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BCNEGRA 2017

Charlie Parker contra los ecos del III Reich

El irlandés John Connolly regresa con «La canción de las sombras», nueva entrega de su célebre saga detectivesca

El escritor irlandés John Connolly, ayer en Barcelona INÉS BAUCELLS
David Morán

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Si las novelas de John Connolly (Dublín, 1968) fuesen un color, no andarían demasiado lejos de ese gris plomizo que encapotada ayer Barcelona, un paisaje más que adecuado para enmarcar esa suerte de gótico contemporáneo bien surtido de crímenes y fenómenos paranormales que el autor irlandés ha pergeñado junto a su inseparable Charlie Parker. «Alguien ha descrito mis libros como novelas góticas de detectives, y yo me siento muy cómodo con esa tradición y con la idea de que no se trata tanto de pensar como de sentimientos», reconoce el autor irlandés, de visita relámpago a BCNegra tras recoger en Zaragoza el Premio de Honor del Festival Aragón Negro para presentar «La canción de las sombras» (Tusquets), nueva entrega (y van catorce) de la serie protagonizada por el célebre detective bautizado como el legendario saxofonista,

En esta ocasión, Connolly presenta a un Parker tocado, hundido y repleto de cicatrices que se retira al pequeño pueblo de Boreas, en la costa de Maine, para recuperarse de las heridas mortales que le dejó «El invierno del lobo», novela con la que empezó a quedar claro que ni siquiera alguien como Charlie Parker puede durar para siempre. Pero que nadie se alarme: al protagonista de «Todo lo que muere» le quedan muchas páginas por llenar. «Disfruto viendo el mundo a través de sus ojos y no quiero que esto acabe. Por lo menos no ahora», tranquiliza Connolly sobre la posibilidad de liquidar a un héroe oscuro y atormentado que, asegura, sigue siendo la clave de su éxito. «El afecto está basado en el personaje, y si el personaje gusta, los lectores quieren leer más. Estarían satisfechos con que publicase un libro de Parker al año, incluso uno no muy bueno, con tal de pasar un poco más de tiempo con él, pero hacer eso sería una terrible equivocación», apunta.

Nazismo y pillaje

Es por eso que, además de seguir hurgando en la maltrecha cabeza de Parker y torturarle con el recuerdo de su mujer e hija muertas, en «La canción de las sombras» le hace tropezar con una organización neonazi que se encarga de proteger a los envejecidos asesinos que cambiaron los uniformes del III Reich por discretos retiros en poblaciones costeras estadounidenses. Una ventana con vistas a uno de los episodios más turbios y atroces de la historia con la que Connolly viene a recordarnos que «el pasado nunca es únicamente pasado». «El pasado contamina el presente y se necesita hacer una purga», añade un autor que empezó a dar a forma «La canción de las sombras» tras interrogarse sobre la impunidad de los guardianes de los campos de concentración nazis que encontraron refugio en Estados Unidos. «Es un detalle histórico interesante. Hubo un colapso moral general tras la Segunda Guerra Mundial y esta gente no fue realmente perseguida. Se estaba reconstruyendo Europa, no había dinero y hubo quien se quería beneficiar de la información que pudiesen tener», explica Connolly.

Así, mientras Parker añade el nazismo a su particular cruzada contra El Mal y los ecos de Belzec y Lubsko se suman a esa galería de horrores que completan Mr. Prudd, Cyrus Naym y El Coleccionista, Connolly hace memoria para recordar que, además de genocidas, los nazis fueron también unos codiciosos e insaciables ladrones. «Si lo único que te motiva es el impulso genocida, ¿por qué le quitas los dientes de oro a tus víctimas? Cuando ves a gente como Himmler o Goering, ves que lo que querían era robar. Y el nazismo fue un robo; un gran robo. No fueron sólo unos supuestos ideales, fue pillaje indiscriminado», asegura un Connolly algo sorprendido de que la novela se haya acabado ajustando a una realidad en la que la extrema derecha está recuperando posiciones. «La novela tiene de pronto una cierta relevancia que no tenía cuando empecé a escribirla», apunta antes de dibujar un futuro inquietante. «Dentro de cinco años ya no quedarán nazis que perseguir. Desaparecerán ellos y también sus víctimas, por lo que ya no quedará nadie que pueda decir: “Yo estaba ahí”. Al final todo serán opiniones, no hechos», vaticina.

Consciente de que con «La canción de las sombras» ha firmado una de las novelas menos violentas de la serie -«en este caso la violencia viene del pasado», puntualiza-, el también creador de la saga protagonizada por Samuel Johnson avanza que la siguiente será, muy probablemente, la más feroz que haya escrito nunca. Un nuevo desafío para un Charlie Parker que mientras unos ven como suerte de ángel vengador, Connolly asocia a la figura de Jesucristo y a temas recurrentes como la redención, la salvación y el pagar por los propios pecados. «Es una figura redentora: coge el dolor de los otros y se lo carga a la espalda, aunque la diferencia es que la certidumbre moral de que está actuando en favor del débil le permite actuar de un modo que de otra manera no sería tolerable», sentencia.

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