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Tributo a Paco de Lucía, el martes 26: «Era un genio sin entender por qué»

El teatro Nuevo Apolo de Madrid, sus últimos colaboradores y sus allegados ofrecerán un concierto en su memoria

Tributo a Paco de Lucía, el martes 26: «Era un genio sin entender por qué»

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La última vez que Curro Sánchez vio a su padre , Paco de Lucía , fue en septiembre de 2013. Recuerda con cariño aquella conversación en Mallorca, cinco meses antes de que el guitarrista le dijera a su mujer que lo llevara rápidamente al hospital, porque sentía «un frío raro en la garganta» . «Fue muy especial. Éramos tímidos y nos costaba que surgiese una charla fluida de amigos, pero esa tarde nos bebimos un vinito, nos comimos un pescado y estuvimos charlando de nuestras vidas hasta que anocheció. Fue como una conversación de despedida» , confiesa su hijo.

Desde aquella muerte repentina hace poco más de un año, Paco de Lucía ha estado muy presente en la vida de Sánchez , y no solo en la camiseta que lleva puesta con su imagen en el dorso. Sobre todo, en las entrevistas que tuvo que revisar pocos días después de la trágica noticia, para acabar el documental sobre su vida que, a la postre, le valió un Goya . Y muy presente estará en el primer homenaje que Madrid le brinda al genio del flamenco este martes en el teatro Nuevo Apolo . Un espectáculo «diferente» en el que su hijo proyectará imágenes inéditas de su padre y en el que tocarán muchos de los artistas con los que el autor de «Entre dos aguas» actuó a lo largo de su carrera : los integrantes de su último sexteto (Antonio Serrano, David de Jacoba, Alain Pérez, Piraña y Farru), Paquete (ganador de un Grammy), Sabu Porrina, Montse Cortés, Potito o el guitarrista y sobrino del genio, José María Banderas, para quien «volver a juntarse todos sin Paco llevará una carga emocional fuerte que habrá que controlar». También estará Josemi Carmona, hijo de Pepe Habichuela y guitarrista de Ketama, quien recuerda perfectamente la primera vez que De Lucía le llamó para tocar, cuando sólo tenía 20 años: «Cuando colgué, tenía una mezcla de alegría y miedo».

Todos conocían bien a De Lucía , sus inseguridades y lo que le costaba encajar estos homenajes y que le trataran como al «mejor guitarrista del mundo». «Al final aceptó ese dogma institucionalizado. Era un genio sin entender por qué », subraya Sánchez.

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