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ARTE

Casado-Santapau cumple diez años de entrega al arte

La galería de Damián Casado y Concha Santapau define la evolución de su proyecto con una actual posición «de referencia»

Los galeristas Concha Santapau y Damián Casado Galería Casado-Santapau

Dolores Molina

Todo empezó hace exactamente diez años, cuando dos contemporáneos, tanto en edad como en estilo artístico, se aventuraron en un proyecto común. Damián Casado y Concha Santapau tuvieron un flechazo profesional y se embarcaron en una galería que hoy toma una posición «de referencia».

Casado, perteneciente al mundo del arte, ya había sido director de otras tres galerías importantes anteriormente. Santapau, procedente del mundo de la economía, siempre había sentido pasión por el arte desde el lado del coleccionista. Juntos, dominando cada uno los dos pilares fundamentales de una galería, consiguen vivir y disfrutar de este mundo .

No sólo fueron las ganas de comenzar un proyecto común, también influyó el contexto de hace diez años. Como apunta Casado, ellos buscaron cubrir «un hueco que en Madrid no existía». Una década atrás, las galerías estaban experimentando un cambio generacional. La mayoría de ellas llevaban 30 años de bagaje, y Casado-Santapau se definía como una galería joven . En ese sentido, Damián matiza: «Aunque aún somos jóvenes, no somos de los jóvenes de ahora porque ya estamos muy establecidos con artistas, con programas y con ferias».

De izquierda a derecha: Damián Casado; Luis García Fraile, diseñador de interiores y Concha Santapau FERIA ARCO

En cuanto al perfil de su proyecto, los propios galeristas se definen clásicos dentro de una línea entorno al minimalismo, la geometría y la arquitectura . «Entre cada uno de nuestros artistas, por muy diferentes que parezcan entre sí, hay un hilo conductor que les va uniendo», reseña Santapau.

Entre sus artistas, 17 en total, algo que caracteriza a Casado-Santapau es el enfoque internacional. Esta ha sido una idea base que han contemplado los galeristas desde sus comienzos. En aquel momento había muchos artistas extranjeros que ya tenían un currículum muy bueno, pero que en España no eran conocidos. Comenzaron con autores alemanes, que se centraban sobre todo en la pintura, y más tarde empezaron a trabajar con latinoamericanos, la mayoría de ellos dedicados a la escultura.

Relación con artistas

La agenda de la galería Casado-Santapau ya tiene todas las hojas rellenas para 2018. Trabajar con artistas que viven fuera del país, ya que incluso el español Alain Urrutia reside actualmente en Londres, es una «movida» , según Santapau. En este caso, la mayoría tiene sus propias agendas porque, normalmente, trabajan también con otras galerías fuera.

Cuando se empieza a montar una exposición, los artistas vienen a vivir a España unos días antes. «Es una historia cuadrar transporte para traer y llevar cajas, desembalar y decidir qué piezas colocas, cómo y por qué. Un esfuerzo bastante grande, tanto físico como económico », explica Santapau.

Sin embargo, tratar con pintores y escultores extranjeros, en general es muy positivo. «Hace que amplíes tu red de fuentes con galerías de fuera, artistas que no son de tu país, ferias internacionales…», añade Casado. Por tanto, la «estrategia» por la que optaron al principio les hace autodefinirse hoy como «galería posicionada tanto en España como fuera» .

«Yo no vendo a un artista que no me creo. Todo lo que tenemos en la galería es algo que nos compraríamos para nosotros mismos», manifiesta Santapau.

Un éxito que en palabras de los galeristas reside en el nivel de sus artistas. «La galería va creciendo poco a poco, no sólo por años de experiencia sino por la calidad de nuestros autores, que cada vez cuentan con un expediente más importante», apunta Santapau. Otro factor a tener en cuenta es el contacto que se establezca entre ambas personalidades del arte.

Esta relación tiene que estar ligada a dos factores fundamentales : que haya un vínculo entre ellos y que el galerista se crea íntegramente al artista y sepa explicar su obra. «Yo no vendo a un artista que no me creo. Todo lo que tenemos en la galería es algo que nos compraríamos para nosotros mismos», manifiesta Santapau.

Por otro lado, como se mencionaba previamente, es importante que haya feeling entre ambos. Casado y Santapau aseguran que tienen mucha suerte porque con todos los artistas con los que trabajan tienen una relación totalmente íntima y se interesan por ellos y también por sus familias. Sin embargo, alguna vez, no muchas, les ha pasado que cuando han conocido a un autor les ha dejado de interesar porque no existía ese «buen rollo».

Por ello, dentro de su «metodología de trabajo» consideran primordial conocerlos antes. Cuando a ellos les gusta un pintor o un escultor, contactan con él. Si al artista le interesa su propuesta de trabajo, normalmente lo primero que quieren es conocerse, verse la cara y sentarse juntos . No obstante, la última decisión la tiene la galería, en este caso Casado-Santapau.

Relación con el público

La época en la que se nace condiciona la visión de las cosas. Las nuevas generaciones han nacido con un teléfono debajo del brazo y no ven más allá de la pantalla de su móvil. Esta percepción ha llegado hasta las galerías de arte, donde los propietarios reconocen que la mayoría de sus visitantes adolescentes, que llegan con una excursión escolar, sólo quieren un recuerdo para sus redes sociales. « Como tengamos una pieza que se refleje estamos perdidos . Todo es una cola para hacerse la foto», afirma Casado.

Según comentan los galeristas, pasar un día en el estand de una feria da la oportunidad de escribir un libro de anécdotas . Entre las más comunes destacan cuando la gente les lleva un dibujo suyo y quiere que se lo valoren o cuando alguien no se percata de que una peana es parte de una obra y deja el vaso de café. Sin embargo, Santapau resalta como «entrañable» una vez que se les acercó un ciego y les pide permiso para tocar la obra y poder entenderla.

«Comprar arte es una actitud», afirma Casado. Por tanto, son conscientes que su trabajo no es una opción para todo el mundo. Respecto a esta opinión, el galerista apunta que no se trata en ningún caso del tema económico porque ha habido gente que le ha propuesto pagar a plazos . «También hay mucha gente joven que invierte en arte. Yo en su momento lo hice», añade orgullosamente Santapau.

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