natación sincronizada
Tarrés: «A Mengual no al retiré yo, se retiró ella»
Imperativa y entrenadora de mano dura, Anna Tarrés sale del silencio en que se sumió tras la no renovación del contrato por parte de la Federación de Natación y contraataca con su propio libro «Ser la mejor no es suficiente», a la biografía que publicó recientemente Gemma Mengual. Y también lo hace de palabra, en una reciente entrevista con XL Semanal, en la que no esconde su actitud más respondona y su sentir acerca del encontronazo.
Tarrés se muestra contrariada con las acusaciones de Mengual en un libro que se leerá si cae en sus manos, pero que no piensa comprar. «Éramos muy amigas y hemos tenido una relación fantástica. Cuando uno empieza a crecer los caminos se separan, pero de ahí a negar un pasado...». Por su maternidad, Mengual tuvo que salir de la piscina durante dos años y la exseleccionadora entendió que nunca volvió a recuperar ni su físico ni su potencial: «No estoy segura de que ella realmente quisiera volver. Lo que más le costó fue ponerse a tono físicamente. El cuerpo ya no le respondía de la misma manera y la mente tampoco. Yo no la retiré, se retiró ella», sentencia.
También tiene palabras de defensa ante la carta de 15 nadadoras que sucedió de forma inmediata a su no renovación con la Federación de Natación. En la misiva le acusaron de malos tratos, pero Tarrés no entiende dónde estuvieron: «El deporte de alto rendimiento es disciplina pura y ¡a la orden! [...] Estás trabajando con 15 adolescentes, al cabo de un rato les echas un grito para que despierten. [...] Soy impetuosa. ¿Agresiva, agresiva? Yo diría que doy fuerza, no agresividad mal entendida».
Ayudó a que la natación sincronizada tuviera un gran hueco en la mente de los españoles, y su carácter colaboró en forjar el mejor grupo de chicas que llevaron el nombre de España hasta lo más alto.
Nueva vida en la televisión
Después de barajar posibles trabajos en otras selecciones, Tarrés decidió probar un mundo nuevo en el que potenciar su imagen de ejecutiva agresiva en el programa de televisión «Splash» en el que puntúa y critica las actuaciones de varios famosos saltando de trampolín. «Yo me río de la situación. Me gusta y me va la marcha. En la calle la gente me dice que está conmigo y es amable».
No va a cambiar, heredó el miedo y el respeto hacia sus padres y es así como dirige su vida, aunque reconoce tener algún «defecto»: Soy como me ves: vital superentusiasta y que entusiasmo, pero que tengo un defecto: creo que veo más que la media de la gente». Carácter.
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