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50 aniversario del debut de Black Sabbath: el parto de dos horas que dio a luz el Heavy Metal

El 13 de febrero de 1970 se publicó el primer álbum del grupo británico, que fue tachado de «satánico» y recibió muy malas críticas de la prensa

El cuarteto británico Black Sabbath ABC

Nacho Serrano

«Nos prestaron un estudio por dos días, pero nunca se habló oficialmente de grabar un disco. Llegamos, montamos los instrumentos, pusimos los micrófonos y grabamos todas las canciones en poco más de dos horas . Luego agregamos guitarras, doblamos algunas voces y se acabó. Recuerdo que llegamos al bar con tiempo de tomar una última copa». Así resumió Ozzy Osbourne la histórica jornada del 16 de octubre de 1969 en la que nació el Heavy Metal .

El sonido gordo de la batería de John Bonham y el trepidante ritmo del «Inmigrant Song» firmado por su banda, Led Zeppelin, fueron los primeros ingredientes del nuevo plato que se estaba cocinando en la música popular a finales de la década de los sesenta. Pero aún faltaba un condimento más para culminar la creación del género, y ese no fue otro que el sonido de las guitarras de Black Sabbath .

El grupo se había formado dos años antes en Aston, un barrio industrial de Birmingham. El guitarrista Tony Iommi y el baterista Bill Ward , que acababan de abandonar la banda Mythology, se aliaron con el bajista Geezer Butler y el cantante Ozzy Osbourne, que también se habían marchado de su grupo, Rare Breed. A ellos se sumaron otro guitarrista rítmico y un saxofonista, y empezaron a tocar en el circuito local bajo el nombre de The Polka Tulk Blues Company, una socarrona referencia al talco que usaba la madre de Ozzy para sus axilas. Muy pronto reducirían la formación al cuarteto que todos conocemos, que se rebautizó como Earth y empezó a grabar versiones de Cream, Blue Cheer y Jimi Hendrix (por quien sentían una especial admiración), además de algunos temas originales.

En 1969 se vieron obligados a cambiar de nombre porque ya había otros Earth circulando por ahí, pero la faena se convirtió en bendición. Una noche, el bajista Geezer Butler paseaba por Birmingham dándole vueltas a un nuevo nombre, cuando se topó con el destino de su grupo : una enorme cola en mitad de la calle. Intrigado, se acercó a ver qué pasaba. La multitud estaba esperando para entrar a un cine donde proyectaban «Black Sabbath», la película de terror dirigida por Mario Bava y protagonizada por Boris Karloff (cuyo título original en italiano era «I tre volti della paura», «Las tres caras del miedo»). Butler tuvo entonces una suerte de epifanía: «Si la gente paga y hace cola por pasar miedo con el cine, ¿por qué no iba a hacer lo mismo con la música?».

Con esa idea en la cabeza, Butler compuso «Black Sabbath». Una canción de siete minutos con atmósferas góticas y letras de inspiración ocultista, en la que introdujo una herramienta musical para generar una sensación de terror e inquietud: el intervalo de quinta disminuida. Es decir, el tritono, que la Iglesia Católica había prohibido hacía casi mil años tras definirlo como «Diabolus in Musica». Todo era perfecto para cautivar a los jóvenes atraídos por el misterio de lo sobrenatural, así que decidieron llamar a su banda así, Black Sabbath.

Sin embargo, las primeras presentaciones del tema en directo no fueron muy esperanzadoras. «El público siempre se quedaba petrificado escuchándola, sin reaccionar», recordaría Bill Ward años después. «Pero nosotros echábamos toda la carne en el asador, y cuando llegaban las partes rápidas la gente empezaba a moverse. Les costó, pero poco a poco conseguimos que les gustara la canción». Ozzy no lo vio tan claro al principio: « Las chicas salían corriendo . ¿No se supone que tener una banda es para acostarse con mujeres, no para asustarlas?».

La canción tuvo que llegar a las tiendas de discos para explotar definitivamente. Empaquetada en un álbum de debut de inquietante portada (con una foto tomada en un molino de Mapledurham, Berkshire), la composición abría una obra maestra que sumergía al rock en un universo de oscuridad, muerte y terror que seduciría a toda una generación. Publicado un viernes 13, «Black Sabbath» fue un éxito inmediato a ambos lados del Atlántico a pesar de no contar con el menor presupuesto para su promoción, alcanzando el 8º puesto en las listas de ventas e Reino Unido y el 23º en Estados Unidos.

Con la fama, llegaron las críticas de miles de padres alarmados por los mensajes del cuarteto de Birmingham. Enseguida fueron acusados de satanistas, pero Butler salió al paso asegurando que sus canciones, « más que una oda al satanismo, son una advertencia sobre sus peligros ». Su compañero Ozzy lo dejaría aún más claro con su particular estilo dialéctico: «Nunca nos hemos tomado el tema de la magia negra en serio. Nos atrajo en su día la teatralidad y el misticismo, pero nunca practicamos nada. Una vez, después de un concierto llegaron unos tíos con túnicas negras y nos invitaron a que tocásemos en el cementerio. Les dije que se fueran a tomar por el culo».

El primer disco de los Sabs también contenía alusiones a la obra de Tolkien («The Wizard», cuya letra está inspirada en el personaje de Gandalf) y de H.P. Lovecraft («Behind the wall of sleep»), a su pasión por la marihuana («N.I.B.»), y también había un par de versiones bastante interesantes. El resultado final no gustó a los críticos de Rolling Stone, que simplemente dijeron que era «como Cream, pero peor». A lo que Ozzy contestó: «Mola que no les gustemos, porque ellos son el establishment».

El público, y después la historia, les darían la razón a los cuatro de Birmingham. Después de la pegada comercial de su debut fueron azuzados por su compañía para grabar, publicar y vender más discos cuanto antes, así que en sólo seis meses ya estaba en la calle su segundo trabajo, «War Pigs» . El día del lanzamiento, el 18 de septiembre de 1970, fue tremendamente agridulce para Ozzy y los suyos. La noche anterior, la muerte a la que tanto habían cantado se había llevado a su héroe, Jimi Hendrix . Aún no sabían que muy pronto, ellos también serían dioses para millones de rockeros de todo el planeta.

Iommi, Osbourne y Butler, en una imagen reciente ABC

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