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Eurovisión 2017

Portugal, Suecia y Armenia se erigen como alternativas a Italia tras la primera semifinal de Eurovisión

Salvador Sobral emociona con una actuación delicada y cargada de emotividad mientras que Robin Bengtsson y Artsvik apabullan con sus milimetradas puestas en escena

El representante portugués Salvador Sobral AFP

JAVIER ESCARTÍN

Portugal apunta alto en Eurovisión. Tras convertirse en el país que más veces ha participado sin ganar (un total de 48 desde su debut en 1964), Salvador Sobral ha conseguido lo que parecía imposible: que los lusos sueñen por primera vez con la opción real de ganar el concurso musical más importante del mundo. La primera criba ya está superada: Portugal se ha convertido esta noche en uno de los diez países que han conseguido acceder a la final durante la primera semifinal celebrada en el Centro Internacional de Exposiciones de Kiev. Salvador ha logrado cautivar al público europeo con una actuación delicada y cargada de emotividad . El joven artista, apasionado del jazz y un gran admirador de Pedro Almodóvar, ha interpretado su "Amar pelos dois", bajo un silencio sepulcral solo roto por las dos sonoras ovaciones que el portugués se ha granjeado mientras interpretaba su canción en la soledad de un artista que no necesita trucos ni artificios para sorprender con la sencillez de su propuesta. Es, quizá, su as bajo la manga: la extrema expresividad del cantante que convierte cada actuación en una interpretación única, jugando con la voz y dejándose llevar por la emoción del momento. Porque como bien dice su hermana Luísa Sobral, autora de la canción, Salvador no canta. Viaja.

En una edición donde Italia parece un rival casi imbatible, Portugal se ha posicionado segundo contra todo pronóstico en las casas de apuestas y el interés hacia su candidatura va en aumento conforme pasan los días. Ganar sigue pareciendo una simple quimera para un país abonado a las decepciones y los fracasos , pero la calurosa acogida que ha recibido su propuesta es un aviso dentro del juego inescrutable que es siempre Eurovisión.

El ramillete de alternativas al italiano Francesco Gabbani está abierto a muchas otras opciones además de la portuguesa. La armenia Artsvik se ha disparado en los pronósticos tras una actuación dominada por una escenografía muy cuidada y con una realización impecable, donde la artista ejecuta una coreografía espectacular junto a dos bailarinas con fondos de inspiración budista como los mandalas y un pájaro gigante. Su pase a la final ya estaba asegurada de antemano, al igual que la del sueco Robin Bengtsson. El artista escandinavo ha reproducido la misma actuación efectiva que le valió el pasaporte para Kiev: un nuevo derroche de ingenio made in Sweden con inicio en el backstage y cintas de correr que aquí se ponen al servicio de la elegancia del intérprete sueco y su coro masculino para emular un vanguardista desfile de modelos.

Más dudas había generado en los días previos la belga Blanche, que finalmente también peleará por el triunfo en la final del sábado. La cantante, de sólo 18 años, fue muy criticada por su actitud inexpresiva y limitada voz durante los ensayos de «City lights». El desencanto fue tal que Bélgica cayó del segundo lugar al undécimo en las casas de apuestas en cuestión de días. Durante su actuación en la semifinal de hoy, Blanche sí ha convencido con una propuesta protagonizada por un increíble juego de luces y una atmósfera apagada y deprimente que ensalza el valor artístico de su canción. También muy sencilla ha sido la propuesta de Australia, que pasa de las proyecciones del año pasado a confiar sus opciones en el jovencísimo Isaiah, un artista con una gran voz que durante la semifinal protagonizó una actuación muy irregular . Pese a todo, estará en final.

Grecia vuelve a la final; Finlandia, fuera

La fiesta llegó con la griega Demy, que convirtió la gala en un show discotequero donde no faltó ninguno de los ingredientes típicos de Eurovisión: una diva, bailarines musculados sin camiseta y efectos ópticos que parecían sumergir a la artista en un profundo océano . Mientras, los moldavos de Sunstroke Project jugaron la carta de la picardía con una canción donde el saxo y la diversión fueron los principales elementos. Estarán en la final, como ya consiguieron en su primera participación hace ya siete años. Mientras, otro repetidor como era el esloveno Omar Naber vuelve a tropezar en las semifinales y abandona el concurso.

No fue la noche para las divas baladistas : la georgiana Tamara Gachechiladze, la albanesa Lindita, la finlandesa Leeba Tirronen (del dúo Norma John) y la checa Martina Bárta se quedan fuera de la final, al igual que la islandesa Svala pese a apostar por una candidatura cuyo sonido recordaba mucho a cualquier canción de la sueca Robyn. Sólo salvó la noche la polaca Kasia Mós, que emocionó con su canta a la libertad con el tema "Flashlight".

La piscoledia del grupo letón Triana Park y la larga trenza (postiza) del montenegrino Slavko Kaleziç tampoco funcionaron . El artista balcánino protagonizó la actuación más estrafalaria de la noche vestido con un top negro transparente y larga falda azul con medias brillantes. La extravagancia azerí, con grafittis y un hombre con una máscara de caballo subido a una escalera, sí consiguió sorprender al igual que el juego de la gravedad del chipriota Hovig.

Manel Navarro presentó su apuesta

En total, ya son 16 los países clasificados para la gran gala del sábado. Las otras diez plazas tendrán dueño tras celebrarse la semifinal del jueves , en la que participarán otros 18 candidatos. Los miembros del llamado «Big 5» (España, Italia, Reino Unido, Francia y Alemania) y Ucrania como país anfitrión están ya clasificados de forma automática. Manel Navarro presentó durante la semifinal un minuto de la actuación, donde estarán presentes el mar, la playa y muchas referencias surferas . La puesta en escena está firmada por el belga Hans Paneckoucke, que ha querido trasladar al público a una playa de Barcelona en la que un grupo de amigos cantan y surfean bañados por el sol de amanecer. La prensa internacional ha acogido con gran frialdad la candidatura y las casas de apuestas no vaticinan un gran resultado para el candidato español. Pero entre tanto desánimo, un rayo luz: la web británica OfficialCharts, muy respetada en la industria musical del Reino Unido, ha colocado a Manel entre sus cinco favoritos para la victoria.

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