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«Una gata sobre un tejado de zinc caliente»: clásico con variaciones

Amelia Ochandiano dirige la obra de Tennessee Williams, protagonizada por Juan Diego, Eloy Azorín y Begoña Maestre

Eloy Azorín y Juan Diego, en una escena de la obra CARLOS MONTENEGRO
Julio Bravo

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Pocos textos del teatro del siglo XX tienen la capacidad de seducción que «Una gata sobre un tejado de zinc caliente» . La obra de Tennessee Williams vuelve a escena en un montaje dirigido por Amelia Ochandiano. Juan Diego encabeza el reparto, que completan Eloy Azorín, Begoña Maestre, Ana Marzoa, José Luis Patiño y Marta Molina. Fue la directora quien, tras leer una reciente edición de la obra con la denominada «versión de Broadway» que escribió su autor, quiso volver sobre este clásico. «Es un obrón de teatro que tiene de todo», explica.

Una de las peculiaridades de la versión es un mayor peso para el personaje del abuelo –«que aparece también en el tercer acto, cosa que no ocurría en el original»–. La propia Amelia Ochandiano ha hecho la adaptación, en la que ha dejado solo a los seis personajes principales, ha trasladado la acción a unos inconcretos años sesenta, y ha rescatado ideas de la película (protagonizada por Elizabeth Taylor y Paul Newman ) que le parecían interesantes.

También el tratamiento del personaje de Maggie, dice Amelia Ochandiano, varía un poco: «En el original resulta, en el primer acto, un tanto áspero, porque la noticia de la enfermedad del abuelo se da de manera sesgada. En la película ya hay un punto de vista diferente y yo he querido seguir por esa línea y suavizarlo».

La obra habla de muchísimas cuestiones, entre ellas la homosexualidad. «Es lo que menos me ha interesado –explica la directora–; en su día se le dio una importancia que creo que hoy en día no tiene un valor tan universal como el resto de conflictos que presenta la obra. El propio Williams decía que está obra no hablaba de eso, y que la supuesta relación homosexual del protagonista debería quedar en una nebulosa».

Hay algo, añade Amelia Ochandiano, que le interesa mucho más en la función, porque atraviesa a todos los personajes: « La verdad , no como algo sanador siempre, sino como algo presente que cambia la vida de las personas. En algún momento todos los personajes se refieren a ella».

Begoña Maestre encarna a Maggie, la gata del título. Es un papel que toda actriz ha soñado con encarnar a este personaje, y ella no es una excepción: «Es un papel maravilloso y cuando te lo ofrecen no tienes más remedio que tirarte a la piscina con los ojos cerrados. Maggie es muy lógica y tiene los objetivos muy claros; es al tiempo muy intensa, y todos los días aprendo de ella».

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