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El público del Teatro Real se rinde ante Montserrat Caballé

La soprano catalana, en su homenaje en el coliseo madrileño, estuvo rodeada de viejos amigos en una noche en la que cantaron Ángeles Blancas, Mariella Devia, Irina Churilova y su hija Montserrat Martí, entre otras sopranos

El público del Teatro Real se rinde ante Montserrat Caballé javier del real

por alberto gonzález lapuente

Es lógico esperar momentos emocionantes en un homenaje como el que anoche recibió Montserrat Caballé en el Teatro Real de Madrid. Y algunos hubo, desde el mismo arranque en el que tras imágenes del recital ofrecido en ese mismo escenario en 1979, y a la sombra de la música de Vivaldi, los espectadores se pusieron en pie para aplaudir a quien era espectadora de su propia celebración desde un palco proscenio. Pero estas tensiones también requieren del nervio de un espectáculo con dirección, sorpresa y agitación, que sepa dosificar y dominar los puntos culminantes. Quizá fue este el punto más débil de una gala de estructura convencional,poco imaginativa y ambiciosa, lo contrario a algo que prometía ser importante y proporcionado.

Sólo hay que repasar el programa de ayer con fragmentos de algunas obras de Donizetti, Verdi, Richard Strauss, Wagner, Puccini y Bellini: un recorrido transversal a través de una pequeña parte del repertorio de Caballé. Músicas muy diversas, que un día fueron patrimonio de una intérprete cuya ductilidad y grandeza se reflejó anoche en voces muy distintas. Entre todas ellas estuvo Mariella Devia, quien puso un estupendo fin al concierto con las complicaciones estratosféricas de «Il pirata»; Irina Churilova, que con voz voluminosa y muy expresiva cantó a Verdi y Puccini, y, sobre todo, Ángeles Blancas capaz de una brutal escena final de «Salomé», que acumuló verdadera tensión en la sala.

Contó con la ayuda del director Álvaro Albiach, capaz de poner a la Orquesta Titular del Teatro Real en una dimensión musical de mucho peso. Él mismo acompañó también a Ann Petersen ante «Tristan und Isolde» y a su mano se debe gran parte del éxito cosechado por la soprano danesa. Del otro lado, José Miguel Pérez-Sierra dirigió con limpieza y oficio a Jessica Nuccio, una Traviata de grandes condiciones, y a Montserrat Martí, hija de Caballé, quien dejó detalles que son marca de la casa. A estos y a otras virtudes más personales se refirieron Emilio Sagi, presentador del homenaje, Plácido Domingo, Renée Fleming y José Carreras, quienes saludaron a través de una grabación.

De manera que a falta de la presencia en el Real de nombres con historia, o de un programa que ofreciera algo más que varias fotos, Caballé estuvo anoche rodeada de gente de aquí, a los que muy emocionada agradeció su presencia. Por ejemplo, José Antonio Campos responsable último desde el Teatro de la Zarzuela de muchos días de Caballé en Madrid. Como el de ayer: uno más, tras casi medio siglo de relación profesional con una ciudad que siempre le fue cercana.

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