Músicas de ayer y mañana en Aix-en-Provence
ALBERTO GONZÁLEZ LAPUENTE
El festival de Aix-en-Provence se ha convertido en catalizador de algunas de las ideas operísticas más significativas del actual panorama internacional, particularmente este año en el que es necesario estar a la altura ante la vecina Marsella que celebra su capitalidad cultural.
En lo ... que se refiere al repertorio más canónico es obvio, tras los éxitos de « Rigoletto » y « Elektra », aquel más discutido, a los que hay que añadir la programación del descoyuntado « Don Giovanni » en producción de Dmitri Tcherniakov visto esta temporada en el Teatro Real . También lo es en referencia al repertorio menos frecuentado, tanto en lo concerniente al histórico que este año se tantea a través de la recuperación moderna de « Elena » del prolífico Francesco Cavalli , como del actual que ha permitido el estreno de « The House Taken Over » del joven portugués Vasco Mendonça (1977).
Una aspecto fundamental en este empeño por plantear nuevas vías es la posibilidad de desarrollar las ideas en algunos espacios singulares. El Gran Saint-Jean , a las afueras de la ciudad, construye su escenario sobre la fachada trasera de un viejo caserón situado en un espacio muy característico del campo provenzal. Foso ajustado para trece instrumentistas y escenario medido a lo imprescindible para que la directora Katie Mitchell , que el año pasado demostró una enorme sabiduría dando cobertura al estreno de George Benjamin « Written on Skin », demuestre que el éxito no fue casual.
«The House Taken Over» parte del cuento fantástico de Julio Cortazar « Casa tomada », adaptado por Sam Holcroft, en el que la vida cotidiana de dos hermanos acaba por convertirse en una sucesión de despropósitos que los lleva a abandonar su hogar. La finura con la que se retrata la avejentada y decimonónica estancia, lo que allí sucede y lo que sus habitantes soportan explica por sí sola una obra ante la que Mendoça se mantiene homogéneamente prudente, tanto en la línea vocal como en el apoyo instrumental, no siempre afín a la intensidad que acumula el relato.
Aix-en-Provence para dar y tomar
Por su parte el Théâtre du Jeu de Paume , coqueta sala «a la italiana» del dieciocho, ejemplo histórico singular junto con el Teatro de la Reina de Versalles , ha acogido el estreno escénico en tiempos modernos de «Elena» de Cavalli, vista por primera vez en Venecia en 1659.
El compositor más famoso de su generación, discípulo de Monteverdi, cuyo nombre ha quedado asociado a « La Calisto » ha sido bien tratado desde que se empezaron a rescatar sus óperas en la década de los sesenta y setenta. La de «Elena» es importante al tratarse de una de las primeras óperas cómicas de la historia con abundancia de desencuentros y malentendidos del que no son ajenos los diversos papeles «castrati» (aquí, obviamente, cantados por contratenores).
Sobre este material ha trabajo el director teatral Jean-Yves Ruf optando por un espacio circular bordeado de burladeros en el que lo abstracto sostiene la aparente figuración del vestuario. Para lo musical, ha sido fundamental el impulso dado por el argentino Leonardo García Alarcón , director de la Capella Mediterranea, entusiasta rebuscador de viejas glorias musicales y valor en alza en un repertorio imprescindible en el transcurrir de la historia.
Y la de Aix-en-Provence continuará, según anuncia el avance de la próxima edición, abundante de nuevas producciones: « La flauta mágica » mozartiana con dirección musical de Pablo Heras Casado que estará al frente de la soberbia Orquesta Barroca de Friburgo contratada en residencia, y producción escénica de Simon McBurney; « Ariodante » de Haendel gobernada por Andrea Marcon y Richard Jones; « Il turco in Italia » dirigida en lo musical por Marc Minkowski y en lo escénico por Christopher Alden, el schubertiano « Winterreise » y posiblemente el bachiano « Actus tragicus ».
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