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Boxeo | Entrevista

«El boxeo no es un deporte violento»

Jon Fernández peleará el próximo 8 de octubre por el campeonato del Mundo júnior en Bilbao y repasa junto a ABC su trayectoria y la situación de este deporte

El aspirante al campeonato Mundial júnior, Jon Fernández, posa en el gimnasio Brooklyn para ABC RAFA ALBARRÁN
Álvaro G. Colmenero

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Cuando Maravilla Martínez vio entrenar a Jon Fernández (Etxebarri, 1995), pensó que había nacido una estrella. «El niño de oro» se enganchó a la adrenalina que regala el boxeo desde que pisó un gimnasio por primera vez con 14 años. Desde entonces por su mente no finta otra imagen que no tenga que ver con este deporte. El joven púgil vasco debutó en Estados Unidos con victoria por la vía rápida el pasado 1 de septiembre. Ahora, mientras prepara su próxima cita a golpe de ilusión, el campeonato Mundial Júnior WBC que disputará en Bilbao el próximo 8 de octubre, hace un alto para atender a ABC. En su habla desprende la seguridad del que se siente bien entrenado. Dieciséis cuerdas de humildad. Y combinaciones de palabras que salen disparadas como ganchos. Suena la campana.

Primero empezó jugando al fútbol y luego se pasó al boxeo con 14 años. ¿Cómo fue aquella etapa?

Dejé el fútbol porque no se me daba muy bien. Me apunté a un gimnasio para hacer pesas, nadar... Un día probé el boxeo y hasta hoy. Desde el primer día me encantó.

¿Y cuándo fue su primer combate amateur?

Tarde un año en pelear porque en España no se puede competir hasta los 15 años.

Y llegó un día que el boxeo aficionado se le quedó corto...

Primero acudía como hobby por entrenar. Luego me picó el gusanillo de competir y me enganchó. Poco a poco fue saliendo todo bien ganando peleas y estuve en el equipo nacional. Así fui evolucionando. Llegó un día que quería probar el campo profesional, el guante más pequeño, un mayor número de asaltos... y así fue.

Jon Fernández RAFA ALBARRÁN

Y tras numerosas peleas amateurs dio el salto a los Estados Unidos. Debuta al otro lado del charco y con victoria por KO en el quinto asalto. ¿Era ese el gran salto que necesitaba para forjarse un nombre a nivel mundial?

Es el salto que hay que dar para ser reconocido a nivel mundial, pero de momento solo es el principio y quedan muchos saltos que dar.

Dicen que cuando se pelea en Estados Unido la gente exige más y todo es diferente. ¿Lo notó?

La infraestructura cambia, pero al final es parecido a Europa. Encima del ring el rival tiene dos brazos y dos piernas como en cualquier sitio.

Hablemos de su boxeo. ¿Cuál es su punto débil y su punto fuerte?

Mi punto fuerte es la inteligencia. El punto débil es fuera del combate... Soy muy exigente conmigo mismo.

Y en cuanto a las distancias en combate... ¿en qué pelea se siente más cómodo?

En las tres distancias. Por mis características físicas (1.78 metros, 58 kilos) sí que tengo que trabajar más la media-larga para aprovechar la envergadura y la diferencia de altura con mis rivales puesto que soy muy alto para el peso superpluma. Pero si hay que meterse en la distancia corta e intercambiar tampoco me importa.

Maravilla Martínez (su promotor junto a Lou DiBella) decía que le gustaba su tumple para ser tan joven. ¿Entrena esa faceta psicológica?

No es que la entrene de una manera especial, pero sí que soy consciente de que hay que hacer en cada momento y por eso no entro muchas veces a la distancia corta. Pero hay veces que cuesta porque se calienta la pelea y muchas veces quieres devolvérselo muy rápido y en realidad no sirve para nada. Eso también me lo ha dado la experiencia en amateur, por eso es muy importante tener muchas peleas a nivel amateur.

