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Música

Miqui Puig: «En el pop, hay artistas que a partir de cierta edad no saben por dónde ir»

El artista catalán comienza la gira de presentación de su nuevo disco, «Escuela de Capataces», el 30 de marzo en Costello Club

Migui Puig Santi Trullenque

NACHO SERRANO

Once canciones escritas junto a Marc Botey componen el nuevo disco de Miqui Puig, «Escuela de Capataces», el primer trabajo discográfico del polifacético artista catalán (es productor, DJ, programador, locutor de radio...) desde su EP «Homenaje a Barcelona» de 2010, y ya a la venta en CD, vinilo y plataformas digitales.

Su nuevo disco suena muy equilibrado, acorde a su momento vital en fondo y forma.

Esa fue mi obsesión desde el minuto cero. Después de sacar el disco «Impar» (2008), que pasó un poco desapercibido, tenía que ver cuál era mi espacio. En el mundo del pop, parece que a partir de cierta edad hay artistas que no saben por dónde ir. Y eso fue lo primero que quise tener claro, cuál era mi espacio.

Un poco como ha hecho Iggy Pop en su última etapa. O Loquillo, por nombrar a alguien más cercano.

Me alegra mucho que saques su nombre a colación, porque su último disco a mí me parece la bomba. Es maduro, pero a la vez oscuro... En España, es que parece que hay que seguir haciendo las mismas canciones siempre, hasta que la fotocopie se degenere, o acabar convirtiéndote en un cantautor, una figura con la que a veces uno no se siente cómodo. Evidentemente soy cantautor, porque canto mis propias composiciones, pero el escenario en el que trabajo es otro. Con esto entramos en el debate de si la industria musical español es madura o no, y por eso algunos acabamos recurriendo a la autoedición.

La industria suele sentirse cómoda poniendo corsés.

Claro. Y las opciones que te deja son: regrabar tus temas con orquesta, regrabar tus temas con duetos, reeditar tus grandes éxitos, etc... Dar vueltas de tuerca a lo mismo una y otra vez.

¿Cuándo escribió estas canciones?

Lo primero fue analizar dónde queríamos ir. Después, el proceso empezó en un programa de radio diario en el que yo contaba tres micro-cuentos. Esos cuentos se han desarrollado en las canciones. Marc y yo empezamos a componer las melodías sobre el 2010, y las fuimos guardando hasta tener veinte que nos gustaron. En 2015 fue cuando cogí los textos y los ensamblé con las melodías. Después nos encerramos con la Agrupación Cicloturista, y en un período muy cortito de tiempo dimos forma al sonido que ya teníamos en la cabeza desde el principio. Teníamos claro el beat, el sonido de las guitarras, dónde entrarían los saxos y dónde no, etc. Si te fijas. en comparación con otros discos míos hay muchos menos metales, mucho menos soul. Pero éste sí sigue en los beats.

¿Por qué hace un guiño a las escuelas de capataces (escuelas agrarias de los años 50) en el título del disco?

Cuando empecé a tomar notas del disco, pensé en algo conceptual. Un concepto ligero, sin llegar a la ópera rock ni mucho menos. Pero sí pensaba en personajes que tuvieron dónde ubicarse. Pensaba en el típico pueblo donde hay una academia militar, el típico pueblo donde hay unas minas de carbón, ese tipo de lugares donde hay ingenieros ingleses, mineros, las mujeres de los mineros, sus hijos y nadie más, lugares que luego entraron en decadencia. Yo soy de un pueblo pequeño, y recuerdo que durante los años ochenta, en verano se cuadriplicaba la población. Luego, en septiembre, siempre se quedaban una serie de personajes desperdigados. La oveja negra de una familia rica que se quedaba en la casa de veraneo, personajes que alquilaban casas baratas y llegaban en ccoches destartalados, y después en el bar del pueblo eran capaces de hacer citas literarias y musicales de altura, gente muy enigmática. Lo de las Escuelas de Capataces me pareció perfecto como ubicación para todos ellos.

El disco huele a artesanía, por otra parte.

Mi obsesión a veces raya la locura, y llego a asustarme de la atención, el mimo y el detalle con el que cuido mis discos. En este no hay ni una sola frase al azar. A veces, cuando canto una frase, incluso me acuerdo de la frase anterior que taché, y que en realidad también forma parte de la historia de la canción.

Lo de estat tanto tiempo parado, lo ha lelvado ¿bien?

Sí, porque he hecho cosas menores. He dado conciertos para los fans, hice el espectáculo del Taller de Musics con el que recorríamos los repertorios de Esclarecidos, Gabinete Caligari y otros grupos de los ochenta. Claro, con ese show nos pilló la crisis de por medio, y teniendo un equipo de treinta personas, pues era difícil que siguiera adelante. Sí ha habido una losa que me ha perseguido, que es «Casualidades», mi primer disco en solitario. Con «Impar» todo el mundo decía, «está bien pero no es «Casualidades»», y claro, analicé qué había pasado, y así como «Casualidades» fue un disco muy de Barcelona, muy urbano y de su momento, creo que «Escuela de Capataces» es más de campo.

Y más atemporal.

Puede que sí. Habrá que esperar unos años.

¿En los conciertos veremos a un Miqui muy desatado, por aquello de la energía contenida, acumulada durante estos años?

(Risas) Va a haber mucho material y muchos giros, porque el repertorio incluirá desde Los Sencillos hasta ahora. Hay canciones que no tocaba desde hace tiempo, y que ahora tienen su sitio, por sonoridad y energía. No bailaré como cuando tenía 20 años, pero ahí estaremos.

¿Entonces se podrá escuchar «Bonito es»?

¡Nooo! Todas menos esa. Tiene tanto peso y tanto imaginario que debe quedarse donde está. Tiene ese punto tan hedonista que no ligaría con este repertorio.

Le seguirá dando sus buenos royalties, ¿no?

Te voy a ser sincero. Gracias a mi antiguo repertorio, yo puedo acceder a adelantos de royalties que me permiten grabar discos. Pero no es un dinero exagerado, antes los contratos eran bastanta leoninos.

¿Volvería a trabajar como jurado en un talent-show, como ya hizo en Factor X?

Intenté cambiarlo desde dentro. Yo en ese programa hablaba de sellos discográficos, hablaba del northern soul, intentaba que los cantantes tuvieran cultura... y eso no interesa a la televisión. Puntualicemos, a la televisión española. No volvería a trabajar en un talent-show, ni de coña. Estos años he tenido varias ofertas para volver a la televisión, pero sé que no estoy hecho para el mainstream.

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