El Liceo a ritmo de jazz

“Street Scene” se estrenó en Filadelfia en 1946 antes de presentarse en Broadway con gran éxito, contando con un libreto de Langston Hughes y Elmer Rice, este último autor de la obra teatral en la que se basa la ópera y que también dio origen a una película de King Vidor. Al verlas, Weill quedó fascinado por ambas y una década después, instalado ya en Estados Unidos lejos de la barbarie nazi, se decidió a poner la historia en música.

La trama se ambienta en un barrio pobre de Nueva York plagado de inmigrantes, dando lugar a un conflicto amoroso pero también con un evidente trasfondo de denuncia social y con un trágico –y operístico- final; las situaciones planteadas en la obra original, muy neoyorquinas, fascinaron a Weill, quien calificó su creación como una “American opera” (Gershwin, para su “Porgy and Bess”, usó el calificativo “American folk opera”).

Esta ópera del período estadounidense de Weill llegó a Broadway después de que el compositor estrenara varios musicales, por lo que bebe sin reparos de la forma característica de ese estilo de teatro musical –mezclando diálogos hablados con temas cantados e incluyendo muchos personajes que solo declaman y que no cantan-, aspecto que se acentúa al inspirarse en melodías propias del jazz.

Con una orquesta reducida, “Street Scene”, en su estreno en España, contará con un equipo de solistas expertos en la obra: como en París, en Barcelona serán sus intérpretes principales Geof Dolton, Sarah Redgwick, Susanna Hurrell, Pablo Cano y Paul Featherstone, quienes se unen aquí a la Simfònica y al Coro del Liceu y al Coro de niños Vivaldi, encargados de dar vida a unos personajes tan fascinantes como patéticos, cuyas vidas cantan tanto al amor como a la desesperanza.