El relevo generacional de Hollywood se reivindica en la Berlinale

Sin embargo, este sábado, la actriz Amanda Seyfried ha provocado reacciones mucho más tibias con 'Lovelace', el biopic de la mítica actriz porno que protagonizó 'Garganta profunda'. Seyfried, que encarna a Linda Lovelace, ha derrochado sonrisas durante la rueda de prensa: “Para mí esta película es un punto de inflexión, quería interpretar a alguien que realmente hubiese existido, quería zambullirme en la vida de otra persona. Linda Lovelace tiene una historia fascinante y yo quería convertirme en su voz”.

La intérprete, que también está promocionando 'Los miserables' en Alemania, ha contado las dificultades que le supuso enfrentarse a aquel rodaje: “Casi no me dejaban beber, tuve que cuidarme físicamente como nunca lo había hecho, tratando de proteger mi voz del mundo”.

'Lovelace' está dirigida por Rob Eppstein y James Friedman, que ya trabajaron con James Franco en 'Howl'. El actor insistía en un argumento que venimos escuchando a muchos de los actores más jóvenes de Hollywood. Intentan combinar películas comerciales, las que les dan un sueldo, con las independientes, su verdadera vocación: “Tengo otras dos películas en la Berlinale, 'Interior. Leather bar' y 'Maladies', y ambas me permiten trabajar con materiales que no me podría permitir en películas más grandes y comerciales. Son experimentos, me gusta saltar a lo desconocido”.

En sección oficial, el sábado nos deja la cinta rusa 'A long and happy life', la alemana y aplaudida 'Gold' -con la actriz Nina Hoss como protagonista- y otro ejemplo más del joven talento actoral estadounidense, 'The necessary death of Charlie Countryman'. Dirigida por Fredrik Bond, es un derroche de estilo -quizá no tanto de guión- protagonizado por Shia LaBeouf, Evan Rachel Wood y Rupert Grint, el 'Ron' de la saga 'Harry Potter'.

En la película, LaBeouf sigue el consejo del espectro de su madre, recién fallecida, y se embarca en un viaje iniciático a Bucarest en el que tendrá que vérselas con el mundo del crimen organizado. En ese periplo coincide con Grint, que ha contado en la sala de prensa lo feliz que está de poder dejar atrás la toga y la varita mágica: “Es refrescante participar en un rodaje distinto para hacer algo distinto. He intepretado al mismo personaje durante once años, y este era completamente opuesto a Ron. Me atrajo, fue muy divertido”.