Laia Martín: «Espero que nadie pase por lo que he sufrido yo durante once años»
El Tribunal Supremo da la razón a la pianista catalana y desestima la apelación de la vecina que pedía 7 años de cárcel por los daños psicológicos causados por la «contaminación acústica» del piano
susana gaviña
Después de once años de disputas parece que la pesadilla ha terminado para Laia Martín (Vic, 1985). La pianista se hizo tristemente famosa, a nivel nacional e internacional , a raíz de la demanda presentada contra ella por una vecina que la acusaba de haberle ... causado daños psicológicos por el sonido constante del instrumento cuando estudiaba.
Este lunes una sentencia del Tribunal Supremo ha desestimado la apelación presentada por dicha vecina, confirmando así la de la Audiencia de Gerona de noviembre de 2013, que se inclinó a favor de la pianista por falta de pruebas. En la demanda presentada, la acusación aseguraba que los constantes ensayos de Laia Martín le habían provocado problemas psicológicos a su cliente, daños por los que el fiscal pedía para la pianista más de siete años de cárcel (pena que por desproporcionada sería reducida después a 20 meses); mientras que a sus padres se les requería pagar una multa de 10.000 euros, al considerarlos responsables subsidiarios por no atender los requerimientos para insonorizar la habitación donde estaba el piano. Algo, que como se demostró en el juicio, no era cierto.
Condenados a pagar las costas
Al parecer, y según confirma Laia Martín a ABC, es improbable que la acusación tras perder esta apelación recurra ahora al Tribunal Constitucional, que sería el siguiente paso a seguir si persiste en su demanda. «Creo que no lo van a hacer pues ahora les han condenado a pagar las costas de este juicio, y parecía que no lo tenían muy claro», explica. De ser así, la actuación más triste de la pianista, ante los tribunales, habría concluido ya.
Los problemas con la vecina comenzaron en 2003, cuando la pianista tenía 18 años y vivía en un piso de Puigcerdà. Un enfrentamiento que desembocó en los tribunales en 2007. La joven confesaba esta semana su alegría, aunque casi no se ha hecho a la idea de la nueva resolución «porque han sido muchos años y ha sido muy duro porque yo era muy joven cuando empezó. Al principio no entendía nada, y resultó muy complicado hasta que apareció mi abogado, que hizo un trabajo excepcional. A partir de entonces todo fue más llevadero», indica.
«Esto podía haber acabo con mi carrera porque ha coincido con mi formación»Toda su formación, de grado medio y superior, además de un máster que ha cursado este año en Italia, se ha visto envuelta por este conflicto. «No ha sido nada fácil pero yo he seguido ahí. Esto podía haber destruido mi carrera, porque ha sucedido en unos años muy importantes para mí». Reconoce, sin embargo, que este problema no le hizo plantearse dejar el piano. «Nunca. Siempre he ido hacia adelante buscando la verdad y la justicia».
Sentar jurisprudencia
Laia Martin no conoce la existencia de ningún otro caso -«por la vía penal»- similar al suyo. «Estamos muy satisfechos porque es una sentencia que pude crear jurisprudencia. Si no vuelve a ocurrir ya me doy por satisfecha. Que nadie vuelva a pasar por lo que he sufrido yo». Y tiene palabras de agradecimientos para todos aquellos que le han apoyado en esta cruzada. Desde los que han encabezado iniciativas a través de las redes sociales hasta el ingeniero acústico. «Él fue decisivo a la hora de establecer los límites, para las pruebas y para seguir la legalidad porque hubo muchos errores y falta de rígor», subraya.
«Ya no me imagino viviendo en un piso en el futuro»Desde 2008, la intérprete, que entre sus referencias pianísticas señala a Rubinstein y a Martha Argerich, vive en una casa, sin vecinos. «Ya no me imagino viviendo en un piso. No sé cómo lo haré económicamente en mi vida para poder vivir siempre en una casa», bromea.
Entre sus próximos proyectos se encuentra realizar el doctorado en Bakú (Azerbayán), donde viajará para cursar estudios junto a Oxana Yablonskaya.
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