Las zapatillas de punta piden paso

El programa no viaja hacia los grandes títulos del repertorio, sino que se detiene en piezas creadas todas en el siglo XX (salvo una de nuestros días): «Who cares?» (1970), una de las obras maestras de Georges Balanchine sobre la música de George Gershwin; «Tres preludios» (1969), coreografía de Ben Stevenson y música de Rachmaninov; «Herman Schmerman» (1992), de William Forsythe y Tom Willems (y que la compañía estrenó, bajo la dirección de Nacho Duato, en 1996) y «Sonatas» (2012), una creación del propio José Carlos Martínez con música del padre Soler y Scarlatti, adaptada y orquestada por Alfredo Aracil.

Lucía Lacarra y Marlon Dino

En las funciones del 14 al 18, Lucía Lacarra y Marlon Dino , los artistas invitados, bailarán también el paso a dos de «La dama de las camelias» , con coreografía de John Neumeier y música de Fréderic Chopin».

Desde que Marie Taglioni revolucionara el mundo de la danza al «subirse en puntas» (lo que prolonga la línea de las bailarinas y las estiliza mucho más), las zapatillas de punta, dice Martínez, se han convertido en todo un símbolo del mundo de la danza (y en un instrumento de tortura para quienes las llevan).

Cada bailarina sigue un ritual en la preparación de sus puntas : quemando levemente el extremo de la zapatilla, ajustando las cintas que la sujetan al tobillo, recortando la seda que recubre la madera, etcétera. «El uso de las puntas ha ido cambiando. Ya no solo son imprescindibles en los ballets de repertorio, sino que coreógrafos contemporáneos han desarrollado nuevos lenguajes que juegan con las posibilidades técnicas que les ofrecen».