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Santiago Roncagliolo: «A los intelectuales el buen humor les da vergüenza»

El escritor publica su nueva novela, «Óscar y las mujeres», libro basado en el mundo de las telenovelas

Santiago Roncagliolo: «A los intelectuales el buen humor les da vergüenza» ignacio gil

manuel de la fuente

Santiago Roncagliolo ha decidido tomárselo con humor (del bueno) en su nueva novela, «Óscar y las mujeres» (Alfaguara), tirando del hilo de una madeja que siempre invita a sonreír aunque sepamos que los ricos también lloran : las telenovelas.

Ése es el eje de un libro que además antes de llegar al papel había sido estrenado en Internet en una edición digital por entregas ofrecidas los miércoles y viernes a 0,99 euros. Desde este miércoles, se podrá descargar el e-book completo por 9,99 euros. Subámonos pues a la red para ver cómo ha sido la experiencia.

-¿Contento con esta aventura digital?

-La verdad es que ha sido impresionante. Mucha gente ha estado leyendo la novela y comentándola antes de que salga en papel, y es en buena parte lo que queríamos mostrar, que Internet no es el Apocalipsis y que incluso puede servir para beneficiar al libro.

-¿Siempre le habían atraído las nuevas tecnologías?

-He hecho varias cosas. Tuve un blog que luego dio lugar a un libro, «Jet lag» , también coescribí una novela junto con otros autores y con internautas, una novela colectiva... Internet es un juguete que no puede dañar al libro en papel, es una canal para divertirse, para jugar, para llegar a los lectores. Y sí, experimentar me interesa, siempre me ha interesado.

-La red además hace realidad un viejo sueño de autores y lectores, estar interconectados.

-Desde luego, Twitter es algo espectacular para que el escritor vea cómo se percibe lo que hace, el lector tiene una puerta abierta para quererte, para odiarte, para animarte, para insultarte. Creo que el autor ha estado mucho tiempo en una especie de pedestal y eso no está bien. Creo que comunicarnos con la gente solo puede ser bueno.

-¿Por qué gustan tanto las telenovelas, sobre todo en Iberoamérica?

-Por el amor. Allá nos gustan las canciones de amor, las películas de amor, todas las historias de amor. En Europa también tienen éxito, pero se producen más en América Latina, quizá porque los europeos tienen más sentido del ridículo. Hay muchas cosas que no les gusta decir, pero que les encanta escuchar.

-Lo digo en serio, ¿quizá «El amor en los tiempos del cólera» es la mejor telenovela que se haya escrito?

-No es ninguna tontería decir eso. Es un gran ejemplo de melodrama y lo esencial, el núcleo de la telenovela que es que el amor no se consuma, está en ella durante cuatrocientas páginas y esto es en el fondo lo que sostiene a toda telenovela, una mujer que se mantiene virgen durante ciento veinte capítulos y cuando al fin consuma su sexualidad, pues tú también sientes un gran alivio a su lado.

-Usted escribió telenovelas.

-Sí, y creo que es una gran escuela. En la televisión no hay margen para bloqueos creativos, o escribes... o escribes, necesitas treinta escenas para mañana y no hay ninguna opción, te exige mucha disciplina. Recuerdo, por ejemplo, que a mí y un equipo nos contrataron como asesinos en serie para matar a los personajes, porque la telenovela estaba saliendo muy cara y había que matarlos, que se suicidaran, que desaparecieran. Si puedes escribir eso, pues puedes escribir lo que quieras.

-Supongo que es un miedo que tiene que ser tan excitante como agobiante, pero que tendrá su morbo.

-Lo mas bonito es que puedes subirte a un autobés y delante de ti la gente habla de tus personajes como si fueran personas vivas, de hecho es que los espectadores se pasan una hora diaria con ellos. Una novela, aunque no sea de mucho éxito, puede tener dos millones de televidentes y un libro muy exitoso vende cincuenta mil ejemplares y date por muy bien servido.

-En cualquier caso necesita usted, como casi todos, un ratito de humor.

-Esa era mi idea. He escrito cosas políticas y críticas, y no me importa, me parece bien, pero esta vez pensé: la gente lo está pasando mal, haz que se olviden un poco de lo mal que están las cosas, no importa un poco de frivolidad, algo que nos permita reír. Hay pocos libros divertidos, parece que a los intelectuales les da vergüenza del sentido del humor, pero también es parte de la vida y de la inteligencia, el humor es la última manera de decir cosas.

-Parece que no se habla últimamente del Perú, eso debe ser bueno.

-Si no sales en el periódico es que te va bien. Y no solo en Perú. En América la gente está de mucho mejor humor que en España, y eso antes no era así. Aunque los europeos siguen viviendo mejor.

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