Muere a los 70 años el gran creador y agitador cultural francés Jérôme Savary

Director de teatro, actor, fotógrafo, autor dramático, autor de comedias musicales, jubiloso agitador cultural, Jérôme Savary (Buenos Aires, 1942-Levallois-Perret, 2013) fue un creador excepcional. Nació en Buenos Aires por puro azar. Su padre era un escritor francés que visitaba Argentina. Su madre era la hija de Frank Higgins, gobernador del Estado de Nueva York. Tales orígenes le dieron una formación cosmopolita, entre París, Buenos Aires y Nueva York, las tres grandes capitales que le sirvieron de «puente trasatlántico».

Su padre lo envió a París muy pronto, para estudiar música y artes decorativas. Pero el joven Savary no era un hombre de «carrera». Se largó muy pronto a las Américas. A los 19 años decidió instalarse en Nueva York, como fotógrafo. De su primera época neoyorquina aprendió mucho, frecuentando a personajes como Jack Kerouac, Allen Ginsberg, Thilonious Monk, Count Basie y el Harlem que acababa de descubrir el nuevo jazz de Charlie Parker, inmortalizado por un argentino igualmente apátrida, Julio Cortázar, en un cuento legendario, «El perseguidor».

De vuelta a París, en 1965, Savary comienza su gran aventura como autor, director y fundador de grandes compañías de teatro, frecuentando a los creadores que formaron el Grupo Pánico: Alejandro Jodorowsky, Roland Topor y Fernando Arrabal, entre otros, como el futuro periodista español Feliciano Fidalgo.

Le Grand Magic Circus, la famosa compañía de Savary, fue un aldabonazo excepcional en la escena teatral parisina y europea de los años 60 y 70 del siglo XX. En sus trabajos se cruzaban con un «mestizaje» muy creativo todos los grandes aldabonazos del teatro moderno: el «distanciamiento pedagógico» de Brecht, el esperpento de Valle-Inclán, el absurdo poético de Ionesco y Samuel Beckett. La fama internacional del Grand Magic Circus lanzó a Savary definitivamente, como dramaturgo, como director de teatro, como agitador al frente de compañías y teatros públicos y privados.

En el repertorio teatral de Savary se confunden los clásicos y lo ultramoderno, lo contemporáneo y los grandes maestros capitales, la gran comedia de bulevar, la comedia musical. Molière, Brecht, Valle-Inclán, Ionesco, Rossini, Offenbach, Charles Trenet, Arthur Miller, y un larguísimo etcétera.

Savary también hizo cine y televisión, aunque su leyenda está asociada a las metamorfosis del teatro de nuestro tiempo, cuyo rumbo él contribuyó a modificar, al frente de grandes teatro públicos, como el Teatro Nacional de Chaillot.

Savary fue un personaje «truculento» y genial, en bastante medida. Su obra va más allá de su trabajo teatral: él aportaba a sus creaciones, como actor, como adaptador musical, incluso como coreógrafo, un aura de magia, fábula y leyenda que confiere a su trabajo la marca de los grandes creadores de su tiempo, que es el nuestro.