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Jean-Michel Jarre: «Vivimos en la era del zapping cultural»

El pionero de la electrónica lanza un disco de colaboraciones que hace un repaso de los últimos 40 años del género

Jean-Michel Jarre: «Vivimos en la era del zapping cultural» ernesto agudo

Nacho serrano

A Jean-Michel Jarre no se le tuerce el gesto cuando mencionamos a sus archienemigos Kraftwerk durante la promoción de su nuevo disco en un hotel del centro de Madrid. Un alivio para el entrevistador, porque como el Barça y el Madrid en el fútbol, en la electrónica se es de Jarre o se es de Kraftwerk. Una rivalidad que ni de lejos llegó al mal rollo personal, pero que definió dos corrientes muy diferenciadas de expresión (la francesa, impresionista, y la alemana, robótica) en la escena europea, un paradigma que sigue coleando antes de diluirse definitivamente en el océano de tendencias que cohabitan la electrónica actual. Es, pues, el momento perfecto para un repaso a 40 años de historia del género, para un disco como «Electronica 1: The Time Machine» , el primero de dos volúmenes en los que Jarre ha plasmado el «proyecto más ambicioso» de su carrera, como él mismo describe.

«Quería contar la historia de la música electrónica, desde el día que empecé hasta hoy», explica el compositor de Lyon. «Para ello me he rodeado de artistas a los que he inspirado, y que también me han inspirado a mí durante todo este tiempo». Armin van Buuren, Tangerine Dream, Air, Moby, Vince Clarke, M83 , Laurie Anderson , Pete Townshend (el rockero se ganó su puesto por poner de moda los sintetizadores con «Baba O’Riley»), Fuck Buttons, Boys Noize y Little Boots han sido los elegidos por el maestro para participar en este álbum destinado a ser objeto de estudio. «Fue halagador no solo que aceptaron, sino cómo aceptaron mi propuesta. Todos estaban bastante emocionados con la idea, y yo no me lo esperaba, así que de repente tenía demasiados colaboradores. Por eso he tenido que dividir el disco en dos volúmenes», asegura Jarre, que a sus 67 años podría pasar por un atractivo cuarentón.

Trabajar codo con codo

Jarre compuso «un tema ex profeso para cada artista, para que después ellos le diesen su toque personal, pero a diferencia de lo que se ha puesto de moda, que es enviar por mail un archivo y ni siquiera llegar a hablar con el colaborador, quise trabajar con ellos físicamente. Viajar y compartir el proceso creativo con ellos ha sido una premisa fundamental de este disco, y ha sido fascinante comprobar que artistas a los que admiro, pueden tener las mismas dudas y los mismos miedos que yo a la hora de hacer música». Además de la de Townshend, la aparición más sorprendente es la del pianista chino Lang Lang . «Fue su primer experimento con música electrónica –explica Jarre-, y desde el principio la pieza fluyó de una forma increíblemente suave. Creo que es uno de esos músicos que podrían conectar con lo que se proponga, como si es punk, hip hop o metal».

Componer y después pasar tiempo con sus discípulos le llevó bastante tiempo, cuatro años en los que ha visto cómo su sueño iba creciendo y tomando forma hasta materializarse en 16 temas (más los que haya en el segundo volumen, en el que se sabe que estarán Gary Numan, David Lynch y Hans Zimmer). «Nunca he sentido tanta responsabilidad a la hora de presentar un disco –asegura-, porque puede que sea un trabajo colectivo, pero es un trabajo en el que todos han depositado su confianza en mí».

Fechas especiales

El producto final, que será presentado en directo con una gira («que quizá cuente con la presencia de colaboradores en fechas especiales») el año que viene, es para este pionero «una especie de espejo en el que puedo observar a mi personaje en el mundo de la electrónica, pero también un espejo en el que veo lo que me gustaría llegar a ser».

Pero este «Time Machine» ofrece algo aún más interesante en términos sociológicos, según Jarre. «En lo relativo a la cultura y el ocio, vivimos en la era del zapping, no sólo con la música, también con casi todas las formas de arte. Las causas ya son demasiado obvias como para debatir sobre ello, pero es así. Para mí, lo curioso es que simultáneamente se produce de forma constante un salto de lo micro a lo macro, sin que haya término medio. El perfil del consumidor actual de cultura es alguien que escucha una canción de un disco, si llega a escucharla entera, para pasar inmediatamente a otra cosa . Pero a la vez, a ese individuo le encanta ver de un tirón una temporada entera de una serie televisiva. Ese fenómeno es completamente nuevo. En ese sentido he intentado que mi disco dé respuesta a ese zeitgeist cultural, de forma que cada tema hable por sí sólo, pero también abra las puertas a algo más grande».

¿Habrá más de un segundo volumen, entonces? «Hay muchos otros artistas con los que me encantaría colaborar», responde engimático. Quizá ahí sí estén Kraftwerk…

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