Marañón: «Mortier ha expresado dudas sobre su renovación después de 2016»
Según el presidente de la Fundación del Teatro Real, el director belga se justifica por razones de edad y para poder llevar adelante otros proyectos intelectuales
susana gaviña
«No estamos contentos con Mortier, estamos contentísimos». Así de efusivo se mostró ayer Gregorio Marañón, presidente de la Fundación Teatro Real, tras la celebración del último Patronato. Lo hizo durante una rueda de prensa en la que explicó las nuevas incorporaciones a este órgano, ... incrementando así «la política de transparencia con los medios».
Con esta declaración zanjaba las posibles dudas sobre la valoración del director artístico del Teatro Real dentro de la institución, tras las recientes declaraciones de la consejera de Empleo, Turismo y Cultura de la Comunidad de Madrid, Ana Isabel Mariño, en las que afirmaba que en la forma de «visualizar» la ópera de Mortier había «mucha polémica» por lo que, «además de seguir en esa riqueza artística», hay «una parte importante de obras clásicas» que debe «tener en cuenta».
También se refirió a la continuidad del director belga en el coliseo madrileño -cuestionada incluso por el propio director artístico ante los sucesivos recortes de presupuesto-. «Mortier cumplirá su contrato hasta 2016», sentenció Marañón, aunque reconoció que tras esa fecha el director belga ha expersado sus dudas sobre su continuidad «por edad o por querer realizar otras inquietudes intelectuales. Aunque no se descarta que renueve».
Lo cierto es que dos años antes de concluir su contrato, en 2014, se sabrá si continúa o no como director artístico, pues será entonces cuando deberá negociarse la renovación, según la política de contratación del coliseo madrileño que permitirá así buscar un relevo con tiempo, como ya sucedió en el caso de Antonio Moral y Jesús López Cobos.
Mayor presencia de la sociedad civil
Pero el motivo para reunir ayer a la prensa era otro: anunciar cinco nuevas incorporaciones al Patronato (Enrique Ossorio, consejero de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid, Francisco González, presidente del BBVA; Juan Villar Mir, presidente de OHL; Borja Prado, presidente de ENDESA, e Ignacio Garralda, presidente de la Mutua Madrileña). Incorporaciones que reflejan el espíritu de la institución por otorgar más presencia al sector privado frente a las administraciones públicas. Algo que también ha quedado patente en los cambios realizados en la Comisión Ejecutiva, formada hasta ahora por tres personas (representantes de las administraciones públicas), a los que ahora se suman otros cuatro miembros: dos procedentes del sector privado (Luisa Abril de Telefónica y Alfredo Sáenz del Banco de Santander) y dos procedentes del sector público, del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y de la Comunidad de Madrid.
Ese equilibro entre lo público y lo privado también se aprecia en las aportaciones al presupuesto del coliseo madrileño, siendo el 30% de procedencia pública (12 millones de euros) frente al 70% obtenido de los recursos generadores por el teatro -actividades, taquilla, alquiler de salas y alquiler de producciones (estas últimas han generado 685.000 euros en los últimos dos años)- así como las aportaciones de patrocinadores y mecenas, cantidad que asciende en la actualidad a 10 millones de euros.
Todo esto ejemplifica el camino sin retorno hacia un nuevo modelo de gestión en el seno del Real, que sería más fácil de transitar si pudiera contar con los beneficios de una Ley de Mecenazgo, en la que ya se ha empezado a trabajar pero que requerirá del visto bueno del Ministerio de Economia y Hacienda.
Entre los puntos debatidos ayer en el Patronato, Marañón se refirió al empeño por conseguir que el Teatro Real, «siendo fundamentalmente una institución pública» tenga a su vez «una fuerte participación civil». También subrayó la aspiración por covertirse en la ópera nacional de referencia en España e internacionalmente, especialmente en Europa,; y que su proyecto artístico refleje las preocupaciones de la sociedad, «puede divertir pero sin ser un mero entretenimiento».
En busca de una identidad
Entre los retos, uno urgente: que el Teatro Real encuentre una identidad, de la que ha carecido durante los primeros diez años desde su reapertura «debido a los constantes cambios en la dirección» por los cambios políticos, lo que alteraba la continuidad de los proyectos artísticos.
A la estabilidad en la institución, «debido a que ahora se cumplen los contratos», contribuye ahora la cesión por parte del Ministerio de Cultura del edificio que alberga el Teatro Real por 75 años (sorprendentemente hasta ahora se renovaba cada cuatro años).
Durante el encuentro con la prensa, Marañón estuvo acompañado por el director general, Ignacio García-Belenguer que explicó los datos de ocupación del teatro en 2012, que ascendió al 85% y que esperan subirá al 90% en el primer semestre de 2013, aunque en algún título, como «El pescador de perlas», con Juan Diego Flórez, es casi seguro que se agotarán las entradas pues ayer por la tarde tan solo quedaban ya ocho entradas a la venta.
Así como de los ingresos por alquiler de producciones, alrededor de 300.000 euros al año; y del ahorro de 2,4 millones de euros gracias a la política de coproducciones, lideradas desde Madrid y a la que después otros se suman.
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