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Bádminton

Carolina Marín, campeona del mundo

La española supera en la final a la india Saina Nehwal por 21-16 y 21-19 y se cuelga su segundo oro mundial consecutivo [vídeo]

Carolina Marín, campeona del mundo

Laura Marta

Como un ciclón, Carolina Marín salió a por todas en la final del Mundial. Un reto mayúsculo se presentaba ante su raqueta: superar a Saina Nehwal, que le había ganado en tres de los cuatro precedentes, colgarse su segundo oro, convertirse en la primera jugadora no china en revalidar el título. Como un ciclón, Carolina Marín se deshizo de la india por 21-16 y 21-19 y vuelve a cambiar la historia del bádminton al coronarse por segundo año como la más grande jugadora del mundo.

Salió sin nada que perder y con una agresividad que jugó su papel de meter presión a su rival. Cada punto era una forma de reivindicarse en su privilegiado primer puesto del ranking mundial. Una exótica que ya ha conquistado el planeta bádminton. Porque un escalón por debajo, como número 2, su rival al otro lado de la red. Una jugadora con una defensa tremenda y con facilidad en convertir ataques al cuerpo, como bien pudo aprender, sino sabía ya, la onubense. Pero en el primer set solo había gritos de ¡a por ella! y puño levantados de la joven jugadora española.

Se mantuvo muy firme con sus ataques, y leyó bien los contrarios. Y no dejó opción de remontada a su rival, que terminó enredada en los errores que le forzaba Marín. La española, concentrada en su trabajo y en ganar, ni siquiera dejó que la juez de silla la despistara con sus reiteradas llamadas de atención para evitar que alargara sus descansos entre punto y punto. Marín había peusto la vista en el oro y no lo iba a soltar.

Pero en un deporte que va por rachas, el segundo set comenzó muy bien para la india, que no dudó en utilizar todos sus recursos para tratar de frenar el empuje de la española . Los ataques directos al cuerpo y las defensas hicieron mella en Marín, que se vio con el marcador en contra y con puntos tremendamente largos que desgastaron su energía.

No obstante, si algo caracteriza a Marín es su capacidad de reaccionar ante los imposibles. Es la prueba más gráfica de que todo lo que se proponga puede resultar. Ya remontó de una forma magnífica en el tercer parcial de la semifinal , con un 10-0 que la impulsó hasta el último partido del campeonato. Lo volvió a hacer contra Nehwal. Con un parcial de 7-0 , la española recobró la desventaja de 6-12 y puso nervios en la muñeca de su rival.

A partir de ahí, la lucha fue encarnizada. intercambios larguísimos de golpes, defensas-ataques, búsquedas de la red, de la cinta, de la línea. Pero la mentalidad de Marín , que siempre ha tenido a Rafa nadal como su ídolo y ejemplo a seguir, fue más fuerte que la india y permitió que lograra el punto definitivo para coronarse en Yakarta, en el mundo, en el planeta bádminton, por segundo año consecutivo. Un oro que sabe a gloria por el cómo había llegado al torneo, por cómo superó las lesiones de esta temporada, por cómo se sobrepuso a las molestias de las primeras rondas. Carolina Marín reescribe su propia historia para hacerla si cabe más bonita. Segundo oro, y consecutivo, donde ninguna jugadora no china había llegado jamás. El mundo del bádminton es suyo.

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