«El boxeo es un deporte en el que no paras de aprender nunca, viendo a otra gente, otros entrenamientos… vas mejorando y te vas haciendo más completo»

También destaca su juego de piernas... ¿qué cree le urge mejorar?

Muchas cosas. Creo que todavía tengo margen de mejora en todos los aspectos. Aunque boxee a la larga siempre puedo aprender cosas nuevas. El boxeo es un deporte en el que no paras de aprender nunca, viendo a otra gente, otros entrenamientos… vas mejorando y te vas haciendo más completo.

Cuéntenos qué manías tiene a la hora de pelear.

Siempre me pongo el calcetín derecho primero, la bota derecha primero, el guante derecho primero… y salgo con un rosario que es un regalo. Antes de salir siempre me voy a una esquina yo solo y me digo unas cuantas para concentrarme.

Hablando de concentración, ¿tiene alguna técnica concreta?

Sí, ahora he empezado a hacer yoga, una hora y media a la semana, para poder concentrarme más y estar aislado.

Pasemos a su próximo combate. Una pelea en el que está en juego el campeonato del Mundo júnior de la WBC el 8 de octubre. Pelea en casa, en el pabellón bilbaíno de La Casilla. Su rival es Mikael Mkrtchyan, un púgil armenio residente en Andalucía. ¿Qué espera de este combate?

Desde que peleé en Estados Unidos hemos tenido cinco semanas para enfocarnos en este rival. Ya le conocía de antes y le he visto pelear en directo. Es un rival muy bueno y boxea muy bien, va a ser una pelea muy atractiva para el público y que quien gane, que espero ser yo, va a demostrar que es el mejor de ese peso.

¿Un resultado?

Con la victoria me vale (risas).

¿Cómo está preparando el campamento de entranamiento para esta pelea?

Muy bien, porque venimos de la otra preparación de la pelea de Estados Unidos que fue dura y fue larga. Íbamos a pelear en una fecha y al final se atrasó un poco y encadenamos 14 semanas entrenando muy fuerte, y ahora hemos encadenado de nuevo, y seguimos igual muy fuerte. Ahora hemos podido venir a hacer sparring con gente muy buena (con Ángel Moreno en el gimnasio Brooklyn), así que mejor que nunca.

Sobre la visión negativa del boxeo: «Si esa gente probase a entrenar, conociese a la gente que se mueve en el boxeo cambiaría totalmente de pensamiento»

Al retrasarse la fecha de la pelea en Estados Unidos, ¿no queda poco tiempo para preparar la siguiente pelea?

La verdad que no porque hemos asimilado bien el trabajo. La pelea fue un jueves y hasta que volvimos el sábado tuvimos esos días de descanso y hasta el lunes no volví a entrenar. Poco a poco fuimos subiendo la intensidad gradualmente. Sí que lo idóneo hubiera sido una semana de descanso y luego tener otras ocho semanas, pero las cosas son como son y hay que amoldarse a lo que hay.

¿El campamento de entrenamiento lo prepara de alguna manera genérica o es específica en función de cada rival?

En general siempre igual, solo que la estrategia con Igor en la parte de boxeo, en las manoplas o en los sparrings los amoldamos un poco al rival. La parte de fuerza y de carrera es casi siempre igual. Lo que varía en ese aspecto es el número de asaltos. Por ejemplo, la anterior pelea fue a ocho, esta es a diez y ahí cambia el tipo de preparación.

¿El boxeo le viene de tradición familiar? Su hermano de 15 años sigue tus pasos...

No, no es de tradición familiar. Lo que sí es cierto es que mi hermano Íker también boxea y ha sido campeón de España y subcampeón de España y tiene bastantes combates.

Quería preguntarle acerca de la aceptación del boxeo en España. Decía Kerman Lejarraga en una entrevista que en las veladas de boxeo no hacen falta 50 policías en las gradas como ocurre en un campo de fútbol... ¿por qué sigue teniendo esa fama de deporte de macarras?

