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Caitlin Moran:«La cultura cambia las cosas mucho más rápido que la política»

La escritora y periodista británica presenta en el Primera Persona la novela «Cómo se hace una chica»

Caitlin Moran:«La cultura cambia las cosas mucho más rápido que la política» maría teresa slanzi

david morán

Caitlin Moran (Brighton, 1975) estaba tan convencida de que su padre acabaría siendo un músico famoso que, más vale prevenir, siendo niña se aprendió de memoria los nombres de todas las hijas de Bob Geldof. Ya saben: para adelantar faena por si acababan coincidiendo en la misma clase en un colegio de niños ricos.

Estaba vestida para el éxito pero este, como cantaban Pavement, jamás llegó, así que la británica no tuvo más remedio que hacerse a sí misma y convertirse, con apenas dieciséis años, en una de las críticas musicales más despiadadas del semanario «Melody Maker». «Era una niña gorda que quería ser escritora, y en aquel momento las reglas de la prensa musical decían que todo lo que escribieras tenía que ser terrible, así que decidí ser la más terrible y malvada», desvela.

Algo parecido –lo mismo, vaya– le ocurre a la protagonista de «Cómo se hace una chica» (Anagrama), novela con la que la escritora y columnista británica, una de las voces más mordaces, despendoladas y al mismo tiempo respetadas del periodismo británico, reconstruye su propia adolescencia para explicar que, pase lo que pase y vengas de donde vengas –en su caso, de una familia obrera de la deprimida y desmantelada ciudad de Wolverhampton–, siempre puedes acabar moldeándote a tu antojo. «Puedes hacerte como mujer, puedes construirte a ti misma», sentencia.

Escuela de rock

Porque Moran, la mayor de ocho hermanos, tenía todas las papeletas para convertirse en carne de subsidio y acabar haciendo la conga en la cola del paro hasta que la cultura se cruzó en su camino. «No fui a la escuela, me educaron mis padres, así que todo lo aprendí del rock and roll y de los libros. Es maravilloso, porque un libro bueno es como vivir una vida extra, así que si lees cincuenta buenos libros has tenido otras tantas vidas de más y has absorbido toda la experiencia de quienes los han escrito», relata la autora, que esta noche se sube al escenario del Primera Persona para darse un nuevo atracón de sí misma.

Es precisamente esa experiencia lo que la lleva a asegurar sin ambages que «la cultura cambia las cosas mucho más rápido que la política» ¿Un ejemplo? Aquí llega Caitlin, con un buen repertorio. «Cuando yo era pequeña lo peor que le podías llamar a un chico era gay, y de repente en “Dr. Who” apareció un personaje bisexual. Pues bien:al día siguiente, todos los niños se peleaban en el patio por interpretar a ese personaje que acaba besando al doctor de la serie», relata.

También el feminismo, añade, se articula mejor fuera de rígidas agendas políticas. «Se están haciendo comedias feministas que funcionan mejor que cualquier campaña. ¡Pero si incluso los misóginos ven esas series!», exclama. Un cambio de tercio que, para la autora de «Cómo ser mujer», tiene mucho que ver con el cambio de los modelos femeninos que las jóvenes tienen a su alcance actualmente. «Mi gran modelo femenino era cuando Bugs Bunny se vestía de mujer. O una mezcla de Margaret Thatcher y Courtney Love, lo que es bastante explosivo. Ahora tienen a Beyoncé, Tina Fey, Melissa McCarthy... Personas muy diferentes pero que se presentan como mujeres fuertes», explica.

A la lista, claro, habría que añadir su propio nombre y sus intentos por resultar tan inspiradora como terriblemente divertida. «Ahora mismo vivo dentro de Internet y me doy cuenta de que hay muchos jóvenes muy enfadados que están en contra de todo. Y cuando los jóvenes son cínicos no son conscientes del daño que le hacen a su propio futuro. El cinismo es una armadura que les impide crecer», explica.

Locuaz y risueña, Moran, cuya visita a Barcelona coincide con el resultado de las elecciones británicas, reconoce que la holgada victoria de David Cameron le «deprime profundamente». «En Inglaterra la política está anclada en el siglo XIX: cuatro tipos blancos muy estirados manejan el país. Y cuando sólo un 6% de los cerebros de un país dirigen su destino, el resultado es una gran desigualdad. Ya no hay voces propias de la disidencia de izquierdas, como ocurría en la época de Thatcher», lamenta.

Por el momento, y mientras ultima el guión de la adaptación cinematográfica de «Cómo se hace una chica» que dirigirá Danny Boyle («Trainspotting», «Slumdog Millionaire»), Moran ya adelanta que esta novela es la primera de una trilogía en la que seguirá desmenuzando su propia vida para acabar imaginando un futuro en el que los personajes formarán un partido político. «Es hora de empezar a cambiar seriamente el mundo», zanja.

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