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«La dama duende», de Calderón, en homenaje a Miguel Narros

El Teatro Español presenta el último montaje del director madrileño, fallecido el pasado junio

«La dama duende», de Calderón, en homenaje a Miguel Narros GUILLERMO CASAS BARUQUE

JULIO BRAVO

Miguel Narros, uno de los grandes directores de escena españoles de las últimas décadas, murió el pasado 21 de junio. Su capilla ardiente se instaló en el teatro Español (lo dirigió en dos etapas de su vida), y allí mismo los responsables del coliseo decidieron abrir la temporada con «La dama duende», de Calderón de la Barca, que se había estrenado en Alcalá de Henares apenas unos días antes. Fue el último montaje de Miguel Narros. «Es un homenaje muy bonito y muy emotivo. Para Miguel era un teatro especial , y tiene mucho significado», dice Celestino Aranda, productor y viudo de Narros.

«La dama duende» estará en el Español desde mañana hasta el 15 de septiembre. La versión es de Pedro Víllora , y los intérpretes son Chema León, Iván Hermés, Diana Palazón, Mona Martínez, Marcial Álvarez, Emilio Gómez, Eva Marciel, Paloma Montero y Antonio Escribano . Mónica Boromello firma la escenografía, Almudena Rodríguez el vestuario, Luis Miguel Cobo la música original y Juan Gómez Cornejo las luces. Luis Luque , habitual ayudante de dirección de Narros, es quien se encarga de guardar el legado del director madrileño.

Clásico

Miguel Narros ya montó a principios de su carrera, en los años cincuenta, «La dama duende». « El texto le gustaba mucho -dice Aranda-, y hacía tiempo que no hacía un texto clásico, por eso quiso volver a él». Y añade que «el teatro clásico siempre tendrá vigencia; encontrar hoy en día textos de la dimensión de Calderón es complicado, ya no se escriben textos así. Es una función muy sutil, muy delicada, donde toda la maquinaria ha de estar muy ajustada. Creo que Miguel hizo un trabajo muy minucioso con los actores y el resultado, creo, es un montaje muy redondo».

La actriz Mona Martínez añade que «Narros ha hecho moderno el texto con su dirección, su visión y su manera de conducirnos a los actores. Él veía vida en todo momento, era el más moderno de todos. Ha sido un trabajo muy enriquecedor; Miguel era un director exigente, no dejaba un cabo suelto. Al final de los ensayos ya estaba mal, pero era un ejemplo de vitalidad y de energía. Era extraordinario verle trabajar; tenía un gran imaginario y tenía la ilusión de un niño. Es curioso... Estando tan cerca del final, en lo que más insistía durante los ensayos era en que le diéramos vida a la función». «Miguel ha sido un gran mago », dicen casi al unísono Celestino Aranda y Mona Martínez. Y la función, añaden los dos, está llena de hallazgos, como al final. «Miguel decidió abrir el espacio, algo que resulta extraordinariamente moderno, insisto», cuenta la actriz.

Madurar el texto

Desde su estreno en junio, la obra ha estado de gira, con actuaciones en plazas como Almagro. «Hacer las funciones espaciadas tiene la ventaja de que puedes madurar mejor el texto y las indicaciones del director -dice Mona Martínez-; reposas mejor el cocido. Estrenarla y hacer muchas funciones seguidas permite, por contra, que el engranaje se ajuste antes».

Después de Madrid, la obra continuará de gira -tienen fechas hasta abril-, mientras Celestino Aranda confía en que el Gobierno rectifique y retire el IVAdel 21 por ciento.

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