Mucha gente habla sin saber. En las películas el guión siempre es el mismo cuando sale el boxeo: mafias… una visión negativa. Todo eso es mentira, yo no lo veo. Si esa gente probase a entrenar, conociese a la gente que se mueve en el boxeo cambiaría totalmente de pensamiento. Lo que se refleja es los que han tenido mala fama que son casos muy puntuales y solo sale eso.

Jon Fernández RAFA ALBARRÁN

Viviendo el boxeo desde dentro, ¿cómo ve el panorama nacional tanto a nivel amateur como profesional?

Creo que la situación es muy buena. Lo único que nos falta es la televisión para estar al nivel de Estados Unidos. Ellos al tener televisión pueden conseguir bolsas mayores y les permite vivir de esto. Aquí cualquier boxeador profesional tiene que compaginar sus ocho horas de trabajo, con entrenar dos veces, cuidar la alimentación, pagarse el fisio… al final es mucho gasto que si a parte tienes que mantener una familia los que tengan hijos… mantener una casa… el boxeo aquí en España no da para vivir.

- En España hay una ley que no permite emitir el boxeo en ‘prime time’. Si tu viera al legislador delante, ¿qué le diría?

Que es un deporte más. De hecho, es un deporte olímpico. Cuando peleó Samuel Carmona en los Juegos se emitió a las cuatro de la tarde y no hubo ningún problema. No es un deporte violento, si hay un corte puedes ver sangre, pero cuando termina el combate se dan un abrazo y todo queda ahí. Puede resultar más violento y se pueden oír más insultos en un partido de fútbol que en una velada de boxeo. Yo he ido a muchas veladas y no he visto nunca a nadie en la grada que se ponga a insultar como si le fuera la vida y en el fútbol sí. La diferencia es que el fútbol genero mucho dinero.

Haciendo un poco de autocrítica, ¿qué puede mejorar el boxeo español para atraer más ayudas y patrocinadores?

Una de las cosas que tendría que hacer la gente del boxeo español para que fuese mucho más seguido es lo siguiente: hay muchos boxeadores en todas las categorías de peso. En todas habría cruces que todo el mundo quiere ver, pero los boxeadores en ciertas ocasiones evitan tener que enfrentarse, porque perder con otro español… Prefieren traer gente asequible de fuera y a la gente quizá no le interesa ver un Jon Fernández contra un georgiano. A la gente le interesa más ver un Jon Fernández contra Santi Bustos. En resumen, entre gente de España. Eso creo que atrae mucho más a los aficionados. Y si hay más espectadores hay más patrocinadores. Va todo en cadena.

«Puede resultar más violento y se pueden oír más insultos en un partido de fútbol que en una velada de boxeo»

Kerman Lejarraga, Jon Fernández... parece que el País Vasco es una fuente inagotable de boxeadores.

Creo que ha sido en gran parte gracias a Euskobox, porque cuando yo empecé a boxear iban 200 personas a la velada. Así es imposible que salga ningún buen boxeador. Esto es una cadena: si van 200 personas a una velada el promotor no va a hacer veladas porque no sale rentable. Ellos han conseguido que los medios de comunicación se hagan eco de las noticias de las noticias de boxeo, que en vez de 200 vayan 2.000 personas a una velada entonces al final hay muchas más veladas, cuantas más veladas más pelean los boxeadores cuantas más peleas más experiencia… Repito que es todo una cadena.

Al ser tan joven no tiene muchos combates, pero, ¿cuál recuerda con más cariño?

El de Estados Unidos porque era allí. Pero el que marcó el antes y el después de mi carrera fue la primera vez que peleé en Madrid contra Rubén García. Los dos llevábamos tres o cuatro peleas y los dos estábamos invictos y él era el de casa y la gente se pensaba que iba a perder. Como se suele decir se pensaban que me traían al «matadero». Y gané por KO en el primer asalto y desde ese momento la gente me tuvo más en cuenta.

Dígame algún boxeador en activo que considere una referencia.

Me gusta mucho Saúl «Canelo» Álvarez y Golovkin.

Tendrá alguna otra afición para desconecta, imagino.

El boxeo. Por eso hago yoga para tener una vía de escape. Solo pienso en boxeo.

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