Erik Axl Sund, los trapos sucios del paraíso sueco
El dúo sueco llega a España con «Persona», primera entrega de una oscura y descarnada trilogía negra
Jerker Eriksson y Hâkan Axlander Sundquist tienen, además de unos nombres prácticamente impronunciables, un hoja de servicios de lo más pintoresca. Productor musical y bibliotecario de una prisión hasta hace dos años el primero, y estibador, ingeniero de sonido y músico el segundo, juntos conforman uno de los tándems literarios más insólitos y exitosos de la literatura nórdica contemporánea. Una provechosa pareja de hecho que a la hora de escribir y publicar responde al nombre de Erik Axl Sund, fusión nominal tras la que se esconde «Los rostros de Victoria Bergman» , oscura y siniestra trilogía cuya primera entrega, «Persona» (Roja & Negra; Empúries en catalán), llega ahora a España tras despachar más de tres millones de ejemplares en toda Europa.
Unos números de infarto para una historia cruda y descarnada que entrelaza infanticidios, abusos sexuales contra menores, psicoterapia y asesinatos y que, salta a la vista, les ha valido más de una comparación con el Stieg Larsson de la saga «Millenium». Y es que, igual que el creador de Lisbeth Salander, Jerker y Hâkan buscan romper con esa imagen de Suecia como paraíso del bienestar. «Los suecos hemos sido muy hábiles a la hora de exportar la imagen de país idílico, así que en algún momento había que pinchar la burbuja. Con todo, tampoco creo que Suecia sea peor que otros países», explica Hâkan, para quien la clave está en denunciar sin escatimar recursos. «No deberíamos disfrutar de ningún asesinato, es muy enfermizo», añade.
Abusos y terapia
De hecho, ambos autores reconocen haberlo pasado francamente mal escribiendo «Persona», novela en la que Victoria Bergman, una mujer que sufrió abusos sexuales en su infancia, y un niño soldado de Sierra Leona, comparten protagonismo con la policía Jeanette Kihlberg y la psicoterapeuta Sofia Zetterlund. «Parte de la investigación que hemos hecho ha sido terrible. Además, también ha sido como una suerte de terapia personal. Al final, la mayor parte del material del libros sale de los periódicos, sobre todo las partes de Sierra Leona. Incluso llegó un momento en que el editor nos dijo que era demasiado bestia. La realidad asusta más que la ficción», explica Jerker.
La realidad es precisamente lo que les ha llevado a dar forma a una trilogía basada en la idea de cómo una víctima puede acabar convirtiéndose en verdugo. «La psicóloga americana Alice Miller tiene la tesis de que todas los verdugos son víctimas. Es así como la maldad se convierte en una suerte de enfermedad, como una infección, de modo que la gran pregunta es cómo romper ese círculo vicioso», relata Hâkan, para quien esta trilogía es, en realidad, una larga sesión de terapia. «Este libro es como el primer encuentro: entras furioso y todo te confunde; en el segundo empiezas a poner orden; y en el tercero encuentras la catarsis y, esperamos, en algún tipo de perdón», detalla. .
A la espera de que se publiquen en España las dos entregas restantes de la trilogía –«Trauma» aparecerá en junio y «Catarsis» en septiembre–, la pareja prepara ya una nueva serie poblada por algunos de los personajes de «Los rostros de Victoria Bergman» pero con un cambio temático más que sustancial. ¿Alguna pista? «Suicidio y black metal», avanzan. Casi nada.
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