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Manuel Carrasco «Mi mayor evolución ha sido aprender a componer estando feliz»

Su gira «Bailar el Viento» se confirma como una de las más exitosas del verano

Manuel Carrasco en concierto ABC
Nacho Serrano

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El artista de Isla Cristina sigue batiendo récords discográficos, ya que su último álbum « Bailar el Viento » volvió a colocarse la semana pasada entre los diez discos más vendidos en España después de 92 semanas. Y su gira no podía ser menos: este verano la disfrutará un total de 370.000 personas, con paradas especiales como el festival Starlite, donde ha conseguido ser el único artista en hacer doble «sold out», el primero en julio y el segundo la semana que viene, tras hacer parada este viernes en Ciudad Real.

Carrasco terminará este periplo con un concierto llamado « El Último Baile » (que se celebrará el 15 de septiembre en Madrid), y después empezará un nuevo «tour» en Latinoamérica, donde ya tiene confirmados conciertos en Argentina y México.

¿Diría que este disco está siendo el que mejor ha funcionado en directo de toda su carrera?

Pues podría ser, la gente se divierte mucho y yo el primero. Las canciones han tenido un recorrido maravilloso que se ha instalado en los corazones de la gente. Sí que estoy notando emociones especiales, la verdad.

¿Siente que sus fans están contentos de que le esté yendo tan bien?

Sí, porque ellos saben que me ha costado mucho conseguirlo después de tantos años. Ya no hablo de apoyo masivo, sino de estabilidad. La gente que se ha ido sumando a mi aventura demuestra esa alegría por ver que la honestidad acaba viéndose recompensada.

¿Usted dudó de sí mismo en algún momento?

En este oficio siempre hay miles de dudas, el mundo creativo implica eso. Por eso hay que ser muy valiente, y aprender a decir que no. Entre los noes y los síes acertados, vas edificando una carrera. Creo que ha habido decisiones importantes que han sido tomadas sabiamente.

Cuando termina una gira, ¿le cuesta volver a la vida «normal»?

Eso me cuesta cada noche, después de cada concierto. Ponte que termino a las doce o a las doce y media de la noche. Pues hasta las cinco o cinco y media no he conseguido dormirme, porque como me entrego tanto el subidón de adrenalina todavía dura, y además estás dándole vueltas a cada detalle del show, si ha salido bien esto o lo otro... Pero luego, cuando termina la gira, toda esa sensación se va. Vuelves a ser una persona normal y piensas, «ostras, ¿cómo me he subido yo a todos esos escenarios delante de tanta gente?», ¡jajaja! De verdad, luego soy la persona más normal del mundo, me da incluso reparo convertirme en el centro de atención, vivo muchos momentos de «tierra trágame».

Solía decir que cuando estaba deprimido o enfadado, le era más fácil componer. ¿Puede que esté aprendiendo a componer feliz y contento?

Sí, sí... De hecho esa ha sido la mayor evolución que he experimentado como compositor. Creo que estando mal quizá se pueda componer más, pero no mejor. De todas formas creo que lo ideal es intentar encontrar el equilibrio. Cuando compones estando muy, muy abajo, te salen cosas demasiado agrias. Y si compones estando muy, muy arriba te conviertes en un cursi, todo azúcar. No hay que ser ni cortavenas ni ñoño. Eso es lo más difícil de la composición, el equilibrio».

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