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La historia del niño que huyó de casa a los cuatro años y se hizo amigo de una manada de perros

El Teatro Español presenta «Iván y los perros», una obra interpretada por Nacho Sánchez

Nacho Sánchez La Pavana
Julio Bravo

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Ivan Mishukov tenía solo cuatro años cuando se escapó de su casa en Reutov, una localidad cercana a Moscú. Estaba harto de soportar a su madre alcohólica y al novio de ésta, que lo maltrataba . En las calles de la capital rusa, y al igual que otros muchos niños abandonados, buscaba guarecerse del frío en las estaciones del metro; allí se hizo amigo de perros callejeros , con los que compartía la comida que conseguian, y llegó a hacerse líder de la manada. Estuvo dos años así, hasta que las autoridades se hicieron cargo de él, y el caso obtuvo mucha notoriedad en los medios; incluso se realizó un documental con este caso.

La historia, que transcurrió en los años noventa, conmovió a la escritora británica Hattie Naylor , que escribió «Iván y los perros»; nació como una pieza radiofónica, y se llevó más tarde a escena. Ahora, la compañía La Pavana produce la función, un monólogo que dirige Víctor Sánchez Rodríguez e interpreta Nacho Sánchez . La obra, dice el director, «habla de la fragilidad del humanismo, de las situaciones de miseria que se viven hoy en día, y de que las crisis no son una oportunidad. La miseria engendra miseria y las crisis, más que oportunidades, son caldo de cultivo para la deshumanización».

En ese mundo, Iván halla la humanidad en los animales , «encuentra en sus perros el amor que los humanos le niegan -sigue Víctor Sánchez Rodríguez-, por eso el texto es un alegato , que gana veracidad por su forma cruda y descarnada, a encontrar lo humano en otro sitio cuando vemos que en el vecino, o en nosotros mismos, se ha evaporado».

La obra tiene una estructura en la que el protagonista cuenta y vive al mismo tiempo y narra su historia de amor con sus perros. Y, según dice Nacho Sánchez , «a través de los ojos de un niño cuenta la historia concreta que se desarrolla en Rusia. Iván es una persona muy limpia, esencialmente pura. Lo que quiere no es más que calor , que cariño, que comunicación. Su estancia en la calle le lleva a descubrir que la humanidad está en los animales y se ve obligado a aprender solo».

A pesar de la crudeza del relato, los responsables de «Iván y los perros» coinciden en señalar que es un texto esperanzador . José Alberto Fuentes, de La Pavana, dice que «todos necesitamos que nos den una respuesta a esta locura deshumanizada, y Hattie Naylor nos la da». «La esperanza -completa Víctor Sánchez Rodríguez- está en la Naturaleza ».

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