporada y una Liga de Verano y su idea de equipo es la que más me gusta. San Antonio ha sido muy reconocible en los últimos años, no tanto por sus títulos, sino por su trabajo de equipo. A mí me gusta que mi equipo tenga una identidad y en ese sentido es algo que me gusta de San Antonio. Lo que pasa es que ahora eso lo han copiado más equipos, como por ejemplo los Warriors.

–¿Qué jugador le hubiera gustado ser?

–Nunca he tenido ese deseo. Cuando era jugador siempre intenté ser yo mismo y el mejor yo posible. Me gustaba ver a Stockton, a Corbalán o Solozábal, más que nada porque eran jugadores con unas características parecidas que me permitían mejorar. Claro que me gustaba Abdul-Jabbar, pero yo no me veía tirando ganchos en la zona.

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